El papa Benedicto XVI renunciará a
su pontificado el próximo 28 de febrero "por falta de fuerzas", según
ha confirmado el Vaticano. "Un rayo caído del cielo", así lo ha
definido, con estas palabras, el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal
Angelo Sodano. Es la primera dimisión papal en cinco siglos, desde 1415.
"He de reconocer
mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". Benedicto XVI tiene 85 años y lleva ocho siendo papa, desde
que fue elegido en un cónclave en abril de 2005.
Su dimisión fue anunciada por él mismo en latín, durante el consistorio para la canonización
de los mártires de Otranto. Benedicto XVI ha renunciado, según su comunicado
después de haber meditado mucho esa decisión: "Es de gran importancia para
la Iglesia", ha aseverado.
La Conferencia
Episcopal por el momento no ha querido ofrecer ningún tipo de valoración al
respecto.
El último papa que renunció fue Gregorio
XII, el veneciano Angelo Correr, que se retiró en 1415, dos años
antes de morir. Benedicto IX, elegido en 1032, también dimitió.
El comunicado del papa
Estas son las
palabras proncunciadas por el papa en las que anuncia su renuncia ante el
consistorio:
"Queridísimos
hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas
de canonización, sino también para comunicaros una
decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi
conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el
ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su
naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y
palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas
transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la
fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario
también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer
mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me
fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con
plena libertad, declaro querenuncio al ministerio de
Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio
de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero
de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará
vacante y deberá ser convocado, por medio de
quien tiene competencias, el cónclave para
la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el
amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la
Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a
María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales
al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el
futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida
dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10
de febrero 2013".
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