sábado, 22 de diciembre de 2012

SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS Y LA NAVIDAD



      
Casi todos los niños asocian la Navidad fundamentalmente a dos temas: los regalos y las vacaciones. Y no es que sea criticable que a los niños les gusten las vacaciones y recibir regalos, pero sucede, y cada vez más, que para muchos niños la Navidad consiste casi exclusivamente en eso. Algunos padres les regañan por esa visión tan simple y materialista, pero en realidad, ellos no son más que el reflejo espontáneo de lo que la propia sociedad está haciendo de sí misma.

Cada vez más se introducen ciertos componentes que tienden a desvirtuar la Navidad, y sobre los que cada año, cuando se aproximan esas simbólicas fechas, conviene hacer más de una reflexión junto con nuestros hijos, pues aunque los padres no seamos del todo responsables de esa visión simple y materialista que ellos tienen, sí somos responsables de inculcarles los valores espirituales en los que debemos creer y que son los que simboliza la Navidad.

Reflexionando sobre las causas que pueden provocar en ellos esa visión tan simple y materialista de la Navidad, vemos que la presión comercial a través de los medios de comunicación no hace más que insistirles en que la Navidad es materialismo.

Basta encender el televisor para que perciban cientos de atractivos mensajes sobre lo que deben pedirle a Santa. Algunos de estos mensajes introducen aparentes valores espirituales que tratan de disfrazar ese materialismo, proponiendo, por ejemplo, los regalos navideños como recompensa por un buen desempeño escolar o por haberse portado bien; lo cual no pasa de ser una simple estrategia comercial que les enseña que los verdaderos valores son los materiales es decir, los regalos, y los valores espirituales son simplemente “la tarea” o “el sacrificio” que hay que cumplir para ganar los valores materiales.

Pero aunque la presión comercial es poderosa, nosotros, como padres tenemos la posibilidad y la responsabilidad de controlar su influencia en nuestros hijos. El problema es que muchas veces nosotros mismos nos olvidamos de esa responsabilidad y caemos en la misma trampa del materialismo.

Con frecuencia somos nosotros los que les mostramos los valores como “tarea” con una recompensa material. 

Tampoco les podemos enseñar mucho cuando en la época navideña ellos nos ven a nosotros obsesionados en comprar regalos para “cumplir” con fulano y mengano, o en comprar abundante comida, bebida y mil cosas más para “llenar” la Navidad, como dando a entender que sin eso la Navidad está vacía.

El problema es también cuando nosotros mismos caemos en la gran contradicción de tratar de compensar mediante regalos el tiempo y la atención que durante el año no les dedicamos porque estamos muy ocupados en la lucha laboral para que, entre otras cosas, ellos puedan tener tantos regalos en Navidad.
   
Yo propongo que a los hijos se les enseñe cada día del año que los valores no son una tarea, sino que son valores porque es “lo que vale”, “lo que se valora”, lo que engrandece a las personas, claro, que para ello hay que valorarlo uno mismo; y que la Navidad la celebremos con cierta humildad material, demostrando que nuestra alegría nace de dentro, de nuestros valores, de los mismos que Jesús simboliza. ¿Y Santa? Claro que sí; también con cierta humildad. La tradición de Santa no es bonita por el valor de lo material, sino por el valor de la ilusión.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

1 comentario:

  1. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA

    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente

    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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