Los intentos de parte de
las autoridades para regular la venta y consumo de alcohol, deben valorarse
positivamente por su intención de agarrar el toro por los cuernos, lo cual
nadie había intentado hasta años recientes; sin embargo, cabe preguntarse si es
realmente por los cuernos por donde se ha agarrado.
Creo que los cuernos de
este toro están firmemente asentados en nuestra cultura. El alcohol es un valor
cultural que casi todos asimilamos desde que tenemos un mínimo uso de razón.
Aprendemos que el hermano mayor, o el primo ya pasó al status de “hombre”
porque ya le dejan echarse sus traguitos. Aprendemos que “el tata” deja de
estar con su familia algunas noches, o los fines de semana, para irse a
“chupar”. Aprendemos que cuando hay una reunión, los hombres la pasan en coro,
en torno a unas botellas. Aprendemos que no se puede concebir la diversión sin
alcohol; y que cuanto más alcohol, más diversión. Aprendemos, en definitiva,
que el alcohol es clave de la hombría y de la felicidad.
Los valores culturales
siempre son más fuertes que la ley. Cuando se trata de aplicar la ley contra un
valor cultural, suele pasar que éste encuentra la forma de evadirla, o que tras
un primer intento la autoridad se siente impotente y desiste, o bien, que se
genera una doble moral: la legal y la cultural; pero de una forma u otra, el
valor cultural sobrevive.
Un valor cultural se combate con su contravalor y con valores
alternativos, y ello requiere una decidida tarea educativa, a medio y largo
plazo, en la familia y en la escuela, mostrando el alcohol como un antivalor,
como una droga más que es. A corto plazo nunca se han encontrado soluciones
eficaces, y se han ensayado muchas. Cuando terminemos por aceptar que,
sencillamente, nos estamos sentando en nuestra propia estaca, y mostremos a
nuestros hijos nuestra desgracia, entonces habrá esperanza para ellos.
Acerca de la
Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones
en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y
Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad
profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones
fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la
segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación
nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la
conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional
estigma.
Fui la
primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer
dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente
he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas,
Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o
Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de
U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo
acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la
Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La
tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y
teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del
mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia
regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes
que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos
acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario