domingo, 20 de marzo de 2011

Crisis de deuda pública precipita fuga de talento en Alemania

Tomado de Wall Street Journal

[Gerdrain]

El científico Matthias Kling, como muchos de sus colegas, planea emigrar el próximo año a EE.UU. para trabajar en su especialidad.

Matthias Kling, un físico especializado en el naciente campo de la óptica cuántica, está entre los más brillantes profesionales de su rubro en Alemania.

Pero a partir del próximo año, el científico de 38 años se unirá a un éxodo que muchos temen que podría amenazar el futuro de la economía más grande de Europa.

"Me parece muy difícil, [para un científico] en un campo novedoso, encontrar empleo en Alemania", dijo Kling, quien planea emigrar a Estados Unidos el próximo año para trabajar como profesor asistente en la Universidad Estatal de Kansas. Los cuatro candidatos principales para el puesto eran alemanes, dijo.

Alemania, que ya de por sí batalla con una de las poblaciones europeas que más rápido envejece y disminuye, enfrenta una creciente escasez de personal calificado por otra razón más inmediata: un mayor reclutamiento extranjero de los mejores ingenieros y científicos del país.

Desde 2008, más personas han salido que las que han llegado a Alemania, revirtiendo décadas de inmigración en el principal motor económico de Europa. Los analistas demográficos dicen que los ingenieros, científicos, doctores y otros profesionales altamente calificados conforman una parte desproporcionada del éxodo.

En contraste, las duras leyes migratorias de Alemania, un rígido código laboral y prácticas que benefician la contratación interna le han impedido importar suficiente mano de obra calificada para compensar.

Lo que preocupa de manera particular a los líderes políticos y empresariales alemanes es que muchos de los que se van provienen de las industrias de punta que Alemania ve como cruciales para salvaguardar su ventaja de exportación, como nanotecnología, ingeniería eléctrica, biotecnología y tecnologías limpias. A menos de que puedan contener la fuga, argumentan, la economía del país corre peligro.

"Tenemos que tener muy claro qué tan explosiva podría ser esta escasez de fuerza laboral", dijo hace poco Ursula von der Leyen, ministra de Trabajo, a un diario.

La fuga de talento en Alemania repite un problema que han sufrido muchos países en Europa y que se ha visto intensificado por las crisis de deuda pública en el continente.

La Royal Society del Reino Unido y cinco de sus universidades líderes advirtieron el año pasado al gobierno que los recortes al presupuesto de ciencia producirían un éxodo de los mejores investigadores del país.

En un estudio realizado en noviembre y titulado Gone for Good?, algo así cómo ¿Se fueron del todo?, el grupo de investigación francés L'Institut Montaigne halló que el porcentaje de doctores (particularmente biólogos y economistas) dentro de los inmigrantes franceses en EE.UU. se había triplicado en los últimos 30 años. Irlanda estima que su crisis crediticia podría empujar la emigración de hasta 100.000 trabajadores calificados durante los próximos cuatro años.

Algunos alemanes que se han ido a trabajar a otros países argumentan una mejor remuneración y menos oportunidades empresariales en su país de origen. Kling, que ahora trabaja como investigador en el Max Planck Institute para óptica cuántica, cerca de Munich, dijo que Alemania era buena en preparar y apoyar científicos pero le falta dejarlos que florezcan en campos emergentes.

Los reclutadores dicen que las compañías extranjeras están contratando más ingenieros y especialistas técnicos alemanes. "Mientras más se necesiten aquí este tipo de personas, más compañías extranjeras también las quieren", dijo Alexander Reiter, reclutador alemán cuyo negocio viene mayormente de contactos internacionales.

Actualmente, compañías de China, Corea del Sur y otros países asiáticos también están contratando muchos alemanes, dijo. En una encuesta reciente de Ernst & Young a 1.200 multinacionales con amplios presupuestos de investigación y desarrollo, las de EE.UU., el Reino Unido y Francia consistentemente citan a Alemania como el lugar en el extranjero en el que más reclutan empleados altamente calificados.

"Me parece que el mercado laboral alemán no es lo suficientemente flexible para albergar a muchos extranjeros", dijo Jörg Bredno, científico alemán e ingeniero en sistemas en Philips Healthcare, en California.

Bredno, de 37 años, había trabajado seis años con Philips en Alemania antes de ser transferido a EE.UU. hace tres años. Tras casarse con una estadounidense con experiencia en investigación de mercado, la pareja decidió establecerse en EE.UU. por la demanda de expertos en computación e ingeniería biomédica y los posibles retos laborales que su esposa hubiera enfrentado.

Una razón de la disparidad en la contratación es el desproporcionado alto número de pequeñas y medianas empresas familiares, que son el cimiento de la industria alemana, según Ernst & Young, en Alemania.

Muchas de estas compañías no tienen los recursos para hacer contrataciones extranjeras.

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