Tomado de BBC Mundo
La política de paro y registro está dirigida a las
minorías raciales, dicen los críticos
La
práctica de la policía en Nueva York de parar y registrar a transeúntes
conocida por los medios en español como "paro y registro" (stop and
frisk, en inglés) se ha incrementado exponencialmente y ha generado la reacción
de organizaciones defensoras de los derechos civiles, políticos, funcionarios
públicos y comunidades minoritarias en la ciudad.
Las
autoridades aseguran que se trata de un programa para encontrar y decomisar
armas ilegales -particularmente pistolas y revólveres- y hacer las calles de
Nueva York más seguras.
Los
críticos, sin embargo, acusan a la policía de concentrar sus esfuerzos sobre
individuos de raza negra y latinos de apariencia "sospechosa", una
práctica que los activistas consideran ilegal y discriminatoria.
El
Departamento de Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) tiene un
manual de operaciones y un programa de entrenamiento que, según organizaciones
comunitarias, no se han hecho públicos.
Aumento
sin precedentes
La
política de "paro y registro" se instituyó hace varias décadas en
Nueva York pero en el último año, según datos recopilados de las autoridades
por la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU, por sus siglas en
inglés), los incidentes se han incrementado en un 600%.
César Pérez
Origen mexicano
17
años
Estudiante
de secundaria
Vive
en un barrio latino de Nueva York
Más
de 10 paradas por la policía
"Soy un
trabajador comunitario. La última vez que me pararon estaba yendo al trabajo,
crucé la calle y me pararon dos policías y me arrojaron contra la pared.
Me requisaron y
preguntaron si pertenecía a una pandilla. En eso llegaron dos patrullas más.
No se puede preguntar
nada, ni por qué lo están haciendo porque se enojan y se pueden empeorar las
cosas.
En otra ocasión estaba
frente a mi escuela esperando a una amiga. Me pararon y me dieron una multa por
invasión de propiedad. Tuve que ir ante un juez con una carta de la escuela
para no pagarla.
Con mis amigos siempre
decidimos no ir en un grupo de más de cuatro o cinco porque sabemos que nos van
a parar."
"El
programa está fuera de control", expresó a BBC Mundo Donna Lieberman,
directora ejecutiva de la filial de ACLU en Nueva York.
"Ahora
registra casi 700.000 paradas al año, mayoritariamente contra minorías y contra
personas que son tan inocentes de toda culpa que a un 90% de ellas se les
permite seguir su camino".
Lieberman
explica que los datos vienen de la propia policía, conseguidos tras demandas
legales entabladas por la organización de derechos civiles. Según estos, el
porcentaje de latinos y afroamericanos detenidos bajo este programa es del 86%
y la tasa de personas que resultan ser inocentes es del 87%.
La policía
asegura que la medida se aplica en sitios con altos índices de criminalidad y
que se está conteniendo el la delincuencia y manteniendo las calles más seguras
y sin armas.
En mayo,
el NYPD sostuvo que la medida está contribuyendo a que la ciudad se acerque a
la menor tasa de homicidios en su historia. "Nueva York continúa siendo la
más segura entre las ciudades grandes del país", expresó en un comunicado.
Pero la
alta funcionaria de la ACLU alega que va más allá de toda lógica pensar que
parar a gente inocente puede controlar el crimen.
"Nueva York
continúa siendo la más segura entre las ciudades grandes del país"
Comunicado
del Departamento de Policía de Nueva York, NYPD
"Han
logrado decomisar apenas unas 500 a 700 armas al año, durante la última década.
Sólo una de 700 paradas resulta en el decomiso de un arma", aseguró.
"Así que los resultados no están reflejados en el incremento abrumador de
paradas".
Es cierto
que las autoridades están respondiendo a una solicitud de las comunidades
afectadas por el crimen, pero Donna Lieberman explica que esa solicitud ha sido
pervertida por el NYPD esas comunidades a algo que se asemeja a un estado
policial.
"El
estándar legal para que la policía pare y registre a alguien es si ellos
sospechan si han estado involucrados en un crimen y solo pueden catear a
alguien si creen que posee un arma y temen por sus vidas" aseguró.
Selección
racial
Miles
desfilaron por las calles de Nueva York contra la ley de paro y registro.
Más allá
de que el "paro y registro" interfiera con un derecho fundamental del
ciudadano estadounidense que protege el libre desplazamiento sin la
interferencia del gobierno, lo que más resaltan los grupos defensores de los
derechos civiles es que las personas no están siendo seleccionadas por cómo se
comportan sino "por la zona en la que viven y por el color de su
piel".
"Eso
es racismo, es selección según el perfil racial, es actividad policial
discriminatoria. Es ilegal y anticonstitucional", dijo Lieberman indicando
que los incidentes no sólo ocurren desproporcionadamente con gente "de
color" sino con mucha más frecuencia en los vecindarios latinos y
afroamericanos.
Pero el
comisionado de la Policía, Raymond Kelly, arguye que la desproporción está en
la cantidad de comunidades minoritarias que logran proteger. Hablando para un
medio estadounidense, señaló que 96% de las víctimas de armas de fuego son
afroamericanos e hispanos, así que una reducción de esa violencia
"lógicamente es equivalente a menos minorías" siendo víctimas.
Melissa
Mark-Viverito, concejal del distrito 8 en Nueva York, un área predominantemente
latina de la ciudad, dijo a BBC Mundo que la política ha impactado de manera
muy negativa en su distrito.
"Lo
que crea es un clima de antagonismo y no hace a nuestras comunidades más
seguras porque nadie va a querer cooperar con las autoridades cuando estén
investigando un crimen", comentó la funcionaria. Melissa Mark-Viverito,
Concejal de Nueva York
Mark-Viverito
advierte que se está creando una creciente división social y racial parecida a
la brecha entre ricos y pobres que fomenta esa mentalidad, pero lo que más le
preocupa es la "criminalización de toda una generación de nuestros jóvenes".
El temor
es que un incidente de "paro y registro" puede enmarañar a una
persona dentro de sistema judicial sin que tenga por qué estar allí, explicó.
Una vez
dentro del sistema es más probable que termine con expediente judicial que
afectará sus perspectivas laborales. Aunque no haya sentencia de cárcel tendrá
que esperar en una celda antes de comparecer frente a un juez. El resultado es
pérdida de trabajo, de estudio e interrupción de la vida familiar.
Donna
Lieberman, del ACLU, añade que un paro y registro puede resultar en una multa
que, muy probablemente, no será pagada, lo que desencadena otro proceso más
grave y tal vez otro arresto. "El impacto es como una bola de nieve
devastadora para jóvenes de color", dice.
Aunque no
se han podido medir los efectos secundarios de esa medida de seguridad, la
activista afirma que cada interrupción hace las cosas más difíciles para que
una población -de por sí vulnerable- pueda superarse económica, social y
psicológicamente.
Movilización
La
concejal Mark-Viverito añade que también hay un efecto sobre las familias que
temen por sus hijos en las calles, no sólo por la violencia criminal que pueda
existir sino por la violencia a la que puedan estar sometidos por la policía.
Desestima
todo lo que los padres le pueden enseñar a sus hijos sobre el comportamiento
social porque el mensaje para los adolescentes es que no importa cuál es su
comportamiento, la policía los va a parar y arrojar contra el suelo.
La
concejal asegura haber tomado pasos para aumentar la conversación sobre el
tema, utilizando las estadísticas de los últimos años y comparándolas con los
resultados actuales.
"Hay
que desafiar las razones que nos ofrece la administración y demostrarles que
los resultados no concuerdan con la práctica", manifestó Mark-Viterito.
El
domingo, 17 de junio, hubo una movilización multitudinaria por las calles de la
ciudad que terminó frente a la residencia del alcalde, Michael Bloomberg, para
solicitar la suspensión de la práctica.
El alcalde
respondió diciendo que era menester asegurarse de que los paros y registros
eran conducidos de manera apropiada y con respeto, pero que "no
abandonaremos una estrategia que sabemos salva vidas".
La
conecjal Mark-Viverito está proponiendo legislación a nivel municipal y estatal
para forzar un cambio de política en la ciudad y, a nivel federal, ha llevado
una apelación al Departamento de Justicia para que se realice una
investigación.
"Estamos
extendiendo la voz a todo el país pues lo que pasa en Nueva York suele
utilizarse como modelo en otras ciudades y hay que evitar que esta práctica se
repita en otras ciudades", concluyó.
Tray Ranale
Afroamericano
20
años
Estudiante
Vive
en un barrio de estrato bajo, vencindario negro y latino
30-40
paradas por la policía
"La primera vez
me enfurecí, pero no podía hacer nada porque les daba razón para que me
arrestaran.
Otra vez fue en Año
Nuevo, íbamos con unos amigos a celebrar y nos detuvo la policía encubierta y
nos preguntaron: '¿Dónde esconden las armas?'
Me tengo que vestir
diferente, caminar diferente, cambiar de actividades por miedo a que me paren y
me arresten".
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