Tomado de El País
Mapa del hambre en América Latina
El Hambre ya no se reduce tan rápido en Latinoamérica
Por Alejandro Rebossio
Latinoamérica es la región del mundo
que más ha reducido el hambre en las dos últimas décadas. Sin embargo, en los
últimos tres años la cantidad de indigentes ha disminuido de manera más lenta y
además se encuentra amenazada por el alza de los precios de las materias
primas. Resulta curioso que en un subcontinente que es potencia en producción
de alimentos, su encarecimiento representa una oportunidad porque supone
mayores ingresos para los productores y para las agencias tributarias, pero
también un riesgo porque muchos pobres carecen de acceso a la tierra o a los ingresos suficientes para
comprar lo básico necesario para alimentarse bien
En 1990/1992, unos 65 millones de
latinoamericanos padecían hambre. En 2000, todos los países del mundo se comprometieron con
los Objetivos del Milenio a reducir la indigencia de 1990 a la mitad en 2015.
En 2004/2006, después años de crecimiento económico, aumento del empleo y de
los ingresos laborales e introducción de políticas sociales en favor de la
redistribución del ingreso (antes y después de este periodo se crearon
subvenciones para los más pobres en las principales economías de la región), el
número de hambrientos cayó a 54 millones. En 2007/2009, a 50 millones. Pero en
2010/2012 se desaceleró la mejora y la cantidad se contrajo a 49
millones, según reveló este jueves la Organización de Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, según sus siglas en inglés)
en su sede regional de Santiago de Chile. Esto significa que un 8,3%
de la población de la región “no ingiere las calorías diarias necesarias para
llevar una vida sana”, según la FAO.
"Aunque se mantiene la tendencia a
la reducción en el número de personas afectadas por el hambre, disminuyó su
ritmo", lamentó el organismo de la ONU. "En 2012, el impulso al
crecimiento que han tenido las economías de los países de la región no se ha
traducido en una disminución de la vulnerabilidad a la que está expuesta una
parte de la población del continente", dijo el representante de la FAO
para el hemisferio, Raúl Benítez. Además, las economías latinoamericanas ya no crecen tan
rápido como antes de la Gran Recesión mundial de 2008/2009. La
persistencia del hambre "no se explica por una insuficiente producción o
por falta de abastecimiento alimentario, salvo en situaciones de catástrofe,
sino que se debe fundamentalmente a la falta de acceso a los alimentos por
parte de un sector importante de la población, que no cuenta con ingresos
suficientes para adquirirlos", añadió la organización.
Los países más afectados por el flagelo
en Latinoamérica son Guatemala (30,4% de la población), Paraguay (25,5%)
Bolivia (24,1%) y Nicaragua (20,1%), según datos oficiales de cada uno de los
países, que son los que utiliza la FAO. Cuba, Argentina, Chile, México, Uruguay y Venezuela
"han logrado erradicar el flagelo del hambre”, dado que sus
estadísticas lo sitúan en menos del 5%, “mientras que países del Caribe, como
República Dominicana y Haití, y otros de Centroamérica, como Guatemala, se han
estancado o han desacelerado la reducción del hambre", dijo la FAO. Sin
embargo, los datos de Argentina despiertan polémica: mientras que el Instituto
Nacional de Estadística dice que la indigencia ascendía a solo el 2,1% en 2011,
el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA)
la calculaba en el 5,4%, aunque en franco descenso respecto del 10,2% de 2009.
Es decir, para el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, hay 840.000
argentinos con hambre, pero la UCA considera que existen 2,1 millones. Es
decir, a partir de los datos de esta universidad, se puede calcular la cantidad
de indigentes latinoamericanos en 50 millones, en lugar de 49 millones. Un
millón de hambrientos más o menos no da lo mismo.
"Gran parte de los países han
reducido la proporción de población con hambre, entre los que se destaca Brasil,
donde el hambre disminuyó fuertemente en términos absolutos y relativos",
destaca la FAO. Para ver el porcentaje de indigentes de cada país, observemos
el siguiente cuadro:
País o región | 1990/1992 | 2007/2009 | 2010/2012 |
Latinoamérica y Caribe | 14,6 | 8,7 | 8,3 |
Cuba | 11,5 | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>
República Dominicana | 30,4 | 15,9 | 15,4 |
Argentina | <5 td="td"> | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>5>
Bolivia | 34,6 | 27,5 | 24,1 |
Brasil | 14,9 | 7,8 | 6,9 |
Chile | 8,1 | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>
Colombia | 19,1 | 12,5 | 12,6 |
Costa Rica | <5 td="td"> | <5 td="td"> | 6,5 | 5>5>
Ecuador | 24,5 | 19,6 | 18,3 |
El Salvador | 15,6 | 11,3 | 12,3 |
Guatemala | 16,2 | 30,2 | 30,4 |
Honduras | 21,4 | 11,6 | 9,6 |
México | <5 td="td"> | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>5>
Nicaragua | 55,1 | 23,9 | 20,1 |
Panamá | 22,8 | 13,1 | 10,2 |
Paraguay | 19,7 | 16,8 | 25,5 |
Perú | 32,6 | 15,9 | 11,2 |
Uruguay | 7,3 | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>
Venezuela | 13,5 | <5 td="td"> | <5 td="td">5> | 5>
Los progresos en términos de reducción de la indigencia
pueden verse afectados por el encarecimiento de los alimentos. No es
que la región se encuentre inmune por ser productora y exportadora de ellos.
"El alza de los precios de los alimentos y las oscilaciones que afectan
desde 2007-2008 a la economía mundial, y en particular a la región, constituyen
una amenaza a la seguridad alimentaria y nutricional de los hogares más pobres
y vulnerables, que son los que destinan una mayor proporción de sus ingresos a
la alimentación", advirtió la FAO. Entre junio y agosto 2012, el precio
promedio del maíz aumentó un 25%; el de la soja, un 20% y el del trigo, un 26%.
El organismo de Naciones Unidas
atribuye los riesgos en parte a que "América Latina y el Caribe aún muestra niveles de
desigualdad muy altos", los más elevados del mundo, pese a su inédita
disminución en la última década. Las subvenciones a familias pobres
son percibidas por 118 millones de latinoamericanos, mientras que las escuelas
públicas han reforzado en general la provisión de alimentos a sus alumnos, más
allá de los problemas que en la actualidad se denuncian en
regiones como la provincia de Buenos Aires. La FAO alienta estas
políticas, pero también aboga el incremento del porcentaje de
trabajadores que contribuyen a la Seguridad Social, que era del
37,9% en 2008, y por el fomento de la agricultura familiar.
"Nos estamos acercando (al Objetivo
del Milenio), pero perdimos velocidad y vigor, porque hay otro fenómeno
incierto de la recesión internacional y, como región agroexportadora, si no
exportamos no tenemos cómo abastecer ese espacio fiscal para financiar las
políticas sociales", opinó Adoniram Sánchez, experto de la oficina
regional de la FAO. En realidad, el mundo no se encuentra en recesión sino que
viene desacelerando su crecimiento, aunque en las últimas semanas ha habido señales positivas de las
economías de EE UU yChina, claves para los desempeños exportadores
de México y Centroamérica, por un lado, y Sudamérica, por el otro. No
obstante, el comercio internacional sí está en caída y así lo han
demostrado las estadísticas del segundo y del tercer trimestre del año.
No por nada países como México y Perú han anunciado estrategias para compensar sus menores
exportaciones afuera de la región con mayor ventas a los países
latinoamericanos. En ese plan, México oficializó este jueves su reclamación ante la
Organización Mundial del Comercio (OMC) contra las restricciones de Argentina a
las importaciones.
La otra cara de la seguridad
alimentaria es el sobrepeso. Muchas familias pobres cuentan con ingresos
suficientes para alimentarse, pero no con productos sanos. Es habitual, por
ejemplo, ver en los barrios pobres de Buenos Aires muchos casos de obesidad
porque sus habitantes solo cuentan con recursos para comprar alimentos ricos en
harinas, como pastas, pizzas y empanadas, y no para llevar adelante una dieta
balanceada. En la mayor parte de los países latinoamericanos, la obesidad en
adultos es superior al 20%, y es aún mayor en México (33%), Venezuela (31%),
Argentina (29%) y Chile (29%). En 2010, el sobrepeso y la obesidad en menores
de cinco años afectaban a más de 2 millones de niños en Sudamérica, un millón
en Centroamérica y cerca de 300.000 en el Caribe.
Vea informe general de la FAO dando click Aquí
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