Tomado de El País
Fotografía tomada de facebook del muro del laureado héroe EEUU
Un marine mata al francotirador más letal del Ejército de EEUU
Por Yolanda Monge
Chris Kyle, 38 años, resultó muerto el pasado sábado en Tejas por los disparos de un marine en la reserva al que ayudaba en su incorporación a la vida civil
El Pentágono acredita a Chris Kyle con 150 muertes aunque él
en su libro las eleva a casi 250 -una de ellas a casi dos kilómetros de
distancia-, lo que le convierte en el francotirador más letal de la historia de
EEUU, tras superar a Adelbert Waldron, con 109 muertes en Vietnam. Tras
servir a su país destacado cuatro veces seguidas en la guerra de Irak como un
miembro de los elitistas Navy Seals, Kyle cayó abatido por las balas de un marine en la reserva este fin de semana en un
campo de tiro de Tejas.
Los motivos de la muerte de Kyle, de 38 años, y su íntimo
amigo Chad Littlefield, de 35, siguen siendo un misterio para la policía local,
que tiene detenido al joven de 25 años Eddie Ray Routh acusado de ambos
homicidios. Según el informe policial, los tres hombres llegaron el sábado por
la tarde al campo de tiro de Glen Rose – a unos 60 kilómetros al sureste de
Fort Worth- para practicar durante un rato. Dos horas más tarde, una llamada
alertó a la policía, que acudió al lugar y encontró los cadáveres de Kyle y
Littlefield. Routh había huido en la furgoneta de Kyle, pero las autoridades
locales le arrestaban poco después, tras una persecución, cerca de su casa en
Lancaster, al sureste de Dallas.
Kyle fue apodado
por la insurgencia iraquí como el diablo de Ramadi y se puso precio a su cabeza por
80.000 dólares. Tras abandonar las Fuerzas Armadas para dedicarse a su familia
–deja esposa y dos hijos pequeños-, Kyle decidió crear su propia empresa de
entrenamiento para misiones de riesgo así como una fundación para proveer ayuda
psicológica a los veteranos de guerra. Kyle consideraba que el ejercicio y la
camaradería entre antiguos colegas de filas ayudaban a los exmilitares a
reincorporarse a la vida civil y lidiar con el estrés postraumático que deja la
guerra.
Según la policía,
se cree que en la tarde del sábado Kyle se había reunido con Routh precisamente
para darle apoyo, ya que desde que dejó los marines no había encontrado empleo
y en su expediente existe una detención por conducir borracho.
Kyle
había sido condecorado con dos estrellas de plata y cinco estrellas de bronce
al valor. Animado por
otros compañeros Navy Seals que habían contado su historia, Kyle decidió
publicar un libro cuya salida al mercado el año pasado fue todo un éxito. En American Sniper, Kyle relata su momento
más difícil a las dos semanas de llegar a Irak. Tras enfocar su mirilla
telescópica se encontró con un objetivo que no esperaba: tenía en su punto de
mira a una mujer con un niño en un brazos y una granada en una mano, dispuesta
a lanzarla contra una patrulla de soldados de EEUU. Primero dudó, relata Kyle
en el libro. Luego disparó. “Era mi deber disparar y no me arrepiento”.
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