En estos días en donde el espíritu de la navidad entra
por la puerta ancha y se apodera de las residencias, comercios, mentes y de
nuestros corazones, nos brinda una oportunidad de reflexionar sobre las
bendiciones que nos rodean.
Es curioso que por espacio de diez meses nuestro foco
central está en el trabajo, los niños, la casa, los deberes económicos, en fin,
todo aquello que nos preocupa, pero no nos ocupa.
Pero no hace nada más que la semana del pavo llega a
nuestra atención y nuestra actitud cambia por completo. La palabra gratitud se
posiciona inmediatamente como una prioridad en nuestras vidas y a su vez se
convierte en actos que impactan a todo aquel que nos rodea.
Para muchos, incluyéndonos, entendemos que está es la
mejor época del año, ya que el espíritu humano renace y se materializa
concretamente por medio de la bondad, caridad, desprendimiento y el amor.
Hay otros que utilizan esta semana de agradecimiento
como una gran oportunidad de ver todo aquello que han podido lograr, las
bendiciones que tienen actualmente y hasta hay otros que les llena el simple
hecho de dar sin mirar a quien.
La gratitud se define como “…un sentimiento, emoción o
actitud de reconocimiento de un beneficio que se ha recibido o recibirá”. Es
esta famosa palabra que en acción tiene un poder incalculable no solo para el
alma, sino para la conciencia de la humanidad, que nos recuerda lo que somos,
de donde venimos y hacia donde vamos.
Es este simple acto de amor y humildad que nos hace ver
quienes somos realmente, que estamos entrelazados con cada una de las personas
que nos rodean, que han sido participe de nuestras vidas ya sea en una parada
de autobús, o en una relación de muchos años.
Es en esa acción de agradecer en donde nos engrandecemos
como un organismo colectivo consciente de la importancia de la demostración de
lo que nos guían diariamente, nuestra emociones.
Hoy, el día que la sociedad ha marcado como el día en
donde nos damos permiso para reflexionar sobre todo lo que tenemos, olvidarnos
de lo que nos hace falta y sobre todo el tomarnos el tiempo de saborear eso que
tanto apreciamos, pero nos olvidamos de ver.
Curiosamente es una de los actos comunes entre las
grandes religiones del planeta en donde convergen que el acto de la gratitud
alimenta el alma y los acerca a sus creencias.
A su vez, varios experimentos han demostrado que los
clientes a los que se les llama y se les da las gracias por haber visitado la
tienda la misma experimentan un incremento en ventas de un 70%.
Hasta las grandes universidades desde el año 2000 han
estado estudiando la relación que tiene la gratitud con la felicidad y hoy día
se estudia la psicología positiva la cual ha pasado a formar parte de la
psicología convencional.
El filosofo Cicerón decía que “la gratitud no es solo es
la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás”. Es una de las
grandes virtudes, ya que no da pie a que nuestros pensamientos arropen nuestros
sentimientos, esa virtud es una que nos da la oportunidad de ver, sentir y
palpar todo lo que somos.
Que tal si nos tomamos unos minutos para hacer una
reflexión profunda de todo aquellos que tenemos, de lo que nos reconecta con
nuestra felicidad interna.
Que tal si utilizamos este espacio provisto por el
Universo para poner en perspectiva nuestras vidas y agradecer todas las
bendiciones que tenemos.
Hoy les invitamos a que reflexionen sobre las palabras de
Eckhart Tolle “Si en la vida tu única oración fuera “gracias”, con ella sería
suficiente”.
--
Waldemar
Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
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