martes, 18 de diciembre de 2012

El folklore de las campañas electorales salvadoreñas

Por Luis Montes Brito
Diario El Mundo, El Salvador

Las campañas electorales salvadoreñas se caracterizan por ser coloridas, alegres y folklóricas. Desafortunadamente los partidos políticos reducen el folklore  a acciones de descrédito, insultos y a la falta de inteligencia, la cual convenientemente sustituyen por la astucia o viveza política.  Como podrá observarse en la anterior descripción están ausentes adjetivos tales como integridad, respeto y propuestas.

Se habla que la sociedad salvadoreña es violenta, que existe un subdesarrollo cultural en el promedio de la misma y que la corrupción es inherente a la política.  Estos calificativos molestan y ofenden a la mayoría de salvadoreños, pero invariablemente en cada campaña aparecen los candidatos de los diferentes partidos reafirmando dicha imagen en la retina pública nacional y extranjera.

Generalmente los contendientes o sus equipos de campaña, tal cual la novela más cursi, apelan reiteradamente al sentimentalismo del electorado a través de canciones, recursos retóricos, descalificaciones, chistes e insultos hacia los adversarios y familiares, pretendiendo causar lástima o generar una imagen de fuerza. Raramente buscan el debate sensato, la evaluación racional de propuestas o simplemente mostrar un verdadero comportamiento cívico. Lo irónico del caso es que una vez ya electos como funcionarios aparecen públicamente pidiéndole al pueblo todo lo que no mostraron en sus campañas, incluso, algunos ya como funcionarios siguen dando pésimos ejemplos de moral y prepotencia.

Aunque durante el 2013 no habrá votaciones, será un año políticamente intenso para El Salvador.

Debido a la experiencia de la campaña presidencial anterior, dónde el ahora presidente Funes se lanzó exitosamente con casi dos años de anticipación a sus rivales, como mal presagio de lo que puede esperarse de la presente campaña, se tiene desde ya la violación al código electoral al iniciar la misma muy anticipadamente por parte de los partidos FMLN y ARENA, quienes esta vez no están dispuestos a ceder terreno y dar ventaja a sus adversarios. La ley y la crisis económica no han sido impedimento para iniciar desde ya la campaña de desprestigio, epítetos y señalamientos a sus rivales y grupos oponentes.  Hasta el momento ningún candidato ha presentado propuestas específicas, mucho menos un plan de gobierno, lo importante ha sido iniciar con patada, trompón y mordida, colgarse de cualquier evento o tema público, sin más sustancia que el circo electoral. Que podemos esperar como producto final? Más de lo mismo. Sería locura esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.

La campaña se ha caldeado aún más con la crónica de una candidatura anunciada por parte de un popular y fuerte aspirante que reafirmó esta semana sus intenciones de nominarse muy pronto con el apoyo de un amplio movimiento ciudadano. Los datos de las más recientes encuestas señalan que  el expresidente Tony Saca sin iniciar una campaña formal está a escasos ocho puntos del líder actual, Norman Quijano y a tan solo cuatro de Sanchez Cerén.  Una diferencia muy estrecha cuando faltan más de catorce largos meses para el día D”.

Saca aventaja a sus contrincantes en experiencia administrativa, oratoria, capacidad de debate y sobre todo carisma con la población. Sus últimas apariciones públicas han hecho reaccionar nerviosamente a sus contendientes.

El votante salvadoreño espera que en esta campaña no subestimen su inteligencia y que le ofrezcan más sustancia. La población no quiere “maras” de pinta, pega y bochinches que sean enviadas a liarse a golpes y pedradas para demostrar fuerza o territorialidad.

A nivel global está demostrado que políticamente  hay un desplazamiento ciudadano de los polos hacia el centro, donde las nuevas generaciones no sienten compromiso con los dogmas y paradigmas de las figuras históricas de sus partidos. El mundo está evolucionando y reclama a sus institutos políticos tomar el paso de su transformación de pensamiento.

Se espera por el bien de El Salvador que el 2013 nos sorprenda con una campaña política diferente, porque solo así podrá esperarse otros resultados. Es deseable que la prioridad de los equipos de campaña sea desplegar su propuesta de plan de gobierno para que el debate se centre en la viabilidad de dichos proyectos y no en el abanico de insultos, descréditos y malacrianzas ofertados hasta hoy y de los cuales el electorado ya está harto.

Señores candidatos y equipos de campaña: ustedes tienen la palabra, el pueblo tiene el voto.  

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