sábado, 23 de noviembre de 2013

Informe Gorila Parte 2: ENEL la energía de la corrupción

Tomado de La Prensa Gráfica  

 Enel y el Informe Gorila (y 2)

El pasado 11 de marzo, mientras el fiscal general de El Salvador, Luis Martínez, conformaba la comisión especial que investigaría el caso Cel-Enel, el Tlacova Agentura Slovenskej Republiky informaba lo siguiente: “Voceros de la policía aseguraron que se ha iniciado una investigación sobre la privatización de Slovenske Elektrarne durante el gobierno de Mikulás Dzurinda, 2002-2006. La mayor parte de la compañía eléctrica estatal fue vendida a la firma italiana Enel”.

Por Geovani Galeas


En la primera entrega de esta columna se dijo que Penta, o G5, es el grupo empresarial más poderoso e influyente de Eslovaquia, y que la Inteligencia del Estado de ese país realizó escuchas secretas de las conversaciones telefónicas entre el copropietario de ese consorcio y los máximos líderes del partido derechista SDKU. El Informe Gorila se basa en las transcripciones de las mencionadas escuchas. En su edición del pasado primero de febrero el Slovakya Daily afirma: “La investigación se centrará en las transcripciones referidas a que el socio de Penta, Jaroslav Hascak, acordó y planificó la privatización de la central eléctrica y sus activos con el entonces ministro de economía Jiri Malcharek”. Y agrega el periódico algo que a estas alturas puede sonarnos bastante familiar a los salvadoreños:


“Esas transcripciones hablan de todo tipo de comisiones y ofertas, incluyendo mil millones de coronas (alrededor de 50 millones de dólares), para garantizar que Enel ganara la licitación de Slovenske Elektrarne. El dinero supuestamente fue canalizado a través de la empresa Paroplynovy Cyklus, para después ser pagado al ministro Malcharek y una parte al partido derechista SDKU”.

Ahora bien, el pasado 7 de marzo otro periódico, el Pravda Daily, informaba que precisamente en el año 2005, justo cuando Enel comenzó a reclamar en El Salvador la mayoría accionaria de LaGeo, allá en Eslovaquia sucedía lo siguiente:

“El exministro de Economía Ivan Miklos estuvo involucrado en un acuerdo base según el cual después de la privatización de Slovenske Elektrarne, el Estado eslovaco no recibiría dividendos de la compañía Enel hasta 2010. Esto para garantizar el financiamiento para terminar la construcción de una planta nuclear, para lo cual no se establecieron plazos vinculantes”.


Sin embargo, continúa el reporte, “los italianos se atrasaron en la finalización de la planta, de modo que se amplió el plazo y Eslovaquia no recibiría dividendos hasta 2014; pero en enero bajo la presión de los italianos el plazo se amplió hasta 2017”. Por esa razón, según el reporte, Eslovaquia estaría sin dividendos al menos durante 20 años después de la privatización de la compañía eléctrica, y eso tiene implicaciones económicas muy concretas.

El reporte señala que a Eslovaquia le correspondía el 34 % de los dividendos de la operación de central eléctrica pero los cedió a la italiana Enel: “El Consejo de Ministros estimó que entre 2006 y 2010 Enel recibiría 33 millones de euros, sin embargo ahora resulta que el Estado renunció a una cifra superior a los 300 millones de euros, esto a partir del aumento de los precios de la energía”.

Finalmente, considerando la información vertida en mis dos entregas, las fechas y el tipo de personajes involucrados en este asunto paralelo de corrupción y fraude al Estado, para no hablar de otros casos similares en que Enel se ha visto envuelta en otros países, y que ya están siendo dados a conocer, es imposible no concluir que se trata de un modus operandi por parte de la poderosa transnacional italiana.

Con todo eso, más la reciente resolución de la FGR ¿pueden y deben los señores de ANEP, FUSADES y ARENA seguir exigiendo al gobierno de Mauricio Funes que entregue la geotermia nacional a los italianos de Enel?
 

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