Tomado de La ConexiónUSA .com
Para no pasar un mal rato, si no tiene sus documentos
en regla, planee el medio de transporte que utilizará en sus vacaciones
Por Walter Gómez
Piden precaución a indocumentados
si piensan viajar por tren o autobús
RALEIGH- La experiencia de un viaje familiar, puede transformarse en un abrir y
cerrar de ojos, en el primer paso para una deportación. Así lo advirtió el
abogado Raúl Pinto, de la organización de defensa de derechos Unión Americana
de Libertades Civiles, ACLU, por sus siglas en inglés, capítulo Carolina del
Norte, con sede en Raleigh.
POR WALTER GÓMEZ
Si un agente de inmigración pide los
documentos y no los tiene, en este tipo de situaciones es muy poco lo que se
puede hacer”, indicó a La Conexión, Pinto. Dentro del marco legal, explicó,
“hay ciertos argumentos que pueden concretarse pero, vendrían a tomar efecto
después, en el proceso legal, y podría ser muy tarde”.
De acuerdo con el litigante y para
evitarse problemas, lo recomendable es “restringir un poco los viajes y no ir a
lugares cercanos a las fronteras, tanto norte como sur”, señaló.
Y es que en los últimos tiempos se han
fortalecido las medidas de protección en trenes, autobuses y aeropuertos, que
en aras de la seguridad, se han convertido en la excusa perfecta para detener
inmigrantes indocumentados que lo único que buscan es transportarse
arrestándoles por medio de búsquedas invasivas y perfiles raciales.
Tal fue el caso de María Castro, ciudadana
americana de origen cubano, que sufrió en carne propia esta situación, mientras
se disponía a viajar en la compañía Greyhound.
“Sentí pánico porque me di cuenta que no
llevaba la prueba de ciudadanía”, relató Castro, en la página Change.org donde
inició una petición pidiendo a la compañía dejar de participar en los controles
de inmigración al azar, y de permitir que la Patrulla Fronteriza suba a sus
autobuses y acose a los pasajeros.
“Los agentes cuestionaban de forma
selectiva a los que tenían la piel más oscura y hablaban con acentos”, afirmó
Castro. En otro hecho, Alberto (reservamos su verdadero nombre a pedido
personal), no llegó a su destino y finalizó deportado a México.
En diciembre pasado, partió desde la estación
de tren de Raleigh rumbo a Miami (Florida) para pasar con amigos y familiares
las fiestas navideñas, pero en una estación antes de llegar a Jacksonville,
Florida, subieron agentes de la Patrulla Fronteriza y del Servicio de
Inmigración y Aduanas (ICE) y comenzaron a ir vagón tras vagón verificando
documentos.
“Fue al estilo de los inspectores que
piden los boletos, a diferencia que ellos querían la tarjeta verde”, explicó a
La Conexión, vía telefónica desde México.
En vista de las circunstancias, mostró su
matrícula consular y la respuesta no se hizo esperar. “Me sacaron de mi asiento
y al llegar a la estación me bajaron del tren”, sostuvo.
Le explicaron que tenía la opción de
firmar la deportación voluntaria. “Consulté con mi familia en Raleigh, pregunté
a un abogado qué se podía hacer y luego tomé la decisión de aceptar”, indicó;
“me deportaron rápido y pasé las fiestas, pero en mi país”, añadió.
DEMANDA CIVIL
Pinto, aclaró que con más frecuencia estos
casos están ocurriendo y que también cualquier tipo de demanda civil acerca de
las prácticas utilizadas por las autoridades son completamente independiente
del ámbito migratorio.
“Un abogado puede hacer una moción para
excluir las evidencias que se están utilizando en su contra. Es decir, excluir
los testimonios que obtuvo el agente de inmigración para que esas pruebas no
puedan ser utilizadas. El problema es que todavía esa prácticas no están
totalmente habilitadas en todas las cortes de inmigración”.
Según el abogado de la ACLU, los controles
están autorizados dentro de 100 millas de los bordes internacionales norte y
sur; aunque no solo estos ocurren allí, sino que se registran igualmente, en
lugares apartados de los límites, en decir en las costas y el interior del
país.
“En Buffalo, Nueva York, se dio un
caso de este tipo, de excluir la evidencia que se está utilizando en contra del
inmigrante porque el oficial estaba fuera de su jurisdicción”, señaló Pinto.
CONOCER LOS DERECHOS
La competencia de los agentes de
inmigración, en estos casos es tan confusa, que hasta ahora, no es fácil
aclarar si los agentes tienen o no autoridad para subirse a un tren o autobús y
pedir papeles más allá de los límites fronterizos. “No podría decir si la
tienen o no, pero que lo hacen es real. Es como cuando detienen a una persona
por perfil racial, autoridad no la tienen, pero lo hacen”.
Pinto, remarcó que en estas situaciones,
lo más importante es saber los derechos constitucionales que a pesar de estar
indocumentado, se tienen.
“Mantenerse en silencio, no ser incriminado
y también llamar a un abogado. Por ello, es fundamental que tengan la tarjeta
con el número de uno, para contactarlo, en caso de emergencia”, concluyó.
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