Tomado de The Huffington Post
Por Luis E. Montes
Imaginémonos que nombres como Jesse Helms, Ronald Reagan, Geraldine
Ferraro o Ted Kennedy fuesen todavía las figuras políticas más citadas
actualmente en los medios de Estados Unidos. ¿Qué diría eso del país y actual
generación? ¿Dónde quedó el relevo generacional? ¿Falta de figuras nuevas e/o
ideas nuevas en la política?
Eso es precisamente el caso en El Salvador. A más de 20 años de haber
finalizado la guerra y ya con más de una década del siglo XXI, aparentemente el
tiempo se ha detenido en el país con menos extensión territorial de América.
Las mismas personas que estaban a cargo de los partidos políticos en 1992 están
hoy al mando en el 2012. Si bien los temas que se discuten públicamente son
diferentes a los de hace 20 años, la estrategia que se emplea desde ambos polos
es la misma. Tristemente hay poca o nula evolución.
Es aún más penoso leer los titulares generados por muchas de estas
figuras históricas, mejor dicho dinosauricas. Recientemente, leíamos que el
actual presidente del partido de oposición y ex presidente del país entre los
años 1989 a 1994 decía: "Yo me voy a ir cuando yo quiera [de la
presidencia del partido]". Esa actitud en una empresa de su propiedad no
fuese mayor problema pero estamos hablando del principal partido de oposición
del país. Acaso, ¿no habrá una figura más joven dentro de ARENA con la
capacidad y entereza moral de tomar las riendas?
En días más recientes leíamos las declaraciones del actual presidente
del país, Mauricio Funes, sobre la decisión de su administración de
arbitrariamente renombrar una nueva carretera. El nombre es lo de menos lo que
si es de atención es la actitud de Funes para "justificar" el cambio.
Simplemente lo resumió: "Le guste o no le guste a quien sea, este se
llamará de ahora en adelante bulevar Monseñor Romero." Esto a pesar que el
Ministerio de Obras Públicas, encargado de la obra, realizo toda una campaña de
publicidad para consultar al público el nombre. De acuerdo a los resultados, el
nuevo nombre no figuraba en los 3 primeros seleccionados. Funes a pesar de ser
alguien mucho más joven que los otros políticos en mención no ha mostrado mayor
variación en su comportamiento. El común denominador con los demás ha sido la
prepotencia.
Por si esa justificación para aferrarse al poder y prepotencias no
fuesen suficientes insultos al grosso de los votantes salvadoreños cuya edad
promedio es de 24 años, la misma semana una diputada aún con mucho poder que
casi triplica esa edad al ser entrevistada por un medio radial justificaba la
necesidad de mantener a esos anacronismos políticos en el centro de la acción
diciendo: "Que no me vengan a decir que los jovencitos van a sacar
adelante un partido político".
Al parecer las nuevas generaciones salvadoreñas están esperando que el
poder les sea "heredado" pero como el estudio de la historia
demuestra "el poder no es algo que se da, se debe tomar".
¿Cuántos más insultos están dispuestos a tragarse antes de forzar el
relevo generacional? Más claro no lo pudo haber dicho Cristiani. Ni él en ARENA
ni la cúpula sexagenaria del FMLN, regalarán el poder. Si quieren tomar Estados
Unidos como referencia, el presidente Obama les tuvo que quitar el poder a los
Clinton con el voto de los jóvenes. ¿Qué tal si hubiese esperado?
Pero hay que ser inteligentes, no se puede cometer el error de poner a
caras nuevas con ideas más retrogradas que los mismos viejos. Miren el caso de
los republicanos "jóvenes" en Estados Unidos como Eric Cantor y Paul
Ryan. Si bien son funcionarios públicos cuyas edades están por debajo de los 50
años, son personas que pregonan ideas de los 1950s en materia social y 1980s en
materia económica y política exterior.
El electorado cada vez más joven los ha rechazado decididamente a
nivel nacional. Infortunadamente en El Salvador, la mayoría de caras jóvenes
que han sido impuestas en posiciones dirigenciales partidarias dejan mucho que
desear en términos de preparación. La meritocracia que hizo alarde Funes en su
discurso inaugural no aplica ni en el gobierno ni en los partidos políticos. Su
discurso es semejante a las ideas de la nueva moda "chic" -los
libertarios: muy bueno en papel y para "cafecitos" pero nada de
práctico.
La política salvadoreña demanda de acción de los jóvenes.
El día Lunes Platicando con unos jóvenes ellos , me referían sentir vergüenza del comportamiento de los actuales partidos políticos de nuestro País, y de la asamblea del descaro y despilfarro como la llaman ellos y expresaban la frustración que sienten ellos por que no se les da la oportunidad a los jóvenes para dirigir los partidos políticos; y así aportar ideas frescas.
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