Tomado
de El Periódico
El Salvador se estanca económicamente
Por Juan José Micheo
Economista y MBA INCAE
En 2011, El Salvador mostró un crecimiento
económico del 1.5 por ciento, mientras que Costa Rica alcanzó el 4.2; Honduras,
3.5; Nicaragua, 4.7; y Guatemala, un 2.6 por ciento. La economía salvadoreña
continúa deprimida, tal y como lo reflejan los datos del primer semestre del
2012, en donde podemos observar que su crecimiento apenas llegó al 1 por
ciento, cifra por debajo del 1.6 por ciento proyectado.
El
Salvador padece de una crisis crónica institucional, política, de inseguridad y
económica que se vio exasperada por la recesión económica mundial que, en 2009,
le costó la pérdida del poder al partido derechista Arena tras 20 años de
Gobierno. Uno de los aspectos que más se cuestiona ahora es la dolarización de
su economía, realizada en la administración de Francisco Flores del partido
Arena en 2001; medida que trataba de reactivar la economía debido a que
bajarían los tipos de interés de los créditos, generaría confianza para la
inversión y se mantendría la disciplina macroeconómica.
Sin
embargo, no se satisfizo el requisito fundamental de cumplir con la disciplina
fiscal. Por el contrario, las administraciones posteriores –incluida la del
actual presidente Mauricio Funes del partido izquierdista FMLN– despilfarraron
los recursos del Estado sin generar desarrollo, al punto que el endeudamiento
alcanza ya el 56 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), relación
considerada financieramente peligrosa para cualquier economía. En este momento,
el Gobierno se vio en la necesidad de emitir bonos por US$800 millones antes de
entrar en insolvencia de pagos. En la más reciente revisión la firma Moody’s
degradó la calificación de la deuda soberana, basando su opinión en que el PIB
ha crecido en promedio el 1.9 por ciento en la última década, el menor ingreso
de inversión extranjera en la región y el alto nivel de deuda. Según sus
previsiones, proyectan un crecimiento económico del 1.3 por ciento para 2012 y
de 2.3 por ciento para 2013.
En
declaraciones recientes, el presidente de la Asociación Salvadoreña de
Industriales, Javier Ernesto Simán, manifestaba que “los políticos de todas las
ideologías deben comprender que los empresarios no somos adversarios, sino generadores
de desarrollo y de oportunidades para todos, sin importar ideologías de
izquierda o de derecha. El distanciamiento y confrontación con los empresarios,
no contribuye al clima de confianza y optimismo que necesitamos los
salvadoreños. Y para poder producir y generar prosperidad, nuevas inversiones y
más empleos se necesita un clima de confianza y estabilidad, y nada atenta más
contra esa estabilidad que la falta de respeto a la legalidad. Nadie invierte
en un país inestable”.
Otro
aspecto importante que ha experimentado la economía salvadoreña, se debe a un
proceso de desnacionalización, ya que el 92 por ciento del sector bancario pasó
a manos de capital extranjero; los grupos empresariales más grandes del país,
vendieron sus negocios a compañías internacionales. La economía cambió, pues,
de elites autóctonas a foráneas, las cuales anteponen sus intereses
corporativos a los del país.
Las
economías centroamericanas son vasos comunicantes, lo que pasa en un país
repercute en los demás, El Salvador es el segundo mercado más grande del área.
Los guatemaltecos debemos tomar conciencia y reflexionar acerca de cuál
debe ser el camino inteligente a seguir para no caer en crisis provocadas
internamente, que podrían evitarse si se privilegia el diálogo y la
concertación. Urge un pacto social incluyente, que evite la polarización y que
privilegie la visión compartida de país. Pensemos en aquel viejo refrán que
dice: “cuando las barbas del vecino veas arder, pon las tuyas a remojar”.
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