domingo, 24 de noviembre de 2013

Frenar la violencia es el reto principal para el futuro gobierno hondureño

Tomado de RFI 

Honduras va a las urnas este domingo para saber qué candidato deberá frenar la espiral de violencia. En un año, el índice de homicidios ha bajado en tan sólo un punto. Los lazos entre la justicia y el crimen organizado son la raíz de esta epidemia. Los dos candidatos principales coinciden en sus tesis pero proponen modelos distintos.

Por Carlos Herranz

Cada hora y cuarto se produce un homicidio en Honduras. El 85% de estas muertes se produce por arma de fuego y lo peor de todo: apenas dejan rastro. Pocas pistas investigadas de las 2 decenas de casos que cada día suceden en el país. Según el Observatorio de la violencia, lo más cercano a poder aproximarse a quiénes asesinan, se basa en los posibles móviles que da la policía después de levantar un cadáver: un 23% de los homicidios de 2012 fueron cometidos por supuestos sicarios. Pese a las cifras, el presidente Porfirio Lobo ha presumido durante la campaña de haber reducido la violencia en el país: "Hemos sentado las bases para la paz" señalaba el mandatario el pasado viernes a tan sólo 2 días de las elecciones. Sin embargo, los datos muestran que esa disminución es tan real como mínima: la tasa de homicidios pasó del 86.5 por cada 100.000 habitantes en 2011 al 85.5 un año después, según datos del propio Observatorio que se nutre de fuentes policiales y de la Dirección General de la Medicina Forense. Además, esta mínima reducción se justifica en el aumento de población según fuentes del propio Observatorio.

Adolescentes y jóvenes deambulan cada día por las calles hondureñas, con acceso a los círculos de drogas, violencia y criminalidad, -y no a los de la educación-, y casi resignados a engrosar la población penitenciaria o incluso a afrontar un destino peor. Es la imagen del fracaso de un estado: la miseria endémica que azota a Honduras, hundida en un severo y eterno conflicto de exclusión socioeconómica.

La raíz del problema se le escapa cada vez a menos gente en el país: los lazos entre la justicia y el crimen organizado. El conocimiento de la propia impunidad, antes de apretar el gatillo. Pese a sus diferencias, los dos principales candidatos de las elecciones de este domingo coinciden en su tesislas autoridades judiciales están infiltradas y contaminadas por las redes del crimen. La manera de solucionarlo sí que les separa: Mientras el candidato de derechas Juan Orlando Hernández apuesta por oficializar la policía militar, la izquierdista Xiomara Castro (esposa del expresidente derrocado en 2009 Manuel Zelaya) prefiere hablar de "policía comunitaria cercana al pueblo". "Queremos que la policía nos conozca, que sepa quiénes somos" ha sentenciado Castro durante la campaña.

Guerra campesina, otra "herencia" violenta

El futuro gobierno hondureño tendrá que enfrentar además un complejo conflicto que deja ya 120  muertos en los últimos 4 años: el que mantienen campesinos y terratenientes en el fértil Valle de Aguán. Los miembros del Movimiento Unificado Campesino(MUCA) ya han exigido al próximo gobierno que "dé seguimiento y cumplimiento de los acuerdos" firmados con el presidente Porfirio Lobo en abril de 2010 para solventar este sangriento conflicto.

Por este acuerdo, el gobierno se comprometió a comprar 11.000 hectáreas de tierras cultivadas de palma africana a un poderoso terrateniente, Miguel Facussé, para entregarlas a campesinos y ejecutar proyectos de educación, salud y vivienda. Según el Movimiento Unificado Campesino se han adquirido ya 4.000 hectáreas bajo acuerdos de costo de 6500 dólares por hectárea, beneficiando con ello a 2.500 familias, pero aún quedan otras 5000 mientras las víctimas siguen cayendo.

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