Diario El Mundo, El Salvador
Las
campañas electorales salvadoreñas se caracterizan por ser coloridas, alegres y
folklóricas. Desafortunadamente los partidos políticos reducen el folklore a acciones de descrédito, insultos y a la
falta de inteligencia, la cual convenientemente sustituyen por la astucia o
viveza política. Como podrá observarse
en la anterior descripción están ausentes adjetivos tales como integridad,
respeto y propuestas.
Se
habla que la sociedad salvadoreña es violenta, que existe un subdesarrollo
cultural en el promedio de la misma y que la corrupción es inherente a la
política. Estos calificativos molestan y
ofenden a la mayoría de salvadoreños, pero invariablemente en cada campaña aparecen
los candidatos de los diferentes partidos reafirmando dicha imagen en la retina
pública nacional y extranjera.
Generalmente
los contendientes o sus equipos de campaña, tal cual la novela más cursi, apelan
reiteradamente al sentimentalismo del electorado a través de canciones, recursos
retóricos, descalificaciones, chistes e insultos hacia los adversarios y
familiares, pretendiendo causar
lástima o generar una imagen de fuerza. Raramente buscan el debate sensato, la evaluación
racional de propuestas o simplemente mostrar un verdadero comportamiento
cívico. Lo irónico del caso es que una vez ya electos como funcionarios
aparecen públicamente pidiéndole al pueblo todo lo que no mostraron en sus
campañas, incluso, algunos ya como funcionarios siguen dando pésimos ejemplos
de moral y prepotencia.
Aunque
durante el 2013 no habrá votaciones, será un año políticamente intenso para El
Salvador.
Debido
a la experiencia de la campaña presidencial anterior, dónde el ahora presidente
Funes se lanzó exitosamente con casi dos años de anticipación a sus rivales, como
mal presagio de lo que puede esperarse de la presente campaña, se tiene desde
ya la violación al código electoral al iniciar la misma muy anticipadamente por
parte de los partidos FMLN y ARENA, quienes esta vez no están dispuestos a
ceder terreno y dar ventaja a sus adversarios. La ley y la crisis económica no
han sido impedimento para iniciar desde ya la campaña de desprestigio, epítetos
y señalamientos a sus rivales y grupos oponentes. Hasta el momento ningún candidato ha
presentado propuestas específicas, mucho menos un plan de gobierno, lo
importante ha sido iniciar con patada, trompón y mordida, colgarse de cualquier
evento o tema público, sin más sustancia que el circo electoral. Que podemos
esperar como producto final? Más de
lo mismo. Sería locura esperar resultados diferentes haciendo lo mismo.
La
campaña se ha caldeado aún más con la crónica de una candidatura anunciada por
parte de un popular y fuerte aspirante que reafirmó esta semana sus intenciones
de nominarse muy pronto con el apoyo de un amplio movimiento ciudadano. Los
datos de las más recientes encuestas señalan que el expresidente Tony Saca sin iniciar una
campaña formal está a escasos ocho puntos del líder actual, Norman Quijano y a
tan solo cuatro de Sanchez Cerén. Una
diferencia muy estrecha cuando faltan más de catorce largos meses para el día “D”.
Saca
aventaja a sus contrincantes en experiencia administrativa, oratoria, capacidad
de debate y sobre todo carisma con la población. Sus últimas apariciones
públicas han hecho reaccionar nerviosamente a sus contendientes.
El
votante salvadoreño espera que en esta campaña no subestimen su inteligencia y
que le ofrezcan más sustancia. La población no quiere “maras” de pinta, pega y bochinches que sean enviadas a liarse a
golpes y pedradas para demostrar fuerza o territorialidad.
A
nivel global está demostrado que políticamente hay un desplazamiento ciudadano de los polos
hacia el centro, donde las nuevas generaciones no sienten compromiso con los
dogmas y paradigmas de las figuras históricas de sus partidos. El mundo está
evolucionando y reclama a sus institutos políticos tomar el paso de su
transformación de pensamiento.
Se espera
por el bien de El Salvador que el 2013 nos sorprenda con una campaña política diferente,
porque solo así podrá esperarse otros resultados. Es deseable que la prioridad
de los equipos de campaña sea desplegar su propuesta de plan de gobierno para
que el debate se centre en la viabilidad de dichos proyectos y no en el abanico
de insultos, descréditos y malacrianzas ofertados hasta hoy y de los cuales el
electorado ya está harto.
Señores
candidatos y equipos de campaña: ustedes tienen la palabra, el pueblo tiene el
voto.
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