Tomado de The Huffington Post
¿Estarán
todos los actores políticos listos para aceptar los resultados de las
elecciones presidenciales del 2014 o será que buscan contratar a cabilderos en
Estados Unidos en caso que tomen medidas similares a sus contrapartes
hondureños? ¿Estarán conectadas las contrataciones de estos cabilderos con las
denuncias de un supuesto fraude electoral vociferadas por los patrioteros o los
voceros de estos?
Por Luis Montes Amaya
El presidente salvadoreño Mauricio
Funes recientemente denunció un
complot en contra de los intereses del estado salvadoreño por hordas de
lobbyistas contratados por grupos salvadoreños de aquellos patrioteros que
cierran el puño para entonar el himno nacional. De acuerdo a las declaraciones
del presidente, el dinero utilizado para la contratación provendría de
operaciones de lavado de dinero y patrocinadas por compañías que han sido
favorecidas con contratos lesivos al estado salvadoreño.
¿De
dónde se puede originar la información divulgada por el presidente? En países
como Estados Unidos si bien no son democracias perfectas por lo general han
logrado implementar un sistema bastante transparente y rendidor de cuentas en
el cual cualquier ciudadano bien informado y que sepa utilizar las herramientas
tecnológicas puede conseguir fácilmente cualquier información pública. Muchos
de los empresarios latinoamericanos que vienen a buscar influir a los oficiales
electos estadounidenses no están acostumbrados al nivel de transparencia con el
que se práctica la política en estos rumbos y se llevan sorpresas al saber que
sus operaciones son de conocimiento público.
Los ejemplos son bastantes comunes y son
periódicamente puestos al descubiertos por los medios. ¿Cómo olvidar senda
publicación por el New York Times en
octubre del 2009 sobre los lobbyistas que contrataron los empresarios
hondureños en ese año para tratar de contener la presión estadounidense de
condena del golpe de estado? Personajes como Otto Reich, Roger Noriega y Dan
Fisk fueron contratados por casi medio millón de dólares, de acuerdo al New
York Times, para cabildear al departamento de estado liderado en aquel entonces
por Hillary Clinton y al Congreso. De inmediato figuras neoconservadoras y
ligadas al Tea Party como el ex senador Jim DeMint comenzaron a poner
obstáculos a los nombramientos del presidente Obama con el fin de negociar una
salida favorable a los intereses de los lobbyistas.
Varios puntos de aprendizaje se desprenden de
ese episodio tan cercano a la realidad salvadoreña. Los empresarios hondureños
aprendieron como trabaja la política en Estados Unidos a diferencia del
depuesto presidente Mel Zelaya. A pesar del cambio de las relaciones
internacionales en el hemisferio occidental y la visión internacionalista del
presidente Obama hay ciertos patrones de comportamiento que aún no cambian y la
hegemonía que tiene Estados Unidos en la región es real y ni las alianzas con
países ALBA pudieron salvar a Zelaya.
Los nubarrones ahora se mueven a El
Salvador. Recientemente leíamos una entrevista publicada en un matutino salvadoreño de
uno de los mismos cabilderos mencionados en el artículo del New York Times del
2009. Esta vez el ex diplomático visitaba "casualmente" El Salvador a
pocos meses de la elección. Un dato curioso es que ese cabildero, de acuerdo a
los récords del sitio web OpenSecrets de
la organización Center for Responsive Politics, representa los intereses de
Pacific Rim, una de las compañías que han entablado acciones legales contra
el estado salvadoreño.
Por lo que valdría la pena preguntarse: ¿Será
casual o será oportuna la visita de ese cabildero y ex diplomático
neoconservador a El Salvador? ¿Oportuna para quién y por qué? ¿Habrá conexión
entre la visita de ese cabildero y ex funcionario estadounidense a El Salvador
y la campaña de desprestigio en contra del estado salvadoreño tal como lo
manifestara el presidente Funes? ¿Habrán salvadoreños involucrados o
interesados en desestabilizar al gobierno del presidente Funes antes de las
elecciones? Y sí es así, ¿quiénes son? ¿Estarán todos los actores políticos
listos para aceptar los resultados de las elecciones presidenciales del 2014 o
será que buscan contratar a cabilderos en Estados Unidos en caso que tomen
medidas similares a sus contrapartes hondureños? ¿Estarán conectadas las
contrataciones de estos cabilderos con las denuncias de un supuesto fraude
electoral vociferadas por los patrioteros o los voceros de estos?
Ciertamente,
las interrogantes son muchas dadas la similitud de las realidades entre el
pasado reciente de Honduras y lo que pareciera estarse gestando en El Salvador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario