Tomado de BBC
Mundo
La
destitución del director del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, pretende poner fin a
una nueva serie de escándalos en el Vaticano. En la gráfica Bendicto XVI
saluda a Gotti en una recepción de El Vaticano
Por Jossette Rivera
En los dos
últimos días el Vaticano ha sido centro de atención por el arresto de un
mayordomo del Papa sospechoso de haber entregado a la prensa cartas y
documentos confidenciales de la Santa Sede.
Esta detención está ligada a una
serie de documentos publicados por medios italianos desde principios de año.
Entre ellos figuran cartas escritas por un arzobispo que fue transferido a
Estados Unidos tras denuncias sobre una red de corrupción. También destaca un
memo que puso en entredicho la reputación de varios cardenales y documentos que
revelan conflictos de poder dentro del Instituto para las Obras de Religión
(IOR), conocido también como el banco vaticano.
Justamente este jueves fue
destituido el director del banco, Ettore Gotti Tedeschi. Durante su gestión la
entidad ha estado bajo investigación por lavado de dinero.
"Hasta hace poco tiempo el
estilo del Vaticano era lavar los trapos sucios en casa. Ahora prácticamente
sale todo a la luz", explica a BBC Mundo Alessandra Buzzetti, periodista
experta en asuntos del Vaticano.
Y es que, el banco que justifica
su existencia por la necesidad de administrar los activos destinados a obras
religiosas o de beneficencia, se ha visto envuelto en constantes escándalos y
misterios sin resolver desde su fundación en 1942 por el papa Pío XII.
A continuación BBC Mundo hace un
repaso de los casos más recientes donde el banco vaticano ha sido salpicado por
escándalos o investigaciones.
Caso Sindona
En la década de los 60, el primer
gran escándalo sacude al IOR debido a su relación con la Banca Privata
Finanziaria del banquero siciliano Michele Sindona.
El IOR poseía el 24,5% de esa
banca y a petición del papa Paolo VI, Sindona participa en la modernización del
banco vaticano y es autorizado para gestionar las inversiones extranjeras del
país.
Pocos años después salen a la luz
los vínculos de Sindona con la mafia y los movimientos de capital entre el IOR
y Sindona a paraísos fiscales.
Desplomado su imperio bancario y
recluido en la cárcel de Voghera, el financiero siciliano muere a causa de un
café envenenado.
Marcinkus
El arzobispo estadounidense Paul
Marcinkus fue nombrado presidente del IOR en 1971.
En 1971, el arzobispo
estadounidense Paul Marcinkus fue nombrado presidente del IOR a pesar de no
tener ninguna formación profesional en el sector.
En 1972, a pesar de que el IOR
poseía el 52% de la Banca Católica del Veneto, Marcinkus decide ceder el 37% de
las acciones al Banco Ambrosiano dirigido por Roberto Calvi.
A esta decisión le siguieron una
serie de protestas de los obispos venetos y del entonces obispo Albino Luciani
(quien luego se convertiría en el papa Juan Pablo I).
En protesta, cerraron sus cuentas
en la banca del Veneto.
Banco
Ambrosiano
En 1982, diez años después de las
acciones de Marcinkus, el colapso del Banco Ambrosiano se convierte en uno de
los escándalos que más han ensombrecido las cuentas vaticanas.
Se trata de uno de los casos de
fraude más grandes de Italia, en el que desaparecieron casi US$1.300 millones
en préstamos a empresas fantasma en América Latina.
El Vaticano se ve salpicado por el
escándalo -o más precisamente el director del IOR, Marcinkus- por haber
proporcionado cartas de crédito para los préstamos.
Sin embargo, su director logra
evadir la justicia sólo gracias a la extraterritorialidad de la que goza la
Ciudad del Vaticano.

A pesar de que se presentaron
cargos contra cinco personas, todos fueron absueltos después de un juicio.
Calvi fue hallado ahorcado bajo el
puente Blackfriars (Frailes Negros) en Londres.
El banco vaticano nunca admitió
ninguna responsabilidad por el colapso del Ambrosiano. Pero una comisión
conjunta entre la Santa Sede y el gobierno de Italia admitió una
responsabilidad moral en la quiebra.
En 1984, el IOR otorgó una
contribución voluntaria a los acreedores del Ambrosiano por US$406 millones.
Marcinkus murió en 2006 y siempre
proclamó su inocencia. Su figura inspiró al personaje del arzobispo Gilday en
la cinta "El Padrino III", de Francis Ford Coppola.
Consejo
vigilancia
Justo tras los escándalos del
Ambrosiano, en 1989, el papa Juan Pablo II, modificó el estatuto que regía a la
banca vaticana y dejó el control a un Consejo de Vigilancia conformado por
cinco cardenales y un Consejo de Sobreintendencia compuesto por cinco laicos y
un director general.
Todos responden directamente al
papa. A su cabeza designa a Angelo Calota.
En 1993, el escándalo de
corrupción política conocido como Tangentopolis en Italia y el suicidio de dos
investigados: Gabriel Cagliari y Raul Gardini por el denominado caso Enimont,
vuelve a poner los reflectores judiciales en las cuentas del banco vaticano.
Ambos, Cagliari y Gardini, tenían
cuentas en el banco vaticano.
Sin embargo, como una entidad que
no tiene sucursales en tierras italianas y protegida por el Concordato, el IOR
sólo responde a solicitudes del Ministerio del Exterior, así que su explicación
oficial fue que "el IOR no conocía el origen del dinero".
Transparencia
El último de los escrutinios al
banco vaticano inicia en 2008 cuando el papa Benedicto XVI renovó la comisión
cardenalicia y puso al frente a su colaborador más cercano, el secretario de
Estado desde 2006, el cardenal Tarcisio Bertone —que sustituyó al cardenal
Angelo Sodano.
Los libros del escritor Gianluigi
Nuzzi hablan de luchas internas en el banco vaticano.
En 2009, Ettore Gotti Tedeschi fue
nombrado presidente del banco vaticano y apenas un año después, la justicia
italiana abrió una investigación en contra de dos directivos de la entidad
bancaria por violar las leyes italianas de lavado de dinero y llevaron a la
policía a incautar US$30 millones en activos del Vaticano en septiembre de
2010.
Esa investigación volvió a poner a
la entidad en el ojo del huracán. Desde 2007, las normas aprobadas obligan al
banco a revelar la identidad de los autores de sus transacciones.
Tedeschi aseguró entonces que se
trató de "un error de procedimiento" y que el banco no tiene
"nada que esconder".
Sin embargo, la salida a la luz de
los libros "Vaticano Spa" y el más reciente "Su Santidad"
de Gianluigi Nuzzi y una serie de documentos revelados en los últimos meses –de
otro escándalo conocido como VatiLeaks- confirmaron la serie de luchas internas
en la institución financiera de la Santa Sede.
Se trata de los desacuerdos en la
forma de concretar el cumplimiento de normas internacionales con la intención
de que el Vaticano pueda figurar en una "lista blanca" de países que
cumplen con normas de la transparencia y contra el lavado de dinero.
Sin embargo, la experta en asuntos
del Vaticano, Alessandra Buzzetti insiste en que más allá de los desacuerdos,
el problema está en las "fugas de información" que revelan "una
incapacidad objetiva de gestión de parte de la Curia del Estado".
Por lo pronto, este jueves el
Vaticano intentó poner fin a los escándalos con un inédito comunicado
explicando la destitución de su director.
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