domingo, 23 de diciembre de 2012

Navidad: tiempos de alegría y depresión


Tomado de Entremujeres.com 


Estrés y depresión: el “lado B” de las Fiestas

Según un estudio español, el 44% de las personas siente más estrés en Navidad y la compra de regalos está al tope de las “obligaciones” que generan tensión.  Te damos consejos para disfrutar más y mejor.

Cada año, en esta misma época, comienzan los preparativos para las Fiestas. Para muchos es un tiempo de festejos y alegría, para reunirse con seres queridos y disfrutar. Por el contrario, algunas personas se sienten más estresadas, con ansiedad, tristeza o, incluso, depresión.

Según un estudio realizado por el centro especializado en el control del estrés y la ansiedad Nascia en Madrid, España, el 44% de la población afirma que la Navidad es un momento del año que le produce un aumento generalizado del estrés. Entre las actividades que en esta época generan ansiedad encontramos: realizar las compras (76%), asistir a compromisos sociales (67%), tener excesos en los gastos (65%) y el cansancio general y la saturación de fin de año (60%).

Por qué nos estresamos o deprimimos

* Los recuerdos de Navidades pasadas con parejas, amigos o seres queridos, que tienden a idealizarse.
* La soledad y el aislamiento. No contar con un grupo de seres queridos o amistades cercanas con quienes celebrar puede causar depresión.
* El fallecimiento de algún ser querido es una de las principales causas que nos lleva a transitar el fin de año con nostalgia o tristeza.
* La distancia geográfica. Vivir lejos de los seres queridos provoca tristeza, melancolía o depresión.
* Altas expectativas de tener una Navidad “perfecta”, tal como la promocionan los avisos de televisión o gráficos. Esto crea un ideal difícil de alcanzar para la mayoría. 
* La falta de dinero, la pérdida del trabajo y los problemas de salud también figuran entre las causas de depresión en estas fechas.

¿Cómo romper con el desánimo?

* Ser conscientes de que no hay que generar grandes expectativas alrededor de las Fiestas, ya que la vida no se termina el 31 de diciembre.
* No guiarse por los propósitos de otros, porque es difícil que los podamos cumplir. Una buena opción es hacer lo que nos gusta y lo mejor posible, con objetivos reales.
* Tener un ánimo conciliador y más relajado, aceptar las diferencias y los posibles imponderables que puedan surgir, tomarlos con calma y buscar una solución práctica.
* Poder elegir con quiénes estar y privilegiar nuestros afectos más sinceros. Si no se tiene a ningún familiar cerca, siempre hay algún vecino, algún lugar público o comunidad donde se puede pasar las fiestas en compañía.
* Celebrar con poco: no es necesario gastar todo el aguinaldo en diciembre. Si se tienen pocos recursos, esta época nos invita a ser más creativos. Una idea es reutilizar materiales a través de una actividad artística para crear regalos únicos y originales.
* Ser conscientes de que estamos en una época del año que nos genera exigencias de muchas clases, y no debemos ceder ante ellas.
* Compartir y celebrar con otros nos restituye a los propios espacios de disfrute almacenados en nuestro cerebro. Hay que enfocar nuestra energía positiva en cosas simples.

Por la licenciada Virginia Martínez, co-directora de La Casa, Hostal de Medio Camino.

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