Mitt Romney candidato republicano
Por Luis E Montes Amaya
Lialdia.com/ Luis E. Montes Amaya* / A poco más de 5 meses de las elecciones presidenciales del 2012, los
partidos políticos, encuestadores y analistas coinciden en que el voto hispano
será un factor decisivo en el resultado de los comicios; se espera una
participación de más de 12 millones de hispanos, un 26% más que en el 2008.
Pero hasta ahí las coincidencias. La estrategia y los mensajes empleados por
ambos partidos políticos- demócratas y republicanos- contrastan abismalmente.
¿Será que los hispanos podrán sentirse bienvenidos en un partido que dice
compartir tradiciones y valores pero que busca deportar a los familiares?
Figuras
hispanas prominentes del partido republicano como el senador
“vicepresidenciable” de la Florida, Marco Rubio, han salido al paso para intentar
contrarrestar el bajo porcentaje de aprobación del candidato presidencial Mitt
Romney y su partido entre los hispanos. En las últimas 7 semanas- desde la
suspensión de la campaña de Rick Santorum y el gane de Romney en las primarias
de Texas el cual le permitió alcanzar el número mágico de delegados- Romney ha
logrado subir 12 puntos porcentuales es decir del 15% ha subido al 27%, cifra
muy lejana de aquel 44% que obtuviera Bush en el 2004.
No obstante,
la retórica de Rubio y sus aliados por sí sola es insuficiente para poder hacer
contrapeso a las decenas de oficiales electos y otros miembros del partido
republicano que día tras día se esmeran por hacer sentir a la familia hispana
como personas non gratas en suelo americano. Y la mala noticia para aquellos
moderados dentro del GOP es que los extremistas del Tea Party, comités de
acción política fondeados por los hermanos Koch y otros grupos nativistas,
lejos de desaparecer como se creyó después del 2010 han tomado más fuerzas a
tal punto que voces sensatas como los senadores Richard Lugar y Olympia Snowe
han sido forzadas a retirarse por esos mismos grupos a partir de enero del
2013.
El argumento
de muchos republicanos es que los valores y tradiciones de los hispanos
coinciden con su agenda social y por eso el partido de los elefantes es la casa
política natural de los latinos. Si bien los hispanos en el suroeste de los
Estados Unidos tienden a ser un poco más conservadores socialmente que los
hispanos en el noreste, es difícil creer que asuntos como aborto, bodas entre
personas del mismo sexo y otros puntos “wedge” podrán ser más fuertes que la
misma dignidad y lazos familiares. Los republicanos olvidan que los más de 11
millones de personas indocumentadas, en su mayoría hispanoamericanos, que viven
en Estados Unidos son hermanos, tíos, sobrinos, primos de votantes que en su
enorme mayoría se sienten ofendidos por la retórica en contra de sus
familiares. Ningún ser humano es ilegal y mucho menos si es familiar.
Si bien en las
encuestas el asunto de inmigración siempre aparece en un cuarto o quinto lugar
desplazado por otros asuntos tales como creación de trabajos, impuestos,
educación y salud, el mismo argumento de los valores aplica en esta instancia.
¿Cómo así? La sangre es más fuerte. Cuando uno puede ponerle nombre o una cara
familiar al asunto de inmigración y ve en televisión que gente como el
congresista republicano Steve King compara a inmigrantes- a nosotros mismos y
nuestros familiares- con perros de caza, indigna y es difícil que cualquier otro
argumento económico o de educación logre persuadirnos de votar a favor de
personas del mismo equipo de King. Es ahí donde la dignidad puede más que
cualquier otro punto y por más que pidan el voto en español quebrado, el
mensaje es claro: “mi casa no es tu casa… pero vota por mí”.
* Consultor
político
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