jueves, 28 de febrero de 2013

Manejo de crisis por escándalos marcará gestión del nuevo Papa


Agencias Noticiosas
La crisis de los escándalos eclesiásticos desafía al futuro papa y el futuro de la Iglesia

Este jueves es el último día de Benedicto XVI en el papado y muchas especulaciones giran alrededor de quién será el nuevo santo padre que, sin duda, se enfrentará a uno de los momentos más desafiantes de la Iglesia tras los recientes escándalos.

La gran sorpresa que generó la renuncia de Benedicto XVI ha abierto un debate sobre la crisis de la Iglesia en la actualidad, la pérdida de fe en la institución por parte de los fieles, y por supuesto cuáles deberían ser las cualidades del sucesor de Joseph Ratzinger, quien en su última audiencia este 27 de febrero reconoció que durante sus 8 años tuvo "momentos difíciles".

"Abusos de menores, la intervención de congregaciones religiosas, de movimientos, el arreglo de situaciones que se daban en torno al IOR, que es el banco vaticano, y una infinidad de cosas mayores y menores, pero el papa no tuvo problemas y lo enfrentó", sostiene Alejandro Russo, un sacerdote de la Archidiócesis de Buenos Aires.

La fiebre sobre la elección del papa que sobrevino a la renuncia de Benedicto XVI dio lugar a variadas interpretaciones respecto al perfil y el país de origen del futuro sumo pontífice. Enseguida, los medios de comunicación apuntaron que podría ser el momento de un papa latinoamericano a raíz del peso de la región, pues un 40% de la comunidad católica mundial reside en esta zona.

Sin embargo, el lugar de pertenencia del nuevo pontífice pareciera no ser una condición para asegurar un cambio de visión en el máximo cargo de la Iglesia.

"No es tanto cuestión de que sea latinoamericano, sino de dónde tiene el corazón, porque por ejemplo monseñor Sandri es argentino y yo muero de angustia si lo nombran a Sandri papa, en cambio, por ejemplo, si en el cónclave anterior lo hubieran elegido a Martí, que era italiano, europeo, yo hubiera saltado en una pata. Es decir, la cuestión no está tanto de dónde viene, sino hacia dónde va", indicó el sacerdote Eduardo de la Serna.

Por su parte, los fieles parecen estar cada vez más al margen de la gestión papal y de la influencia de la Iglesia en la práctica religiosa, pues reprochan los escándalos de la institución en los últimos años.

Así, en un escenario absolutamente inédito para la Iglesia católica -marcado por graves denuncias de intrigas y corrupción en el interior de la Santa Sede, y las expectativas por el origen y las cualidades del nuevo papa- la única certeza respecto a la elección del santo padre parece ser que su gestión deberá enfrentar uno de los momentos más desafiantes de la historia de la Iglesia católica.

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