sábado, 25 de febrero de 2012

El fenómeno de Jeremy Lin desde el punto de vista chino

Tomado de China en Español

Por Ding Gang

Jeremy Lin o Lin Shuhao, un chico de origen chino, graduado de Harvard, nueva y deslumbrante estrella de la NBA, que en un principio fue subestimado y de repente consiguió distinguirse por su talento, tiene demasiados motivos para causar admiración entre los estadounidenses. Su repentino éxito es la materialización del típico “sueño americano” y también de la cultura popular estadounidense.

El baloncesto no es solo un deporte más en EE.UU., sino el más popular, después del béisbol. Bajo los auspicios de la NBA, esta disciplina se ha convertido en una cultura popular mixta de comercio, comunicación y deporte, que consigue un efecto extraordinario en los grupos sociales. Los estadounidenses tienen la capacidad de convertir un deporte en una especie de cultura popular y un tipo de “moda” con la que llegan a identificarse muchas personas.

A los chinos, poseer el mismo color de piel que Lin Shuhao, les permite conectar fácilmente con el “Linsanity” (término con el se ha acuñado la locura generada por el jugador entre los aficionados). Cualquier pueblo del mundo probablemente tiene un sentido especial de intimidad con sus paisanos que alcanzan el éxito en otros países. En ese sentido Jeremy Lin tiene algo en común con el carismático Yao Ming, retirado del deporte activo en 2011.

Sin embargo, ambos son obviamente diferentes. La inusitada atracción que ha despertado Lin responde a que su caso ilustra a la perfección la materialización del “sueño americano”. Esa es la causa por la que el jugador haya encandilado también a la sociedad estadounidense y hasta el presidente Barack Obama haya reconocido sentirse orgulloso por su éxito.

En cambio, el shanghainés Yao Ming representaba en la mente de muchos estadounidenses la subversión de la “imagen china”.

No es necesario que minimicemos la importancia del “sueño americano” de Lin ante la brillantez de Yao. Sería verdaderamente una locura que confundiéramos el sentido de intimidad de Lin con el orgullo nacional.

Vale la pena reflexionar sobre por qué en Estados Unidos se ha convertido al baloncesto en un “deporte de cultura popular” de ámbito mundial. La arrogancia y la altanería que caracteriza a los estadounidenses guarda también una estrecha relación con la cultura popular de ese país, a la que se han aficionado no pocos jóvenes del mundo.

En un reciente reportaje, la revista Time afirmó: “Aunque China ha obtenido muchos éxitos en el deporte a nivel mundial, como lo demuestran sus numerosas medallas olímpicas, es imposible que pueda crear otro Lin Shuhao, por mucho entusiasmo que los espectadores chinos muestren hacia esta nueva estrella china”.

Podríamos preguntarnos entonces ¿por qué tenemos que crear un otro Lin Shuhao? ¿Acaso EE.UU., donde abundan las estrellas del baloncesto, necesita crear un talento de tenis de mesa de nivel mundial? Claro, el requisito previo de ese tipo de preguntas es que creemos también una cultura popular que atraiga a miles y miles de fans por todo el mundo.

Los artículos de opinión reflejan los puntos de vista de sus autores, no necesariamente los de China.org.cn

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