Tomado
de The Wall Street Journal
Enrique Peña Nieto (centro) visitó el Capitolio en EE.UU. el
martes.
El gran reto de Peña Nieto: priorizar la
economía
Por Juan Montes y David Luhnow
CIUDAD DE MÉXICO—Enrique Peña Nieto asume la presidencia el sábado
con una clara meta para su mandato de seis años: lograr que la gente vea el
país más como una economía dinámica y menos como un campo de batalla.
Peña Nieto, de 46 años y ex gobernador del Estado de México, asume
el mando en medio del período más sangriento en la historia reciente del país,
con una cifra estimada de 65.000 muertos como resultado de una guerra entre
carteles de la droga rivales durante los seis años de gobierno de Felipe
Calderón. A eso ahora se le suma el escándalo por las declaraciones de un
narcotraficante encarcelado que acusa al gobierno de Calderón de haber aceptado
sobornos
Calderón convirtió la ofensiva contra las bandas de narcotráfico
en su máxima prioridad, incluso cuando la economía mexicana crecía a un
promedio de 2% al año durante su gestión, golpeada por la crisis financiera
global. La debilidad económica fue una de las principales razones por las que
los votantes sacaron del poder a su conservador Partido de Acción Nacional en
julio y le dieron al PRI de Peña Nieto otra oportunidad, tras haber gobernado
México desde 1929 hasta 2000.
Peña Nieto no ha hecho oídos sordos y ha prometido que enfocará su
estrategia antidrogas en reducir la violencia en lugar de capturar a los
líderes de los carteles. El presidente electo tratará de llevar a cabo una
ambiciosa agenda de nuevas medidas económicas para elevar el crecimiento, incluida
una reforma tributaria para recaudar ingresos para invertir en áreas como
infraestructura y educación y modificar leyes que limitan la inversión privada
en el sector energético, un referente del nacionalismo mexicano.
No será fácil: tres presidentes mexicanos lo intentaron antes y no
lograron promulgar estas mismas reformas en los últimos 15 años.
Hay varias señales esperanzadoras para Peña Nieto y México. La
violencia parece haber dejado atrás su apogeo, ya que se estima que las muertes
han caído 7% este año frente a 2011, según el gobierno y diarios de México.
La economía está creciendo a un ritmo anual de 4% —por encima del
promedio global— con niveles inflacionarios y de deuda bajos. A medida que
aumentan los costos laborales en China, México vuelve a la consideración de
muchas multinacionales, entre ellas automotrices y empresas aeroespaciales.
"Ya tenemos la plataforma económica para detonar el
crecimiento", dijo el gobernador del Banco de México Agustín Carstens.
"Ahora, el verdadero desafío para la nueva administración es establecer la
secuencia correcta para enviar al Congreso las reformas necesarias que puedan
atraer más inversiones".
Ningún presidente mexicano ha tenido una mayoría en el Congreso
desde 1997, cuando la hegemonía del PRI empezó a menguar, y Peña Nieto tampoco
la tendrá ya que el PRI y su principal aliado, el Partido Verde Ecologista, no
han alcanzado una mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado.
La gran diferencia esta vez es que el mayor partido opositor, el
PAN de Calderón, respalda las reformas económicas. Este último mes, ambas
partes se juntaron para promulgar el primer gran cambio económico en años: una
reforma laboral que facilita la contratación y el despido de trabajadores en
las empresas.
"No vamos a detener las reformas. México no puede
esperar", dijo el diputado del PAN Ricardo Anaya. Sin embargo, advirtió:
"No seremos oposición pasiva".
Permitir una mayor inversión extranjera en el sector energético,
dominado por el monopolio estatal Petróleos Mexicanos, podría duplicar los
US$20.000 millones que recibió el país en inversión extranjera directa en 2011,
según analistas.
Peña Nieto también tiene un contexto más favorable en las
relaciones con Washington. A diferencia de lo que sucedía seis años atrás, la
migración neta de México a EE.UU. es casi nula, ya que vuelven tantos mexicanos
al país como los que cruzan la frontera. El renovado enfoque sobre los hispanos
por su crucial poder electoral abre las puertas para una reforma inmigratoria.
El equipo de Peña Nieto espera poder aprobar las reformas en los
próximos meses después de asumir el poder. Semejantes cambios serán difíciles
en un país donde el nacionalismo petrolero está muy arraigado y el izquierdista
Andrés Manuel López Obrador pueden convocar a cientos de miles de personas a
las calles a protestar. Incluso miembros del propio partido de Peña Nieto
podrían bloquear algunas de las reformas. Por ejemplo, ahora algunos de los
funcionarios de los principales sindicatos petroleros son también
representantes del PRI o senadores.
"Mucho del éxito dependerá de nuestra habilidad política para
vender las reformas a todos los actores implicados, y hacerlo en los momentos
adecuados", dijo Ildefonso Guajardo, uno de los principales asesores
económicos del equipo de transición de Peña Nieto y un candidato a ocupar la
Secretaría de Hacienda del país.
—Jared Favole contribuyó a este artículo.
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