domingo, 1 de mayo de 2011

Día del trabajo: ayer demandas laborales hoy se suman las de inmigración

Por Luis Montes Brito

Actualmente la celebración del día del trabajo incluye además de las demandas relacionadas a lo laboral las concernientes a inmigración. La fiesta que hoy se celebra a nivel mundial, irónicamente con más algarabía afuera de Estados Unidos, nació en Hymarket Chicago en 1886.

El 1 de mayo de ese año inició la huelga que derivó en la ejecución de un número indeterminado de sindicalistas por exigir que se hiciera realidad una máxima de origen masónico: "ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa".

En aquella época la mayoría de los trabajadores industriales de Chicago estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, organización, con tintes para-masónicos reflejados en su estructura y nomenclatura (Gran Maestro Trabajador, Venerable Oficial, etc.) de su sistema de funcionamiento clandestino, dado que los trabajadores de la época debían elegir entre estar sindicados y trabajar. Esta organización se convirtió en el verdadero motor de la conciencia obrera de aquella época.

También existía una central obrera, con métodos de lucha más confrontativos: la Federación Americana del Trabajo, con dos tendencias internas importantes: la socialista y la anarquista.

Hoy 125 años después donde el avance en temas de justicia laboral ha sido importante, aunque aún insuficiente, se suma otra área rezagada donde existe división de opiniones e intereses al interior mismo de las organizaciones de trabajadores, me refiero al tema de inmigración.

La gran mayoría de trabajadores inmigrantes están de acuerdo y apoyan una ley de reforma migratoria, ya que en ellos aún está fresco en su memoria el recuerdo de los abusos que se cometen en contra de aquellos trabajadores por el solo hecho de ser indocumentados.

En otro lado de las gremiales de trabajadores existe un sector que representa la visión de aquellos que reclaman que los trabajadores inmigrantes vienen a robarles oportunidades y que producto de la oferta laboral de éstos la lucha por obtener mejores condiciones salariales y laborales en general se vuelve más difícil.

Los trabajadores inmigrantes traen su cultura a la conmemoración del día dedicado a los de su clase en Estados Unidos, para lo cual organizan marchas multitudinarias exigiendo plataformas reivindicativas que ahora incluyen el tema migratorio.

Aunque este tipo de actividades en poco o nada inciden en la decisión de implementar una reforma migratoria, estas logran evidenciar una realidad que se vive de forma callada diariamente: la productividad de la gran nación americana está respaldada por el esfuerzo proveniente del submundo de los trabajadores inmigrantes, para quienes todavía están muy lejos las auténticas razones para festejar “el día de los trabajadores”.


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