Tomado de Gurú Político
Venganza panista contra el General Tómas Ángeles
Por Luis Gutiérrez
Esparza
Conocí
hace años al general Tomás Ángeles Dauahare. En diversas etapas de mi vida, he
tenido la oportunidad de vincularme con integrantes de las fuerzas armadas
mexicanas. Durante una época, mi padre, José Luis Gutiérrez Dueñas, fue uno de
ellos y alcanzó el rango de capitán primero. Mi respeto por la institución
armada en México, no me ha impedido ser crítico puntual, cuando lo he
considerado necesario.
El
general Ángeles Dauahare era secretario particular del general Enrique
Cervantes Aguirre, entonces secretario de loa Defensa, cuando tuve trato
profesional directo con él. Me impresionaron su convicción nacionalista, su
visión política y social, su apertura, su capacidad autocrítica, en lo personal
e institucionalmente. Como periodista, quise saber más acerca de su
trayectoria. La información que recabé, en México y en el extranjero, lo
confirmó como un hombre honesto, un militar íntegro y un funcionario con
vocación de servicio.
Sobrino
nieto de una de las grandes figuras de la Revolución, el general Felipe
Ángeles, mi general Dauahare, como le llamaban respetuosa y afectuosamente
algunos de sus subordinados, es egresado del Heroico Colegio Militar, del cual,
con los años, sería director; ocupó diversos cargos, entre ellos el de agregado
militar en la embajada de México en Estados Unidos y el de subsecretario de la
Defensa.
Se le
había mencionado recientemente, pese a su retiro, como un posible futuro
secretario del ramo; de hecho, estuvo a punto de ocupar ese cargo cuando Felipe
Calderón tomó posesión de la Presidencia de la República, pero las intrigas y
los juegos de poder dentro del círculo íntimo del calderonismo, le cerraron el
paso.
Ángeles
Dauahare tuvo siempre una reputación intachable. Por ello es válido preguntar
cuáles podrían ser las razones para que arrojase todo por la borda y decidiese,
a contrapelo de sus convicciones y sus lealtades, convertirse en cómplice del
crimen organizado, como se ha comentado en torno a su detención, junto con
otros militares de alta graduación.
Es
indispensable ir a los antecedentes, porque el caso no surgió de la noche a la
mañana. El general Ángeles Dauahare ha sido un crítico abierto de la llamada
guerra contra el narcotráfico iniciada por Calderón. Sostiene que se debe
combatir a las organizaciones criminales “en su centro de gravedad”; y que no
existe una estrategia en materia de seguridad nacional; ni siquiera el marco
legal apropiado.
El
militar habló en tal sentido apenas el 9 de mayo, en San Luis Potosí, durante
uno de los Encuentros por el Futuro de México, organizados por Fundación
Colosio con el propósito de presentarlos al candidato del PRI a la Presidencia,
Enrique Peña Nieto; y aportar así a la plataforma de gobierno priísta.
Como
era de esperarse en un evento de esa magnitud, al que el propio PRI le ha dado
particular relevancia, estuvo presente Peña Nieto, quien saludó al militar y a
otros ponentes: Javier Oliva, Alfonso Zárate y Luis Herrera Lasso fueron
algunos de ellos. El primero, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM, especialista en temas de seguridad, el segundo, analista y
consultor de notoria fama pública: y el tercero, director de la Escuela de Inteligencia
para la Seguridad Nacional del Cisen.
De
ninguno hubo mayores comentarios posteriores; pero en el caso de Ángeles
Dauahare, no faltó quien aprovechara la coyuntura para declararlo
mentirosamente “cercano” al candidato y sugerir que su presunta vinculación con
el crimen organizado es una muestra más de que tanto el PRI como Peña Nieto,
tiene relaciones peligrosas con los capos de la droga. Así se construyen y
comienzan a difundirse las grandes calumnias que muchos, irresponsablemente,
difunden como verdades incontrovertibles.
Ángeles
Dauahare tuvo seis intervenciones en el foro de San Luis Potosí. Como casi
todos los militares de cerrera, es parco y conciso, nada protagónico y no
compite por el monopolio del micrófono, como muchos de quienes estuvieron en la
misma mesa de discusión.
Quien
lo desee, puede ir a la página web de la Fundación Colosio, en el apartado de
los Encuentros por el Futuro de México -- http://fundacioncolosio.mx/encuentros-futuro-mexico/-- y ver al general y a los demás
participantes en el análisis y la discusión de la seguridad, el crimen
organizado, la violencia. Ángeles Dauahare insistió en la necesidad de
establecer objetivos claros, fijar estrategias, políticas y líneas de acción
seguras; y no reaccionar circunstancialmente y a la deriva.
El
militar retirado coincidió en la propuesta de Peña Nieto, respecto a crear una
policía o una guardia nacional, con el respaldo de una doctrina de seguridad
que unifique los criterios de todos los cuerpos policiacos, no solamente en
cuanto a técnicas y tácticas de operación, sino también en lo que se refiere a
propósitos y objetivos, motivación y criterios.
Ángeles
Dauahare sostiene que en la actualidad, en México se combate a las
organizaciones criminales “en su fuerza”, cuando es preciso hacer frente al
enemigo en su centro de gravedad. Estados Unidos, explica, perdió la guerra de
Vietnam en las calles de las ciudades estadunidenses, no en los arrozales
asiáticos, donde estaba la fuerza del adversario.
En su
percepción, que muchos comparten, no existe una verdadera estrategia de
seguridad nacional, sino aproximaciones producto de la improvisación, de las circunstancias,
de lo que puede parecer urgente. Por ello, tanto el gobierno federal como los
cárteles se desgastan y el resultado final del enfrentamiento no llega y
tardará aún más.
No
elude un tema difícil, complicado y con aristas evidentes: el de las
violaciones a los derechos humanos, cometidas durante los operativos militares.
Reconoce que existen; les condena y afirma que debe haber también en este rubro
un marco legal adecuado, para garantizar la aplicación de la ley sin
excepciones. Además, comenta: “Donde hay injusticia, inevitablemente hay
violencia”.
Adriana
Ángeles, hija del general, ha señalado que su familia tiene la convicción de
que el arresto “está contaminado por la política”; sugirió que puede ser una
represalia por la participación de su padre en el foro sobre seguridad el 9 de
mayo.
Su
abogado, Alejandro Ortega, señala que el único argumento extraoficial para la
captura del exsubsecretario de la Defensa, el general Roberto Dawe, el general
Ricardo Escorcia y el teniente coronel Silvio Hernández Soto, es que responde a
una lista, basada a su vez en acusaciones de testigos protegidos, enviada por
la DEA estadunidense.
Nadie
ha dado a conocer la lista. La DEA guarda silencio al respecto y no ha
confirmado que tenga información acerca de militares mexicanos de alta
graduación, comprometidos con los cárteles del narcotráfico. ¿Qué pasa
entonces? Todo parece indicar, al menos en el caso del general Ángeles
Dauahare, militar intachable, una venganza política de los pigmeos morales del
panismo empoderado.
Periodista
y escritor. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la
Universidad del Valle de Atemajac, en Guadalajara, Jal. Ha sido reportero, jefe
de sección, jefe de información, jefe de redacción, subdirector y director de
diarios y revistas, así como colaborador y conductor de programas en radio y
televisión, guionista, productor y director de videodocumentales. Enviado
especial y corresponsal de guerra en más de 30 países. Editorialista de
Excélsior. Presidente del Círculo Latinoamericanos de Estudios Internacionales
(CLAEI). Más información: http://claei.org.mx
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