domingo, 13 de mayo de 2012

Ascenso y caída del hasta hace poco Rey de Wall Street

Tomado de El Mundo

Jamie Dimon, Jefe Ejecutivo del JP Morgan Chase reconocido a su vez en el mundo financiero como el rey de Wall Street


                        Obama 1, Wall Street 0
Por Pablo Pardo

Jamie Dimon ha conocido la derrota. Hasta ahora, había sido él quien liquidaba a los demás. El consejero delegado y presidente de JP Morgan ha creado el mayor banco de Estados Unidos a base de talento, peleas y valor. Perdió su empleo en Citigroup -y la posibilidad de convertirse en el consejero delegado- por negarle un ascenso a la hija del 'refundador' del banco, Sandy Weill.
A Weill no le sentó nada bien que a su hija (de quien se decía que era adicta a la cocaína) no la promocionara Dimon. Así que éste perdió el empleo. Fue expulsado de Manhattan al exilio de Chicago deL Bank One. Y desde allí regresó a Wall Street en 2004.
Weill, al despedirle, le hizo el mayor favor posible. Dimon pronto se convirtió en el rey de Wall Street. JP Morgan es ya el mayor banco de Estados Unidos. Y una máquina de pulverizar rivales. Él fue quien quitó la 'respiración asistida' a Lehman Brothers, Bear Stearns y MF Globalcuando, con los tres rivales al borde de la quiebra, les exigió de pronto que aumentaran las garantías que habían dado a JP Morgan a cambio de créditos. Y quien, en la Reserva Federal, logró que ésta le diera 15.000 millones de euros a fondo perdido para comprar a Bear Stearns.
Ahora, sin embargo, JP Morgan está en una situación complicada después de haber perdido 1.500 millones de euros en 6 semanas (o menos). No es una cifra que afecte a su solvencia, pero hay que tener en cuenta una diferencia sustancial entre Europa y EEUU: los bancos, al otro lado del Atlántico, no tienen la relación incestuosa con los Gobiernos que se da en Europa.
¿Cómo es posible que los seguros de impago de deuda (los Default Credit Swap, o CDS) de Morgan Stanley, el segundo mayor banco de inversión estadounidense, fueran más altos que los de cualquier banco francés cuando uno de los rumores más extendidos es que en el'agujero' de Société Générale cabe todo el PIB de Francia?
La respuesta es simple: "Hay una diferente percepción del mercado del grado de compromiso de los Gobiernos de EEUU y de Francia en el sostenimiento de sus instituciones financieras", como me explicaba no hace mucho un alto cargo de uno de los 'cuatro grandes' bancos estadounidenses (JP Morgan, Bank of America, Citigroup y Wells Fargo), quien me pidió que no diera su nombre "para que no se interprete que estoy valorando a ningún país".
La discrepancia también refleja "el mayor riesgo en el 'trading' en EEUU", sostiene. El enfoque de estadounidense de 'laissez faire' parece más sólido, pero no hay que olvidar que el balance de Morgan Stanley es varias veces mayor que el de Lehman Brothers. Si ese banco entra en problemas, será necesario algún tipo de rescate.

Alegría en Wall Street

La caída en desgracia de Dimon ha causado una oleada de alegría en Wall Street. El presidente y consejero delegado de JP Morgan apoyó a Obama en las elecciones de 2008, al igual que otros presidentes de grandes instituciones financieras -como Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs- pero la reforma financiera de 2010 le ha enfrentado al actual Gobierno.
En el Senado todavía recuerdan sus broncas, gritos y amenazas. "Es un tipo tan enamorado de sí mismo que no oye a los demás", explican personas involucradas en la reforma financiera que tuvieron que tratar directamente con él. Se ha peleado con Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, y ha acusado a las nuevas normas de regulación financiera de "antiestadounidenses".
Dimon es, incuestionablemente, un 'broncas', como expliqué en noviembre. Pero no es menos cierto que ha jugado un papel estabilizador tremendo en el mercado financiero mundial. La forma en que liquidó a Bear Stearns para luego hacerse con él a cargo de la Reserva Federal es, simplemente, memorable. Pero ahora queda por saber qué va a pasar con él.
Los accionistas en EEUU tampoco son como en Europa. Jerome Kerviel le hizo un agujero de 5.000 millones de euros a Société Générale, pero nadie pidió la cabeza de ningún directivo. Kweku Adoboli se dejó 1.500 millones 'encima del piano' en el suizo UBS (que, mejorando lo presente, había sido rescatado en 2008) y sí que provocó dimisiones. Ahora, los reguladores estadounidenses y británicos están examinando los 'trades' de JP Morgan.

Menos operaciones de autocartera

Veremos qué pasa. Pero hay algo claro: con esta 'pifia', Dimon ha dado alas a la 'regla Volcker', que prohibirá a los bancos hacer operaciones de autocartera. Las operaciones de autocartera ('proprietary trading') son aquéllas en las que el banco utiliza sus propios fondos, no los de los clientes.
Esas operaciones son las que están detrás de los casos de JP Morgan, UBS y Société Genérale. Prohibirlas es controvertido, porque los bancos también las usan para cubrirse de riesgos. Y, además, la 'regla de Volcker' (que toma su nombre del mejor presidente que ha tenido la Reserva Federal en décadas, Paul Volcker) tiene truco: por ejemplo, no prohibirá la 'autocartera' si ésta se lleva a cabo con bonos del Tesoro de EEUU.
Así, la liquidez de la deuda estadounidense queda garantizada (en Europa, que yo sepa, no hay límites a las operaciones de autocartera). De paso, el fracaso de JP Morgan es una bendición para Obama, que puede usarlo para atizar el cabreo generalizado de EEUU con Wall Street. Ya se sabe: la suerte de los vencedores...
Más allá de lo que le pase a Dimon, da la impresión de que hay una generación de grandes banqueros en crisis en Wall Street. Los dos que mejor sobrevivieron a la crisis -de hecho, que se beneficiaron de ella- son Dimon y Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, y ambos están en horas bajas. De hecho, en EEUU se habla tanto de la caída en desgracia de Blankfein que hasta 'Vanity Fair' ha publicado un reportaje sobre sus posibles sucesores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario