sábado, 25 de febrero de 2012

Carrera nuclear iraní lleva tensión a su punto más álgido

Tomado de La Voz de Rusia

Por Boris Pavlishev

Con el paso de los días, la situación en torno a Irán se torna cada vez más tensa. Los preparativos para una operación bélica son evidentes, pues a la región del golfo Pérsico continúan llegando fuerzas de EEUU y de sus aliados. Según fuentes israelíes, para marzo allí habrán hasta cien mil soldados. La parte iraní no permanece de brazos cruzados y ejecuta maniobras militares de gran escala, ensayando la defensa de las instalaciones nucleares y de la frontera naval. Incluso amenaza con un ataque preventivo, si “los enemigos amenazan los intereses nacionales de Irán”.

La crispación de las relaciones entre la República Islámica con los países de Occidente se debe a la incierta situación en torno a su programa nuclear. Teherán informa de nuevos éxitos: la puesta en marcha de otra línea de centrifugas, en la que el uranio será enriquecido el triple más rápido hasta el 20 %. Y a partir de ese uranio, es posible obtener, en tan sólo seis semanas, uranio enriquecido al 90 %, de aplicación militar. Además, en Irán se aceleraron los trabajos de traslado de las centrifugas enriquecedoras hasta la planta subterránea de Fordo, a una profundidad de más de ochenta metros, y esto las convierte invulnerables contra los ataques de aviación.

El 20 y 21 de febrero, Teherán negó al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la prometida visita a sus instalaciones nucleares. A los inspectores les interesaba sobremanera el centro Parchin, consignado en el informe del OIEA como el lugar de las pruebas de componentes de un artefacto nuclear. Los iraníes expresaron que, Parchin es una instalación nuclear, razón por lo que está cerrada para los extranjeros.

Con tal trasfondo, la carta reciente de Teherán, sobre la disposición a reanudar las conversaciones con el “sexteto”, más parece una maniobra de distracción y el intento de dar largas al asunto. La situación es complicada. Sin embargo, de momento no existen razones concretas para aplicar la fuerza contra la República Islámica, considera Vladímir Evséiev, director del Centro de Investigaciones Sociopolíticas:

–Es probable que Irán tenga planes de realizar una prueba nuclear. La cantidad de material fisible que dispone Irán, en caso de que terminara de enriquecer todas sus reservas de uranio, le alcanzaría para no más de dos cargas nucleares, aunque con tal cantidad, ningún Estado optaría por una prueba nuclear. Además, Irán no tiene cohetes que supongan una amenaza para Israel. Los misiles Shahab-3 son vulnerables y no alcanzan a volar hasta Israel.

Irán cuenta en este momento con un ejército y una flota poderosísimos. Una parte de sus armamentos son de producción rusa. Se trata de sistemas antiaéreos, incluidas baterías S-300, probablemente llegadas de Bielorrusia, aviones, carros blindados, armas, minas submarinas. Submarinos silenciosos “Paltus”, de la clase “Kilo”, pequeñas lanchas y submarinos de Corea del Norte, demás de aviones livianos no tripulados. Y todo esto puede causar un daño considerable a cualquiera flota. En publicaciones occidentales se habla ya, incluso, de un “potencial para una respuesta asimétrica”. Sin embargo, todo quedará en nada con una operación terrestre de gran escala contra Irán. Por lo demás, ella ni siquiera se debate, por el momento, explica Piotr Topyichkanov, experto del Instituto de Economía Mundial y de Relaciones Internacionales de la Academia Nacional de Ciencias:

–Israel no puede hacer por su cuenta semejante operación, y la comunidad mundial no está dispuesta a respaldarlo: todavía no han sido resueltos problemas generados por la guerra en Irak y en Afganistán. Pero, Israel puede desplegar otra operación bélica, parecida a la que en 2007 llevó a cabo contra Siria: lanzar ataques aéreos y balísticos contra instalaciones nucleares. Esto podría frenar el programa nuclear iraní. Pero, hay que entender que, esa agresión preventiva desatará una crisis más de la diplomacia internacional y en la ONU.

El problema principal consiste en que los ataques aéreos no destruirían los proyectos militares iraníes. Y ello, aunque Israel recibiera de EEUU bombas anti-búnker, apunta Piotr Topyichkanov:

–Con seguridad no se sabe si Irán tiene o no instalaciones nucleares ocultas. Sabemos de Natanz, de Kuma, de Isfahan, pero nadie puede garantizar que existen otros centros en los que guarde materiales nucleares o misiles.

Si Tel Aviv opta finalmente por una operación propia, tarde o temprano se planteará lo de la participación en ella de EEUU. Y entonces existe el riesgo de que la guerra degenere de local a regional. Arabia Saudita y Kuwait miran hace tiempo con malos ojos a Teherán. Las perspectivas de dicha guerra son impredecibles. Por lo demás, es aun prematuro hablar de tal desarrollo de los hechos, al igual como de un ataque inminente de Israel. Hace unos días, el ministro de Defensa de Israel, Yehud Barack, manifestó que Teherán no ha sobrepasado el punto irreversible de su programa nuclear, léase como que, no ha tomado la decisión política sobre la creación del arma nuclear, de manera que, no hay que apresurarse con una “operación quirúrgica”. Sin embargo, la amenaza persiste, señala el politólogo israelí Alex Kogan:

–Israel puede decidirse a una operación. La experiencia de los últimos años muestra que, el tiempo pasa mientras reúnes una gran coalición, y debates unos que otros asuntos. Un viejo dicho inglés dice: si desea que se haga algo, hágalo usted mismo. En Israel están acostumbrados a este juicio, es una consigna que determina la política del Gobierno.

Dicha variante no es del todo necesaria para el Partido Demócrata y el presidente Obama, en el año de las elecciones. Y aunque Washington continúe incrementando una agrupación de choque en la región, su tarea es otra: la presión sicológica. Pero, las acciones reales son tales que EEUU se empeña en frenar los impulsos militaristas de Israel. Los emisarios estadounidenses, que se afanan en impedir la guerra visitan, Jerusalén constantemente. En enero estuvo allí Martín Dempsey, presidente del Comité Unificado de jefes de Estados Mayores de las FFAA de EEUU. Y del 18 al 20 de febrero, Jerusalén fue visitado por Tom Donilon, consejero de la Casa Blanca para asuntos de Seguridad Nacional. El portal analítico-militar israelí DEBKA escribe que, en el curso de las agitadas discusiones, su delegación no logró disuadir a los líderes israelíes de no lanzar un golpe armado. No se sabe si lo logrará el jefe de la Inteligencia nacional James Clepper, quien arribó al país el 23 de febrero. E incluso el presidente Barack Obama, quien invitó para el 5 de marzo a Washington al primer ministro Benjamín Netanyahu.

1 comentario:

  1. Estos son los conflictos regionales o de baja intensidad de los que se hablaba a finales de los 80's. Pero obviamente no se hablaba del uso de armas nucleares. Es bueno recordar que la Capital de Israel ya no es Tel Aviv sino Jerusalem.

    ResponderEliminar