sábado, 6 de julio de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL RETRASO MENTAL




      Por lo general, el término “retraso mental” no se comprende bien y se ve de manera despectiva. Algunos piensan que se diagnostica sólo en base a un cociente de inteligencia (I.Q.) mucho más bajo de lo normal, pero en realidad, para ser diagnosticado como retrasado mental, la persona, además de ello tiene que tener problemas considerables en su adaptación a la vida diaria. No obstante, la mayoría de los niños que son retrasados pueden aprender muchas cosas y, al llegar a adultos, pueden vivir de una manera casi independiente; y lo que es más importante, pueden disfrutar de la vida al igual que cualquiera.

       Antes se aconsejaba a los padres que internaran a sus hijos con retraso en una institución especial. Hoy día se recomienda lo contrario, que estos niños se queden junto a la familia y tomen parte en las actividades de la comunidad.

       El retraso puede estar complicado por otros problemas físicos y emocionales.  Puede ser que el niño no pueda ver, oír o hablar bien. Indudablemente, el potencial del niño se ve reducido en tales casos. Por ello, es importante que se someta al niño a una evaluación minuciosa para determinar cuáles son sus dificultades, así como sus puntos fuertes.  Para ello deben hacerse varias pruebas especializadas de neurología (del sistema nervioso), de psicología, de psiquiatría, de educación especial, del oído, del habla, de la vista y de terapia física.

       Los desórdenes emocionales y del comportamiento también son complicaciones frecuentes en el retardo mental, y pueden interferir con el progreso del niño. La mayor parte de niños retrasados son conscientes de que no están al mismo nivel que otros niños de su edad. Algunos se sienten frustrados o ansiosos, se vuelven retraídos y se portan “mal” para atraer la atención de otros niños y de los adultos.

       Los adolescentes y jóvenes con retardo pueden deprimirse. Estas personas probablemente no tienen las destrezas lingüísticas para expresar lo que sienten, y su depresión se manifiesta a través de nuevos problemas, bien en su comportamiento, o en su hábito de comer o dormir.  Un diagnóstico a tiempo de la presencia de desórdenes psiquiátricos en los jóvenes con retardo mental puede resultar en un tratamiento oportuno.

       Los medicamentos no son la única manera de tratar a estos jóvenes.  La mayor parte de ellos pueden beneficiarse de otros tratamientos psiquiátricos.  Las consultas periódicas con un especialista pueden ayudar a la familia a establecer las expectativas apropiadas, los límites, las oportunidades para triunfar y otras medidas que ayudarán al niño retrasado a manejar el estrés relacionado con el crecimiento, de manera que se pueda sentir una persona satisfecha. 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

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