El científico Albert
Einstein decía a sus estudiantes constantemente “que no se puede resolver
los problemas en el mismo nivel en que se crearon”.
Diariamente vemos como
las personas están quejándose constante e incesantemente de todo las cosas
malas que le están pasando en sus vidas y peor aún, utilizan la vida de los
demás para enaltecer sus planteamientos y comprobar que estos están “chava’o” o
mejor conocido como jodidos.
Estas personas no solo
tienen la habilidad de ver todo lo negativo en el mundo entero, sino que se han
convertidos en expertos en reclutar a otras personas que no están conscientes,
las cuales están durmiendo despiertos, caminado sin ver, trabajando sin sentir,
o mejor dicho están viviendo en automático.
Estos propagandistas
de la negatividad, utilizan las mismas tácticas de las grandes agencias de
publicidad, que sin mucho esfuerzo apelan a los sentimientos humanos para
llevar su mensaje que es amplificar la negatividad a sus máximos potenciales.
Ellos se han
convertido en expertos en ese asunto, ya que llevan años utilizando el disfraz
de víctimas de todo, como parte de la estrategia de llevar a la mayor cantidad
de personas posibles a pensar igual que ellos.
Utilizan estas y otras
estrategias para reclutar y lavar celebros en su campaña de insensibilización a
la humanidad. Sus víctimas son fáciles de identificar.
Primero, en su inmensa
mayoría son todas aquellas personas que estén sin rumbo en sus vidas.
También se identifican
ya que tienen la palabra soledad escrita en sus almas, tristeza en sus
corazones, resentimiento en sus venas, el vacío es su norte y desgraciadamente
no conocen el significado de la palabra espiritualidad.
Esta conducta
desgraciadamente está en aumento en las sociedades que están conformes con
tener las mentes apagadas, con sus conciencias navegando por el espacio sideral
de la inacción.
A su vez, estas
personas diariamente realizan acciones como robots llamadas rutinas. Estas
rutinas son acciones diarias que se realizan sin cuestionar nada, que en algún
momento le han funcionado a algunos y a otros fue lo que aprendieron.
El diccionario define
esta palabra como “la repetición de una acción una y otra vez”. Curiosamente el
diccionario no menciona que “la repetición de una acción” envuelve la toma de
una decisión consciente o inconsciente por parte de nosotros para que la misma
se ejecute.
Es ahí donde está la
clave de lo que dice Einstein “que no se puede resolver los problemas en el
mismo nivel en que se crearon” ya que de que manera pudiéramos resolver el
problema que tenemos, si las acciones que tomamos son las mismas que nos
pusieron es esa posición?
existen rutinas, lo
que existe es una acción que hemos realizado en el pasado y la cual repetimos
por el simple hecho que es lo mas fácil que nos viene a la mente.
Es precisamente en ese
momento en donde la mente debería de estar despierta, en donde uno como ser
humano se debería de dar cuenta que es en ese preciso momento en donde lo
cómodo se hace fácil, ver si eso es lo que más nos conviene y nos sirve.
Nadie esta diciendo
que esto es fácil o que uno aprende hacerlo en tan solo 21 días como indican
los expertos, esto es un simple acto que comienza leyendo esta columna. Seguido
por la internalización del sub consiente y eventualmente en el transcurso de
estar en la mente de izquierda a derecha, las neuronas del celebro se dan
cuenta y lo incorporan a nuestro diario vivir.
El resultado de este
proceso es el despertar o el recordar de nuestra humanidad y nuestra unidad
colectiva y como cada uno de nosotros puede hacer la diferencia en donde
vivimos.
Que tal si desde hoy
en vez de ser reclutado por el ejército de la injusticia y la ignorancia, nos
unimos al movimiento de las mentes abiertas, conciencias despiertas y de las
personas que buscan las alianzas colaborativas para vivir en armonía.
Que tal si comenzamos
a cuestionarnos las cosas, a preguntarnos si esa acción, palabra o pensamiento
nos une o nos aleja de quienes deseamos ser.
Que tal si hoy
comenzamos a vernos como instrumentos de cambio en vez de mñaquinas de hacer
dinero.
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--
Waldemar
Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
Dragonfly Coaching
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