Tomado de The Huffington Post
Crisis de gobierno: se llega a un acuerdo
Por Gabriel Lerner
Pasada la
medianoche del miércoles, el presidente Barack Obama ratificó con su firma la
resolución de ambas cámaras del Congreso por la cual se reabren las agencias de
gobierno federal y se sube el tope de la deuda de Estados Unidos, evitando así
una crisis financiera de grandes proporciones.
Dos horas
antes, la Cámara de Representantes de Estados Unidos había aprobado la moción
para llevar a su fin el cierre escalonado de las agencias del gobierno federal
y para evitar que el país carezca de fondos suficientes para pagar sus
obligaciones.
Con ello
llegó a su fin el más encarnizado ataque por parte de una facción del partido
de oposición republicano - la del movimiento radical Tea Party - contra la
administración Obama, en su intento de anular, suspender o enmendar la Ley de
Cuidado de Salud de Bajo Costo, llamada Obamacare.
La moción
fue generada en el Senado al cabo de arduas negociaciones entre el líder de la
mayoría demócrata Harry Reid y republicana Mitch McConnell. El Senado aprobó
una medida idéntica una hora antes por 83 votos contra 18.
El voto en
la Cámara baja fue de 285 contra 144, en donde los 200 demócratas votaron a
favor y los 217 republicanos se dividieron.
El costo
de la crisis, según una agencia financiera, fue de más de 24,000 millones de
dólares.
Actualización 8:29 PM hora de
Washington
Obama
habló por tres minutos a la nación en momentos que el Senado ya aprobó el
acuerdo fiscal y antes de la votación de la Cámara de Representantes.
Sugirió el
mandatario que ahora es el momento de volver a la reforma migratoria, a una
propuesta presupuestaria bipartita y de común acuerdo, poniendo "las
últimas tres semanas tras nuestro", sin "enfocarnos en las elecciones
sino en las vidas concretas de la gente".
Obama
agradeció a los líderes del Congreso que llevaron al acuerdo y manifestó su
esperanza de que la próxima vez no sea en el último momento.
Actualización 8:11 PM hora de
Washington
El Senado
de Estados Unidos aprobó por 81 votos contra 18 el acuerdo que lleva a su fin
la crisis fiscal, reabre el gobierno e impide que el goiberno se quede sin
fondos autorizados para pagar sus deudas.
La ley
ahora pasa a aprobación de la Cámara de Representantes.
El
Presidente Barack Obama anunció que hablaría a la nación en pocos minutos,
incluso antes de la votación en la Cámara Baja, lo cual es criticado por el
liderazgo de la agrupación de oposicion.
El artículo en el Huffington Post que así
lo anuncia detalla: el cierre de gobierno (shutdown) está muerto.
Obamacare está vivo.
Una nueva
encuesta del instituto PEW anunciada hoy dice que la mitad de los republicanos no
ven al movimiento Tea Party como parte de su agrupación.
Actualización 7 30 PM hora de
Washington
Comienza
el voto. La primera resolución ("cloture") requiere 60 votos para
finalizar el debate y pasar a la votación de la medida que abrirá el gobierno e
impedirá el cese de pagos. Esta medida requiere de mayoría simple de 51 votos.
El Senado
votó 83 a 15 para finalizar el debate y pasar a la votación regular del
acuerdo, lo cual tiene lugar en estos instantes.
En
entrevista con CNN, el senador republicano Lindsey Graham dijo que su partido
ha perdido en todos los frentes, aunque también perdió el presidente y los
demócratas en menor medida, y expresó su esperanza de que "esta
película" no tenga "una segunda parte" en la próxima discusión
en enero y febrero. Se opuso a la caracterización de la situación por parte del
senador Ted Cruz de su mismo partido, como una gran victoria.
"Esta
fue una derrota para nosotros, hemos hecho más por Obamacare en estas dos
semanas que cualquier demócrata podía haber hecho", dijo Graham.
Actualización 6 PM hora de
Washington
El Senado
de Estados Unidos se aprestaba a aprobar el acuerdo bipartito que pondrá fin al
cierre de agencias federales y alejará el peligro de cese de pagos y derrumbe
del dolar en los mercados internacionales.
Iniciado
el debate, el líder del movimiento radical Tea Party Ted Cruz expresó su
desagrado del acuerdo, al que calificó "terrible" para el pueblo
estadounidense.
El voto
tendría lugar a las 7 PM hora de Washington o antes.
A estas
horas - alrededor de seis hasta que venzan las medidas del gobierno federal
para asegurar el pago de servicios prestados - se descontaba que la propuesta
anunciada esta manaña por los líderes de ambos partidos - Harry Reid por los
demócratas y Mitch McConnell por los republicanos - contaría con el apoyo de
una gran mayoría. La propuesta además no sería bloqueada por el archienemigo
del acuerdo, el senador republicano Ted Cruz del Tea Party, de quien se temía
postergara la aprobación de la moción hasta después de medianoche. Además, el
presidente de la Cámara Baja John Boehner hizo público su apoyo al acuerdo y
anunció que lo llevará, tal cual y sin modificaciones, a votación en el pleno
de la cámara.
Otros
representantes del populista Tea Party en el Congreso como Mike Lee criticaron
el acuerdo y se comprometieron a combatirlo pero solo con su voto y no
bloqueándolo.
A esta
altura, la agencia financiera Standard and Poor anunció que los 16 días de
cierre de las agencias federales costó al país 16,000 millones de dólares.
La primera
consecuencia del acuerdo en el plano político es una ola de críticas dentro del
Partido Republicano, incluyendo a conservadores como Grover Norquist,
tradicionales como el senador John McCain y muchos más, que lamentaron que su
propio partido llevó al país a una crisis innecesaria. Analistas consideraron
inicialmente que el movimiento intransigente Tea Party está entre los grandes
perdedores, lo cual, expresaron, se podrá comprobar en los próximos meses, en
elecciones parciales y especiales en diversos estados, como New Jersey. Agregan
a ello a Ted Cruz, pero señalan que John Boehener consolidó su posición y Obama
demostró la validez de su insistencia en no negociar con los extremistas.
Sin
embargo, Cruz mismo acotó esta tarde que se trata de una gran victoria, ya que
millones de estadounidenses se levantaron, participaron en la protesta contra
"Obamacare", hicieron oir su voz, desoida por "Washington",
de donde no llegarán respuestas porque "está quebrada".
Ante la
debilidad y la fragmentación del Partido Republicano, son las voces
extremistas, que presentan la situación en términos de blanco y negro
(literalmente), buenos contra malos, las que resuenan en este partido.
Pese al
optimismo, el acuerdo de hoy solamente posterga el momento de la verdad y en enero
y febrero habrá nuevas fechas topes y la posibilidad de nuevas crisis. Pero
muchos creen que la política oficial de "no negociar con
secuestradores" quitó de los extremistas la motivación para anotarse
logros en este tipo de batallas dramáticas.
...
Este
miércoles 16 de octubre, a las 9 de la mañana hora de Washington, 16 días
después de que venciera la autorización de gastos presupuestales, y faltando
menos de 24 horas para que el Estados Unidos se vea ante la posibilidad de
cesación de pagos, republicanos y demócratas anunciaron llegaron a un acuerdo
preliminar que permite reabrir las actividades del gobierno federal hasta el 15
de enero y que aumenta el tope de la deuda hasta el 7 de febrero, momento en el
cual las partes esperan poder llegar a una solución de más largo plazo.
"La
solución de compromiso a la que hemos llegado proveerá a nuestra economía con
la estabilidad que tan desesperadamente requiere", dijo el líder demócrata
del Senado Harry Reid al anunciar el arreglo en el pleno del Senado, hace pocos
momentos. "Este no es el momento de acusaciones. Es un momento para la
reconciliación", agregó.
Poco
después, se supo que el presidente Obama "aplaudía" el acuerdo al que
se llegó en el Senado y esperaba que sea aprobado tanto por el plenario de la
Cámara Alta como por la Cámara de Representantes en este día.
También el
presidente de la Cámara Baja se plegó a quienes apoyan el acuerdo, en un
comunicado difundido por su oficina.
"No
será nuestra táctica bloquear el acuerdo bipartito al que llegaron hoy los
miembros del Senado", dijo Boehner.
En una
moción separada, el Senado votará para instruir a los negociadores de ambas
cámaras que lleguen a un acuerdo, antes del 13 de diciembre, sobre las
prioridades de gastos de gobierno e impuestos para la próxima década.
La
propuesta todavía necesita presentarse en forma de resolución legal en el
Senado para su debate, voto y aprobaciónen la tarde de este miércoles. En caso
de ser aprobada por la Cámara Alta, se derivará a la Cámara de Representantes,
donde hasta ahora han dominado aquellos opuestos a todo acuerdo. Es allí donde
todavía se temen problemas y donde hay posibilidad de que el presidente del
organismo, el republicano John Boehner de Ohio, no tome el paso de ignorar la
facción extremista de su propio partido.
Una señal
de que la esperanza de que la Presidencia anularía Obamacare a cambio de que se
reabra el gobierno cede ante el dictado de la realidad es que los congresistas
republicanos entrevistados después de anunciado el acuerdo hablaban de la necesidad
de reducir los presupuestos generales y combatir el déficit, lo que fue su
principal objetivo desde 2008.
Aunque la
razón de la crisis fue el intento del grupo intransigente relacionado con el
movimiento Tea Party en la Cámara de Representantes de anular, suspender o
enmendar la Ley de Cuidado Médico de Bajo Costo u Obamacare, el logro tal como
se perfila por el momento del partido de oposición es que los recortes del año
pasado bajo el llamado "sequester" seguirán en pie por el momento.
Aunque se había indicado que para ganar tiempo, el
Congreso debatiría el acuerdo primero en la Cámara Baja, según el New York Times, lo
cual hubiese ahorrado una ronda de votación en cada cámara al parecer el primer
voto será el del plenario del Senado.
Uno de los
principales motivos de optimismo entre los líderes de ambos partidos es que el
dirigente del Tea Party, senador de Texas Ted Cruz, anunció que no bloqueará el
debate y permitirá la votación. Las reglas del Senado permiten a cualquiera de
sus miembros postergar el voto por un mínimo de 30 horas, que en este caso
hubiera significado pasar el límite de medianoche y entrar a una situación
crítica para los mercados financieros.
"No
lo haré y nunca quise postergar el voto", dijo Cruz a los reporteros.
"El momento no tendrá impacto sobre el resultado". Sin embargo Cruz
anunció su oposición al acuerdo y dijo que votará en contra, por ser un ejemplo
de cómo el "establishment de Washington" engaña al pueblo
estadounidense.
El acuerdo
se hizo entre Harry Reid, líder de la mayoría demócrata y Mitch McConnell, de
la minoría republicana. Debió hacerse en el Senado porque las negociaciones
directas entre el Presidente Obama y sus asesores y el Presidente de la Cámara
de Representantes John Boehner estaban estancadas. Una propuesta que trató de
impulsar Boehner el miércoles fracasó dentro de su propio grupo republicano al
oponérsele los delegados del grupo intransigente Tea Party, lo que en la noche
de ayer había dejado la situación estancada e incierta.
Lejos de
quedar relegado, Boehner queda nuevamente en el centro de la atención pública.
Este congresista de Ohio deberá decidir si sigue acatando las demandas del
grupo radical de congresistas republicanos que responde al movimiento Tea Party
- entre 60 y 80 del los 224 republicanos - como hasta ahora, o si retoma la
senda independiente. Para que pase una propuesta, Boehner necesitará incumplir
su promesa de que cualquier resolución presentada a votación en el pleno debe
contar previamente con la mayoría republicana, una medida destinada a preservar
la unidad del partido, para él un objetivo crucial.
Un tercer
canal de comunicación se desarrolló alrededor de la senadora republicana
moderada Susan Collins, cuya propuesta la semana pasada fue opuesta por la
mayoría demócrata, pero que mantiene negociaciones con senadores del otro
partido.
En todo
caso, Boehner necesitará el apoyo de los demócratas - que suman 200 de los 435
miembros - para aprobar el plan. Si efectivamente, da la espalda a los
poderosos elementos intransigentes, éstos ya han prometido tratar de derrocarlo
de su puesto, por lo que, según la fuente "es una de las decisiones más
difíciles de sus 30 años en la política".
Sin
embargo, se calcula que cualquier decisión que lleva a reabrir el gobierno y
prevenir el "default" tiene la mayoría asegurada. Incluso al comienzo
de la crisis, 18 republicanos se declararon en favor de esta solución, los
cuales unidos a los demócratas ya hacían una mayoría.
Hasta donde se sabía, en el acuerdo no hay mención
de anulación, suspensión o enmienda a la Ley de Cuidado Médico de Bajo Costo o
Obamacare, lo cual era el motivo declarado de que los republicanos iniciaron la
crisis. Sin embargo y con el objetivo de impedir "la humillación" del
partido Republicano los demócratas aceptaron los siguientes cambios en esta
ley, según el Washington Post.
"Se requerirán garantías adicionales para asegurar que las personas que reciben subsidios federales para comprar un
seguro de salud bajo la ley tengan el derecho a recibirlos". Por su parte
los demócratas pedían retrasar la aplicación del impuesto "belly
button" que subiría en 63 por año el costo del seguro de salud el próximo
año, pero en aras de lograr el acuerdo, renunciaron a esta solicitud.
En el plan del Senado no se hace mención de cambios
en los recortes de enero que afectan especialmente al Pentágono. Estos recortes son la segunda parte de la reducción de gastos determinada en 2011 y 2012 en lo que se llamó el
"sequester". Los recortes de gastos acordados en aquel entonces eran
tan severos, tan rechazados por todas las partes, que servían como como
elemento disuasorio: entrarían en efecto solo si no se llegaba a un acuerdo.
Pero no hubo acuerdo y los recortes ya se sienten en numerosos servicios
sociales.
La
diferencia esta vez es que la segunda ronda de los recortes afecta
principalmente al Pentágono - gastos militares - algo a lo que los republicanos
están totalmente opuestos.
El aumento del tope de la deuda federal ha sido
hasta el año pasado un trámite administrativo y no politizado del Congreso, que lo hizo 42 veces desde 1980. Con el advenimiento de un fuerte contingente del
Tea Party al poder legislativo, éste se convirtió en otra arma de influencia
para lograr sus objetivos.
El cierre
de gobierno ha causado la suspensión - por ahora sin pago - de alrededor de un
millón de empleados de gobierno y la clausura paulatina de servicios para
quienes no tienen recursos: madres de bajos recursos, educación especial,
jubilados, veteranos de guerra sin suficientes ingresos. En general, la
población pobre. En este momento son pocos los adalides de éstos en nuestro
poder legislativo.
En estados
como North Carolina, el cierre del gobierno hace 16 días significaba que en los
próximos días se interrumpirían servicios de ayuda en alimentos a 20,000
familias pobres.
Y sí, todo
se reduce a una confrontación política, ideológica, titánica, histórica. Se
centra en la división del partido Republicano después de su debacle electoral
de hace un año. Se debe al intento de su liderazgo de prevenir la crisis
interna, por lo que está dispuesto a ceder ante el sector más combativo.
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