viernes, 25 de mayo de 2012

Captura de General Mexicano es venganza política afirma periodista

Tomado de Gurú Político



Venganza panista contra el General Tómas Ángeles

Por Luis Gutiérrez Esparza 

Conocí hace años al general Tomás Ángeles Dauahare. En diversas etapas de mi vida, he tenido la oportunidad de vincularme con integrantes de las fuerzas armadas mexicanas. Durante una época, mi padre, José Luis Gutiérrez Dueñas, fue uno de ellos y alcanzó el rango de capitán primero. Mi respeto por la institución armada en México, no me ha impedido ser crítico puntual, cuando lo he considerado necesario.

El general Ángeles Dauahare era secretario particular del general Enrique Cervantes Aguirre, entonces secretario de loa Defensa, cuando tuve trato profesional directo con él. Me impresionaron su convicción nacionalista, su visión política y social, su apertura, su capacidad autocrítica, en lo personal e institucionalmente. Como periodista, quise saber más acerca de su trayectoria. La información que recabé, en México y en el extranjero, lo confirmó como un hombre honesto, un militar íntegro y un funcionario con vocación de servicio.

Sobrino nieto de una de las grandes figuras de la Revolución, el general Felipe Ángeles, mi general Dauahare, como le llamaban respetuosa y afectuosamente algunos de sus subordinados, es egresado del Heroico Colegio Militar, del cual, con los años, sería director; ocupó diversos cargos, entre ellos el de agregado militar en la embajada de México en Estados Unidos y el de subsecretario de la Defensa.

Se le había mencionado recientemente, pese a su retiro, como un posible futuro secretario del ramo; de hecho, estuvo a punto de ocupar ese cargo cuando Felipe Calderón tomó posesión de la Presidencia de la República, pero las intrigas y los juegos de poder dentro del círculo íntimo del calderonismo, le cerraron el paso.

Ángeles Dauahare tuvo siempre una reputación intachable. Por ello es válido preguntar cuáles podrían ser las razones para que arrojase todo por la borda y decidiese, a contrapelo de sus convicciones y sus lealtades, convertirse en cómplice del crimen organizado, como se ha comentado en torno a su detención, junto con otros militares de alta graduación.

Es indispensable ir a los antecedentes, porque el caso no surgió de la noche a la mañana. El general Ángeles Dauahare ha sido un crítico abierto de la llamada guerra contra el narcotráfico iniciada por Calderón. Sostiene que se debe combatir a las organizaciones criminales “en su centro de gravedad”; y que no existe una estrategia en materia de seguridad nacional; ni siquiera el marco legal apropiado.

El militar habló en tal sentido apenas el 9 de mayo, en San Luis Potosí, durante uno de los Encuentros por el Futuro de México, organizados por Fundación Colosio con el propósito de presentarlos al candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto; y aportar así a la plataforma de gobierno priísta.

Como era de esperarse en un evento de esa magnitud, al que el propio PRI le ha dado particular relevancia, estuvo presente Peña Nieto, quien saludó al militar y a otros ponentes: Javier Oliva, Alfonso Zárate y Luis Herrera Lasso fueron algunos de ellos. El primero, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, especialista en temas de seguridad, el segundo, analista y consultor de notoria fama pública: y el tercero, director de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional del Cisen.

De ninguno hubo mayores comentarios posteriores; pero en el caso de Ángeles Dauahare, no faltó quien aprovechara la coyuntura para declararlo mentirosamente “cercano” al candidato y sugerir que su presunta vinculación con el crimen organizado es una muestra más de que tanto el PRI como Peña Nieto, tiene relaciones peligrosas con los capos de la droga. Así se construyen y comienzan a difundirse las grandes calumnias que muchos, irresponsablemente, difunden como verdades incontrovertibles.

Ángeles Dauahare tuvo seis intervenciones en el foro de San Luis Potosí. Como casi todos los militares de cerrera, es parco y conciso, nada protagónico y no compite por el monopolio del micrófono, como muchos de quienes estuvieron en la misma mesa de discusión.

Quien lo desee, puede ir a la página web de la Fundación Colosio, en el apartado de los Encuentros por el Futuro de México -- http://fundacioncolosio.mx/encuentros-futuro-mexico/-- y ver al general y a los demás participantes en el análisis y la discusión de la seguridad, el crimen organizado, la violencia. Ángeles Dauahare insistió en la necesidad de establecer objetivos claros, fijar estrategias, políticas y líneas de acción seguras; y no reaccionar circunstancialmente y a la deriva.

El militar retirado coincidió en la propuesta de Peña Nieto, respecto a crear una policía o una guardia nacional, con el respaldo de una doctrina de seguridad que unifique los criterios de todos los cuerpos policiacos, no solamente en cuanto a técnicas y tácticas de operación, sino también en lo que se refiere a propósitos y objetivos, motivación y criterios.

Ángeles Dauahare sostiene que en la actualidad, en México se combate a las organizaciones criminales “en su fuerza”, cuando es preciso hacer frente al enemigo en su centro de gravedad. Estados Unidos, explica, perdió la guerra de Vietnam en las calles de las ciudades estadunidenses, no en los arrozales asiáticos, donde estaba la fuerza del adversario.

En su percepción, que muchos comparten, no existe una verdadera estrategia de seguridad nacional, sino aproximaciones producto de la improvisación, de las circunstancias, de lo que puede parecer urgente. Por ello, tanto el gobierno federal como los cárteles se desgastan y el resultado final del enfrentamiento no llega y tardará aún más.

No elude un tema difícil, complicado y con aristas evidentes: el de las violaciones a los derechos humanos, cometidas durante los operativos militares. Reconoce que existen; les condena y afirma que debe haber también en este rubro un marco legal adecuado, para garantizar la aplicación de la ley sin excepciones. Además, comenta: “Donde hay injusticia, inevitablemente hay violencia”.

Adriana Ángeles, hija del general, ha señalado que su familia tiene la convicción de que el arresto “está contaminado por la política”; sugirió que puede ser una represalia por la participación de su padre en el foro sobre seguridad el 9 de mayo.

Su abogado, Alejandro Ortega, señala que el único argumento extraoficial para la captura del exsubsecretario de la Defensa, el general Roberto Dawe, el general Ricardo Escorcia y el teniente coronel Silvio Hernández Soto, es que responde a una lista, basada a su vez en acusaciones de testigos protegidos, enviada por la DEA estadunidense.

Nadie ha dado a conocer la lista. La DEA guarda silencio al respecto y no ha confirmado que tenga información acerca de militares mexicanos de alta graduación, comprometidos con los cárteles del narcotráfico. ¿Qué pasa entonces? Todo parece indicar, al menos en el caso del general Ángeles Dauahare, militar intachable, una venganza política de los pigmeos morales del panismo empoderado.


Periodista y escritor. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad del Valle de Atemajac, en Guadalajara, Jal. Ha sido reportero, jefe de sección, jefe de información, jefe de redacción, subdirector y director de diarios y revistas, así como colaborador y conductor de programas en radio y televisión, guionista, productor y director de videodocumentales. Enviado especial y corresponsal de guerra en más de 30 países. Editorialista de Excélsior. Presidente del Círculo Latinoamericanos de Estudios Internacionales (CLAEI). Más información: http://claei.org.mx

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