Tomado de Long Island al Día
El “fenómeno brozo” es un buen primer paso. El momento de la
transparencia ha llegado y serán las redes sociales (así como en México y otras
partes del mundo) los que finalmente correrán las cortinas y dejarán que entre
el sol.
Por Luis Montes

Lo irónico e hipócrita de la jornada fue oír a funcionarios de
ARENA criticando a Funes por semejante decisión. Durante los 20 años de
administración de ARENA es bien sabido que muchos de los viajes efectuados por
los mandatarios electos bajo la bandera del partido siempre contaron con
viajantes frecuentes pertenecientes al grupo de los “dones”, a sus asesores,
sus ejecutivos y hasta familiares. ¿Tendrán entonces los mandamás, el
COENA y otros como el candidato presidencial de ARENA autoridad moral para
hablar de transparencia y gastos superfluos?
Que si no se detiene ahora, es nunca. ¡Cierto! Pero si de
transparencia hablamos, entonces dejemos que la luz del sol le de a los
archivos y mate cualquier bacteria que ahí se encuentre. Lastimosamente ARENA
se ha vuelto un crítico de todo lo malo que ellos mismo hicieron durante
los 20 años que ellos estuvieron en el poder lo que les resta altura, moralidad
y ética para venir a hablar de los problemas. ¿Por qué lo hicieron entonces
cuando estaban ahí sentados?
¿Será congruente que ahora el COENA, integrado por muchos
exfuncionarios de la era Saca, le critiquen por la administración y políticas
públicas que los mismos COENA implementaron? ¿Por qué no renunciaron en su
momento y criticaron esas decisiones del mandatario? ¿Por qué hacerlo ahora en
retrospectiva cuando ya se beneficiaron de esa misma administración?
A los miembros de la élite salvadoreña y algunos arribistas que se
arañan por persignarse habría que preguntarles ¿acaso no es corrupción que
cónyuges, hermanos, primos o hasta ellos mismos gocen de los beneficios de
portar pasaportes diplomáticos o sean nombrados como cónsules honorarios en
Estados Unidos u otras regiones del mundo? ¿Y qué decir de los sueldos,
prebendas y/o beneficios que ganaban como comisionados, embajadores
itinerantes, directivos de autónomas y hasta designados a la presidencia?
Señores, para que haya corrupción debe haber un corruptor.
Por años, los “dones” salvadoreños han querido verse o venderse pulcros, pero
¿acaso olvidan o se lavan las manos de todos los sobres que distribuyeron,
distribuyen y distribuirán a los líderes de la asamblea y (a través) sus
asesores? ¿Cómo fue que medidas como los impuestos al alcohol afectaran a una
parte de la industria y no a la otra? ¿Cómo se explican los precios de tarifas
aéreas de y hacia El Salvador cuando se comparan con el resto de Centro
América? ¡Sí!, la clase política de El Salvador es sucia y débil, pero
preguntémonos ¿quién ha facilitado y alimentado esa suciedad y debilidad?
Es tiempo de desenmascarar a los que por años han tratado de
venderse como moralistas y filántropos. En lugar de hacer tanta pantomima con
sus fundaciones y clubes de beneficencia mejor dejen de corromper, paguen
impuestos y sobre todo sométanse a la ley. No sólo hablen de
institucionalidad en sus discursos y entrevistas, ¡RESPENTELA! Prediquen con el
ejemplo.
Esa paja de que donan el sueldo ya nadie se las cree. Los
beneficios que obtienen al no pagar impuestos son más dañinos que los pocos
pesos que donen al mes. El “fenómeno brozo” es un buen primer paso. El momento
de la transparencia ha llegado y serán las redes sociales (así como en México y
otras partes del mundo) los que finalmente correrán las cortinas y dejarán que
entre el sol.
Para mayor información sobre el autor, puede seguirle en
twitter: @LuisMontes
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