Tomado de The Huffington Post
Obama pasa por el peor momento de su
presidencia
Por Gabriel Lerner
Si las elecciones fuesen hoy, los republicanos
ganarían por 49 a 47 por ciento.
Qué fluida, fluctuante, inestable es la opinión pública.
Hace
poco, parecería semanas, la estrella de Barack Obama brillaba con todo su
esplendor. Había ganado holgadamente la reelección pese a una campaña de
hostilidad sin precedentes. Sus rivales políticos ponderaban cambiar su actitud
y apoyar la reforma migratoria, un acuerdo presupuestario, abrir una nueva
página. Una minoría radical e intransigente dentro del partido de oposición lo
impidió. El público los consideraba extremistas y las encuestas pronosticaban
que en noviembre de 2014, cuando se someterían a elección todos los 435 puestos
en la Cámara de Representantes y la tercera parte del Senado, los demócratas
obtendrían una mayoría en ambas y podrían llevar a la práctica su agenda
política.
Después vino la debacle de Obamacare.
Más
que nada, un sitio de internet que no funciona. Y centenares de miles de
personas que recibieron notificaciones de que ya no tenían seguro médico. Lo
contrario de lo prometido personalmente, ante millones, por Obama. Y vinieron
las respuestas balbuceantes del gobierno.
La
propaganda, la guerra electoral incesante lanzada por la oposición desde que se
legisló Obamacare en 2010 de pronto tuvo oyentes atentos. De pronto se le pegó
al mandatario un hálito negativo.
Así fue como la
nueva encuesta de CNN/ORC International, publicada este martes 26 de noviembre
indicó que de realizarse hoy las elecciones de medio
término, los republicanos ganarían. Lo dicho: 49 a 47 por
ciento.
Solo un mes atrás
- ¡un mes! - los demócratas tenían una ventaja estadística de 50 por ciento
contra 42, en un sondeo en el que se les pidió a los participantes decir si
apoyarían a un republicano o a un demócrata en comicios para el Congreso. Un
cambio, como dice la publicación
especializada The Hill, del 10 por ciento.
Sí,
eran otros tiempos. Obamacare todavía era una promesa y los republicanos se
habían dañado a sí mismos al llevar al cierre del gobierno y negarse a aprobar
el pago de la deuda nacional. Muchos los veían como fanáticos o extremistas.
Eso cambió por una percepción del Presidente como poco sincero, o como incapaz.
Encuestas
de Quinnipiac y de Fox News dieron resultados similares: los demócratas tienen
problemas, a causa de la pérdida de popularidad de Obama.
Y
el presidente lo sabe, y dijo hace un par de semanas: "No hay duda de que
nuestro fracaso en implementar la Ley de Cuidado de Salud de Bajo Precio de
manera suave y pareja tiene un precio para los demócratas, estén o no
sometiéndose a elecciones, porque insistieron en apoyar este esfuerzo".
Más
malas noticias para Obama: la encuesta indica que el apoyo al presidente bajó a
41 por ciento, el punto más bajo de su presidencia. Y que la mayoría de la
gente cree que términos como "honestidad" y "confianza"...
no son para él.
Un
elemento importante que señala la encuesta, dice CNN, es que ambos partidos
tienen fuerte apoyo por parte de sus bases naturales y permanentes. Las
diferencias, entonces, se acentúan.
"Parece que el aumento de apoyo para los
republicanos viene de votantes blancos, estadounidenses de ingresos más altos,
y de gente que vive en las áreas rurales, mientras que los demócratas tiene más
apoyo de votantes no blancos y de gente de más bajos ingresos", dijo el
director de Encuestas de CNN Keating Holland.
Es
decir, lo apoyan quienes se benefician con sus políticas. Lo rechazan aquellos
a quienes los cambios no afectan.
Si
estos resultados se mantienen durante un año más los dos últimos años de Obama
serían más difíciles y las probabilidades de que un demócrata (Hillary Clinton,
por ejemplo) llegue a la Casa Blanca en 2016, menores.
En
la actualidad los demócratas tienen una mayoría de 55 a 45 en el Senado, pero
los republicanos los superan por 17 escaños en la Cámara Baja. Hasta 2010 la
mayoría en ésta estaba en manos demócratas, pero en las elecciones de aquel año
los republicanos tuvieron una ventaja de 63 escaños.
Por supuesto,
para los republicanos éstas son excelentes noticias. Sus portavoces cantan
victoria y se mofan de las profecías por parte de sus rivales
de que su agrupación estaba herida de muerte.
El resultado es
importante porque confirma cuál será el tema de campaña de todos los candidatos
republicanos en noviembre próximo, en todos los puestos: la supuesta derrota y
la lucha contra Obamacare, como explica este
análisis de Reuters.
Y
aunque pocos dudan de que el sitio de internet de la ley de salud mejore y que
se corrijan muchos los errores del lanzamiento, la percepción del fracaso será
muy, muy difícil de cambiar.
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