Tomado de El Mundo
Los excesos del
'macho alfa'
Por Pablo
Herreros
El polémico Silvio Berlusconi, ex presidente del
Gobierno italiano, ha anunciado su intención de volver a presentarse como
candidato a las proximas elecciones generales de su país. Aunque puede que
finalmente no se presente y todo acabe en una simple demostración de
fuerza o chulería, su comportamiento es una excelente fuente de inspiración
para hablar de algunos de los vicios y excesos de los que los primates somos
capaces para alcanzar el poder.
Los primates realizamos exhibiciones de poder constantemente
('display' en inglés). El objetivo consiste en demostrar a otros la
fuerza que poseemos, evitando así las confrontaciones directas que pueden
acabar en daños irreparables para todas las partes.
En los estados modernos, este es el caso de los desfiles
militares o la pruebas con misiles. Los grandes simios arrancan ramas,
chillan, se suben a los árboles o arrastran piedras con este mismo fin. Los
humanos rompemos objetos, damos puñetazos contra la mesa, cerramos la puerta de
golpe, gritamos e incluso damos patadas a las cosas.
Vídeo 1:Demostración de fuerza de un chimpancé
Este patrón es más evidente en la época de la adolescencia, pero
no desaparece cuando somos adultos. Realizamos estas demostraciones en todos
los contextos, desde en la mesa del consejo de dirección de una empresa
hasta en los conflictos que surgen con desconocidos en la calle, ya sea por
un accidente en coche o cualquier otro asunto.
Otros ejemplos fáciles de identificar provienen del mundo del
deporte, como es el caso de los orígenes de danza maorí, popularizada
mundialmente por el equipo de rugby neozelandés 'All Blacks'. Al final, todo se
reduce a fuegos artificiales, cuyo objetivo es disuadir de una pelea
real.
Vídeo 2: Haka dance de los 'All Blacks'
'Il cavaliere' siempre ha tratado de transmitir una
imagen de macho alfa de gran éxito económico y con las mujeres. Vive
obsesionado con proyectar una imagen de virilidad y juventud. Se ha sometido a
diversas cirugías estéticas e implantes. También se maquilla de forma regular.
En primates, se ha observado cómo individuos con lesiones fingían
estar bien para no mostrar su debilidad a los oponentes. Esta es la razón
por la que los poderosos tienen tanta precaución a la hora de mostrar a
dirigentes enfermos o retienen la información de su enfermedad el máximo tiempo
posible.
Esto mismo ha ocurrido con Franco, Castro y está sucediendo con Chávez en estos momentos.
Los políticos, expertos en psicología de grupos y masas, saben que su éxito
depende en parte de transmitir esa fortaleza. Hay algunos científicos que creen
que este fenómeno explica el por qué los hombres nos quejamos poco del dolor y
acudimos menos al médico. Para los machos es peligroso mostrar la
vulnerabilidad a otros machos.
Berlusconi también ha jugado el papel de semental y señor del
harem, como hacen algunos gorilas, exhibiendo el control que ejercen
sobre sus hembras. Estaba entre sus costumbres el regalar todo tipo de
cosas a las mujeres de sus ministros. En ciertas capas de la población es
probable que haya sido envidiado por esta razón. A muchos italianos les atrae
esta imagen de macho alfa, capaz de montar las mejores fiestas o'bunga bunga' del Mediterráneo.
Tampoco las fiestas y el gusto por el alcohol son patrimonio
exclusivo del ser humano. En África, cuando los frutos de la marula fermentan,
todos los animales de la zona se acercan a pasar un buen rato. Tras unas horas,
no es raro ver a los elefantes y jirafas haciendo eses y a los monos caer de
los árboles debido a las borracheras que agarran.
Vídeo 3: Animales emborrachándose con frutos fermentados
Berlusconi se aprovecha de la inestabilidad política que
caracteriza al país, desde su fundación en 1861. La existencia de chivos
expiatorio a quienes se les hace únicos responsables de la crisis siempre
indica que estamos ante un periodo del sistema inestable. En poblaciones de
primates donde aún no se ha alcanzado un verdadero equilibrio es fácil que
aparezca esta cabeza de turco. En este tipo de grupos, si algo sale mal pueden
dirigir todo su agresividad hacia un individuo.
Lo mismo le ocurrió a Microsoft los primeros años de vida de la
red, caracterizados por la inestabilidad. Todo era culpa de Bill Gates, cuando
él sólo era responsable de Windows, y no de internet. En este sentido, la
estrategia de Berlusconi ha sido la clásica: crear un enemigo común
para generar cohesión en torno a su figura. Durante los años que
gobernó Italia, fue la de proteger al país de los comunistas.
Ahora el enemigo es Alemania, que intenta arruinarles.
En los animales, es fácil observar esta tendencia. Hasta los enemigos más
hostiles entre sí se juntarán en caso de peligro. El primatólogo Frans de Waal cuenta cómo en la
colonia de chimpancés de Arhem (Holanda), cuando estrenaban instalación,
dominantes y subordinados olvidaban sus posiciones sociales y se abrazaban unos
a otros, muertos de miedo.
Si Berlusconi hubiera entendido que el liderazgo es un
fenómeno colectivo y no un asunto individual, probablemente no se
presentaría a las elecciones presidenciales italianas de nuevo. No existe líder
sin seguidores. Él y otros líderes mundiales debería pasar de vez en cuando por
'El ritual del rey payaso' que practican varias tribus de África del Sur.
En estas sociedades, el rey tiene que vestirse de pobre
o actuar como un payaso durante un día al año, durante el cual debe
soportar el odio e insultos que provienen del pueblo. Estos rituales que tanto
fascinaron al antropólogo Max Gluckman, sirven para recordar simbólicamente que
el sistema está por encima de cualquier individuo y que su poder emana del
consentimiento colectivo.
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