Tomado de The Huffington Post
Opinión pública atribuye descalabro Republicano a intransigencia
del Tea Party. Extremistas insisten en mantener política confrontativa.
Republicanos conrontan posible catástrofe electoral
Por Gabriel Lerner
Pocos disputan el
hecho de que los republicanos en Estados Unidos sufrieron una derrota política
en su intento de paralizar las oficinas de gobierno si no se cumplían sus
exigencias de anular, suspender o enmendar la Ley de Cuidado Médico de Bajo
costo u Obamacare. Tampoco se duda que las diversas encuestas de opinión
pública, sin excepción, registraron un descenso en su popularidad y un alza
entre quienes tienen mala opinión de ese partido.
El público, dice Ariel Edwards-Levy
en el Huffington Post Politics, quedó "enojado y
profundamente antiestablecimiento. Los estadounidenses, afirmó, culpan a los
republicanos de la reciente crisis político fiscal. Más del 80 por ciento de
ellos vieron con malos ojos el "shutdown", o cierre paulatino de las
agencias federales, según una encuesta del Washington Post/ABC. Y según 87 por
ciento, el proceso reveló hondos problemas en Washington. El 63 por ciento ve
de manera desfavorable al partido Republicano. El 49 por ciento, a los
demócratas. País dividido.
Análisis y
sondeos publicados en otros medios señalan un cuadro similar.
¿Y cuántos
aprueban la labor del Congreso? Según la autora, un miserable 12 por ciento -
el punto más bajo en 39 años de sondeos de opinión pública. Por primera vez en
un cuarto de siglo, son más quienes desaprueban la labor de sus propios
congresistas a quienes eligieron, que los que la apoyan. En una encuesta de USA
Today/Princeton Survey, casi la mitad de la gente preferiría despedir a todos y
cada uno de los miembros del Congreso. En cuanto a Obama, mantiene un
(relativamente bajo) nivel de aprobación - 49 por ciento contra 48 por ciento
de reprobación, todavía mucho mejor que sus rivales en el Capitolio.
En noviembre de
2014 habrá elecciones nacionales. Como cada dos años, se someterán a votación
todos los 435 distritos - y puestos - de la Cámara de Representantes, la
tercera parte del Senado, además de los gobernadores y legislaturas estatales.
El actual partido de gobierno, el Demócrata, tiene la presidencia y una mayoría
de entre 52 y 54 senadores, de 100.
Pero en la Cámara
Baja, los republicanos mantienen una mayoría de 231 contra 200 (y cuatro
vacantes), lo que les permitió mantener en vilo al gobierno ya que para aprobar
cualquier ley, como se sabe, se necesita el visto bueno de ambas cámaras (y del
Presidente).
Y es precisamente
en la Cámara Baja donde los demócratas ambicionan recuperar la mayoría que
poseyeron por unos años y hasta 2010. De hecho, dice Edwards-Levy, "el 48
por ciento de los votantes registrados prefieren votar por un demócrata contra
40 por ciento que votarían por un republicano" - aunque aclara que los números
son idénticos a los de mayo pasado.
Es imposible no
adjudicar la caída en la popularidad de los republicanos a que el partido como
un todo levantó bandera blanca ante las exigencias de su ala intransigente y
radical del movimiento Tea Party, y que solo a último momento los moderados o
republicanos tradicionales reaccionaron de alguna manera.
Por su
parte, una encuesta publicada
por CNN este lunes indica que el 63 por ciento de los
estadounidenses quisieran cambiar a John Boehner como presidente (republicano)
de la Cámara Baja. Entre los republicanos el porcentaje supera el 50. El 54 por
ciento de los estadounidenses, según CNN, piensa que el hecho que esa
institución está en manos de los republicanos es "malo", un número
que subió en más de 20 por ciento en nueve meses.
Según Keating
Holland, director de encuestas de CNN, el número más significativo en su
estudio es que 21 por ciento del público no le cree a nadie en el gobierno, un
porcentaje, según él, mucho mayor que lo habitual.
Los números
deberían sonar una alarma para los republicanos. Aunque todavía falta mucho
tiempo para los comicios - poco más de un año - los cambios son significativos,
y la división dentro de su partido entre instransigentes y tradicionales les
hará más difícil el "comeback".
Pero para
algunos, como la comentarista Ann Coulter, no hay nada
que corregir respecto a la conducta que llevó al partido al
borde de la catástrofe electoral. Al contrario. En una entrevista este lunes en
el programa Hannity de Fox News, la conocida promotora de la ideología del Tea
Party dijo que "el cierre de gobierno fue magnífico". En su opinión
la ofensiva republicana contra el "Obamacare" debe continuar y los
republicanos pueden no solamente mantener su mayoría en la Cámara de
Representantes, sino que podrán recuperar el liderazgo del Senado.
Finalmente,
otros analistas como Ross Baker
de USA Today advierten que quienes saldrán perdiendo del
"fiasco" del cierre de gobierno no será el movimiento Tea Party, sino
los cada vez menos moderados entre los republicanos.
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