Tomado de The Wall Street Journal
Vail, Colorado
Por Alyssa Abkowitz
En Vail, un centro de
esquí en el estado de Colorado, los agentes de bienes raíces están
intensificando los esfuerzos para cortejar a un grupo de compradores de casas
de lujo cada vez más importante: los mexicanos acaudalados.
Slifer Smith &
Frampton, una firma inmobiliaria de Avon, Colorado, acaba de formar una
división latinoamericana y sus agentes hacen varios viajes a Ciudad de México
para ofrecer cenas y cócteles a potenciales clientes.
Durante un viaje a fines
de octubre, la firma copatrocinó una cena en la casa de un reconocido ejecutivo
de televisión en México a la que asistieron 60 invitados, quienes comieron
ceviche y bebieron champaña. "Varios de los asistentes ya están
mirando", señaló Beatriz Martínez, jefa de la nueva división. En pocas
semanas, la empresa imprimirá su primera guía de compra en español a la vez que
trabaja con bancos locales y empresas de títulos de propiedad que tienen
personal que habla español.
La empresa también se ha
asociado con Glika International, una firma de bienes raíces de Ciudad de
México, y con Ski Madness, una firma inmobiliaria y de esquí, a las que les
ofrece 50% de la comisión, una tasa mucho más alta que un pago por referencia
típico, por enviar a mexicanos acaudalados interesados en Vail a su agencia
A cambio, Glika y Ski
Madness colaboran en la organización de eventos locales, como la cena VIP que
se llevó a cabo a fines de octubre. Slifer Smith & Frampton señala que en
la actualidad tiene 50% del mercado en Vail, una ciudad donde los precios de
los inmuebles siguen 30% por debajo de los máximos registrados en 2008.
Aunque Vail ha sido
popular desde hace tiempo entre las familias mexicanas ricas, la reciente ola
de compras de inmuebles ha sido impulsada, en algunos casos, por un deseo de
estar en un lugar seguro. "La seguridad en un asunto de suma importancia para
estas familias", dice Julie Bergsten, vicepresidenta de Slifer Smith &
Frampton. "Incluso hemos visto familias que se han mudado acá para vivir
todo el año".
Este año, compradores
mexicanos han estado detrás de varias transacciones importantes. En el complejo
Four Seasons Residences, una vivienda de tres habitaciones y tres baños fue
vendida por US$4,2 millones a mediados de año a un ejecutivo de Ciudad de
México. En el segundo trimestre, un cliente mexicano compró una casa de US$7,5
millones en Gore Creek Place, una codiciada calle con vista a la Montaña Vail.
Y dos de las tres últimas ventas en Solaris, una de las urbanizaciones más
nuevas en Vail Village, fueron hechas a familias mexicanas que pagaron
alrededor de US$6 millones cada una.
FirstBank, un banco regional,
ha financiado a más de una docena de compradores mexicanos en el último año, un
alza frente a los "dos o tres al año" de hace cinco años, dice James
Wilkins, vicepresidente senior. "Han sido una fortaleza en el último par
de años, cuando se registró una escasez de compradores de alto
patrimonio".
El empresario Alejandro Martí remodeló un hotel en Vail y mudó su familia a esta ciudad.
La economía mexicana ha
logrado sobrellevar la agitación financiera global, pero los carteles de la
droga siguen presionando al país en materia de orden público. Hace unos meses,
el gobierno mexicano dio a conocer datos que mostraban un aumento de 11% en las
muertes a manos criminales en los primeros nueve meses de 2011 comparado con el
mismo período de 2010. Esto ha llevado a los empresarios mexicanos y sus
familias a pasar más tiempo fuera de su país, dicen agentes inmobiliarios.
Alejandro Martí,
presidente ejecutivo de una tienda de artículos deportivos, mudó su familia
permanentemente a Vail, después de una tragedia relacionada a la delincuencia
en su familia. En 2009, Martí compró el hotel Vail Plaza, que se había
declarado en bancarrota, lo remodeló y lo rebautizó The Sebastian, una mezcla
de hotel y condominios de lujo que busca ser un punto de encuentro para la
cultura y el arte mexicano. The Sebastian abrió sus puertas a fines de 2011 y
en el último año tres familias de México compraron una afiliación de ocho
semanas, conocidas como fraccionales, cada una por US$580.000. Otra familia
compró varias semanas por un total de US$1,1 millones.
Alex Martínez, un
abogado de Ciudad de México, compró una propiedad fraccional por US$390.000 en
The Sebastian que le permite usar la propiedad por cuatro semanas al año. En
total, casi 40% de los compradores de condominios en el complejo son mexicanos.
En Solaris, un complejo
residencial de Vail Village, los latinoamericanos han comprado 60% de las
unidades que se han vendido por más de US$12 millones. La mayoría son
mexicanos.
Parte del atractivo de
Vail son las actividades orientadas a la familia. Por ejemplo, Solaris tiene un
centro de entretenimiento con cine, pista de patinaje sobre hielo y un centro
comercial.
El mayor desafío para
cerrar un acuerdo inmobiliario es justamente la seguridad. Muchos compradores
son tan privados que es difícil procesar los préstamos, ya que los clientes son
renuentes a entregar declaraciones de renta o estados financieros.
La
avalancha de mexicanos ha dado pie a una campaña para traer un vuelo directo
desde Ciudad de México al aeropuerto del Condado Eagle, que queda a unos 50
kilómetros de Vail, comparado con Denver, que está a casi 200 kilómetros.
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