sábado, 26 de mayo de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: AGRESIVIDAD

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


        La educación es la solución más polivalente que puede existir, y ciertamente en la educación debería encontrarse solución a la violencia, pero depende de cómo interpretemos la educación; cada necesidad requiere de un tipo de educación,  y para conocer la necesidad debemos investigar cual es el origen de la agresividad que degenera en violencia, bien sea patente o latente. Hay varias causas que provocan agresividad en el ser humano. En algunos casos puede tratarse de causas orgánicas, lo cual lo determinamos los especialistas, y aún en estos casos una educación adecuada es fundamental en el manejo del problema.

        Un factor cada vez más común que ocasiona agresividad es la baja autoestima, que puede deberse a haber sido tratado con violencia física o psíquica, o sin la debida atención (por ello es que quienes han sido tratados con violencia tienden a repetir los esquemas si no superan su autoestima); y puede deberse también a no sentirse adaptado al grupo social al que se pertenece,  porque su educación, capacidad, condiciones, cualidades, etc. no se adecuan a lo que requieren sus aspiraciones o a lo que exige el grupo social. La agresividad por baja autoestima no suele degenerar en violencia social, sino que se proyecta más bien sobre los ámbitos cercanos, como la familia o amistades.

        Una tercera causa de agresividad que nos afecta a casi todos se refiere a los nuevos valores; por una parte, por su carácter marcadamente materialista y escasamente humano, y, por otra, por la diferencia entre los mismos y la posibilidad real de alcanzarlos; diferencia que en nuestros países alcanza enormes proporciones. ¿Cuáles son los nuevos valores de hoy día?  El dinero, el poder, el éxito socio-profesional, la imagen, el sexo, el consumismo, la agresividad... Valores como la verdad, la honradez, el respeto, la fidelidad, la serenidad, el aspecto familiar del éxito personal, etc., no es que no se consideren, pero frecuentemente quedan desplazados si tienen que competir con los otros. En este sentido, los medios de comunicación también juegan un papel fundamental como vehículos de los valores.
        Por último, otra causa de agresividad es el stress ocasionado por las circunstancias de la vida moderna, la propia agresividad de los demás por las razones anteriores, y por la competencia permanente y a todo nivel por recursos como el trabajo, el espacio, el tiempo, incluso el agua o el alimento, etc.
        Estas dos últimas causas de agresividad sí degeneran en violencia sobre el medio social. Lo que sucede es que, según el estrato social, la agresividad provocada  se maneja de muy diferente manera, desde la violencia física más rudimentaria, hasta las formas más refinadas y sutiles de proyectarla.

        Educación sin violencia no consiste en la aplicación de una serie de “fórmulas antiviolencia”como si se tratara de matemáticas, ni se trata simplemente de decir “no a la violencia”. La violencia suele ser simplemente la consecuencia de esquemas educativos amparados en los puntos señalados anteriormente. La educación se adquiere por la asimilación permanente de los modelos o patrones vividos, tanto en el medio social como en el medio familiar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma. Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario