sábado, 2 de noviembre de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL SUICIDIO



       Quisiera insistir en la formación de conciencia sobre una problemática que va  más lejos de lo evidente, y que, como otros muchos temas, no se sabe prevenir, ni siquiera detectar anticipadamente. Es importante mencionar tres puntos al respecto:

    1-     FACTORES DE RIESGO. Son los que inducen a una persona a una decisión de suicidio. Pueden ser  sociales, familiares o individuales. Factores sociales que pueden inducir al suicidio son la descomposición social, la falta de perspectivas, la marginación por cualquier razón, o la presión excesiva hacia determinadas pautas de comportamiento. Entre los factores familiares se encuentran el maltrato, la falta de atención física o afectiva, la exigencia excesiva, o la imposición de modelos educativos rígidos y marcados por la falta de diálogo. Entre los individuales, que tienen estrecha relación con lo social, están la incapacidad para responder a requerimientos sociales o familiares, la tendencia irracional a imitar modelos estereotipados, el idealismo que choca con una realidad social muy diferente, o la baja autoestima. Puede haber algún factor individual sin vínculos con lo social, como una tendencia depresiva endógena, que sirve de catalizador de los otros factores.

2-     GRUPOS DE RIESGO. Son los grupos de personas más susceptibles de tener conductas suicidas. Suelen ser grupos minoritarios, con excepción de uno: Los adolescentes, pre-adolescentes, y post-adolescentes. ¿Por qué? Porque en ellos se conjugan gran parte de los factores de riesgo. En algunos, incluso se dan casi todos los señalados anteriormente.


3-      INDICIOS. Puede haber diversos indicios, pero uno muy común es el comunicar previamente a personas cercanas su deseo o intención de morirse, o comentarlo repetidamente, lo cual se suele considerar intrascendente y no se le presta atención. Es una señal de alerta y debe prestársele atención y buscar ayuda.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

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