Cuando seas grande ¿qué
quisieras ser? Es una pregunta común que se la hacemos a los niños cuando están
entre los 8 a 10 años y desconocemos la importancia de la misma.
En la inmensa mayoría del
tiempo las contestaciones a esa pregunta incrustada en la siquis de la sociedad
son: policía, bombero, astronauta, maestro, doctor, abogado y en alguno de los
casos…como papá o mamá.
Pero bajo ningún concepto
escuchas ser barrista de una empresa que sirve café, cajero en un supermercado,
el guardia de la urbanización, modelo de una agencia de talento, editor de mesa
de redacción en una estación radial de noticias regional o simplemente ser la
recepcionista de una empresa.
De hecho no hay nada de
malo con todas estas profesiones, en alguno de los casos hasta ganan más
dinero por hora que las demás profesiones.
Se nos ocurrió hacer la
pregunta ¿que quisiéramos ser cuando seamos grande? ya que en estas semanas nos
hemos re-encontrado con amigos que hace años no veíamos y nos hemos percatado
de que hay un malestar general en la mayoría de ellos sobre su profesión.
El malestar de la mayoría
de ellos viene de la impotencia que sienten de no poder balancear sus vidas,
entre la vorágine del día a día del trabajo. Por otra parte no solo el
balancear sus vidas profesionales y personales, sino que no están felices con
lo que están haciendo, lo hacen porque les deja dinero, no satisfacción.
También están aquellos
que están llegando a la edad de retirarse y su letargo es ¿Qué voy a hacer
cuando me retire?. Estamos hablando de la generación de los “baby boomers” los
cuales están llegando a esa edad en donde lo que desean es retirarse, sin un
plan, sin aspiraciones, solo queriendo no hacer nada, que de ante mano sabemos
que solo les durara unos 2 meses.
Teniendo esto como
escenario hicimos un detente a nuestra vida y quisimos darle hacia atrás al
disco duro de nuestra memoria para ver que profesión habíamos querido ser y que
paso en el camino. Primero, nos pudimos remontar a cuando teníamos cerca de 9 a
10 años en donde esa pregunta fue hecha y nuestra contestación fue ser
veterinario.
Luego al pasar del tiempo
fue ser parte de la guardia costera y hasta llegamos a pensar en ser sacerdote,
ya que era la única profesión que conocíamos cuando joven que ayudaba a la
gente desinteresadamente.
En el proceso de entrar
en la Universidad la orientadora nos hizo unos cuantos de esos exámenes en
donde tratan de encajonarte en una profesión y lo que me indicaron fue “la que
mas va con tu personalidad es mercadeo”.
Curiosamente antes de
llegar a ese punto de nuestra vida, ya habíamos trabajado repartiendo
periódicos, conserje en una farmacia, ujier en un video club, mesero en un hotel
y una heladería, en un almacén de distribución, y hasta trabajamos en un lugar
de revelados de fotos. Después la vida nos llevo al mundo de las
comunicaciones, en el cual tuvimos éxito en y fuera de nuestra tierra natal.
Analizando un poco cada
una de estas profesiones o como diría un profesor, “experiencia de vida”, nunca
pensé que cada una nos hubiese dado una destreza y una experiencia que nos
ayudaría mas a delante en forjar quienes somos.
Después de varias décadas
en estar pensando en lo que deseo ser cuando sea grande, he llagado a la
conclusión de que lo que deseo ser es un “colector de memorias” y un
“agricultor de vivencias”, para que así nunca deje de tener la ilusión de
vivir, de sorprenderme.
Deseamos continuar
dejando un pedazo de nuestra alma diariamente en la vida de todo aquel con el
que interactuamos. Pero sobre todo, deseamos no perder el sentido de inocencia
del cual nos ha llevado por los senderos de grandes aventuras e interminables
emociones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario