martes, 22 de marzo de 2011

Compra de T-Mobile pone a prueba ente regulador antimonopolio de administración Obama

Tomado del Wall Street Journal

[AT&T]

Pocas compañías quieren que se filtren sus negociaciones de cara a una posible fusión, pero AT&T Inc. estaba particularmente preocupada.

La empresa, que fue creciendo durante una década de adquisiciones hasta convertirse en la mayor compañía de telecomunicaciones de Estados Unidos, gestaba la compra de T-Mobile USA, la división estadounidense del gigante alemán Deutsche Telekom, un acuerdo que pondría a prueba a su altamente capacitado equipo de asuntos regulatorios en Washington.

La combinación une al segundo y cuarto operador de telefonía inalámbrica de EE.UU. por ingresos, creando un gigante en un mercado ya concentrado.

Los ejecutivos de AT&T, que temían que una filtración perjudicaría su capacidad de controlar el mensaje de que el pacto beneficiaba a los consumidores estadounidenses, mantuvieron durante semanas estrictamente limitada la cantidad de bancos implicados en la operación y se inclinaron por J.P. Morgan Chase & Co. para un préstamo de US$20.000 millones.

El secreto se mantuvo, dando pie a una adquisición de US$39.000 millones que es una apuesta tanto al entorno político imperante en Washington como al futuro del mercado estadounidense de telefonía móvil.

La transacción presenta un desafío al Departamento de Justicia del gobierno del presidente Barack Obama, el cual ha indicado que vigilará las fusiones con más celo que el mostrado por el anterior gobierno republicano. También se produce en momentos en que la Comisión Federal de Comunicaciones, que también puede vetar el pacto, busca ampliar el acceso a los servicios de telefonía celular de banda ancha y se apresta a difundir un informe que plantea nuevas inquietudes acerca de la competitividad en el mercado de telefonía móvil.

AT&T tiene a su favor una larga historia como una de las empresas que más gasta en lobby y aporta a las campañas de los políticos en Washington. Desde 1989, AT&T ha sido la compañía que más ha donado a miembros del Congreso, desembolsando más de US$46 millones en contribuciones a campañas de republicanos y demócratas, según el centro de estudios especializado en estas materias Center for Responsive Politics.

La responsable de la división antimonopolios del Departamento de Justicia, Christine Varney, prometió a poco de asumir el cargo revisar las fusiones con más firmeza para asegurarse que no perjudiquen la competencia.

Hasta el momento, el Departamento de Justicia de Obama no ha bloqueado directamente ningún acuerdo de alto perfil. Aprobó dos negocios controvertidos, la compra de Live Nation Inc. por Ticketmaster y la adquisición de NBC-Universal por Comcast Corp., si bien impuso condiciones significativas.

Los abogados especializados dicen que el plan de AT&T es más arriesgado, porque es en gran medida un acuerdo "horizontal", en el cual una compañía compra un competidor directo. Los tratos por Live Nation y NBCU fueron en gran parte "verticales", es decir entre compañías que operaban en diferentes etapas de la cadena de distribución. El acuerdo encara una "exhaustiva revisión regulatoria", dijo John Briggs, abogado antimonopolios de Axinn, Veltrop & Harkrider. Briggs asignó una probabilidad de 50% a que la fusión sea rechazada.

Una portavoz del Departamento de Justicia se negó a comentar al respecto. AT&T y T-Mobile se superponen en la mayoría de los grandes mercados, como Nueva York, Los Ángeles, Boston, Filadelfia, Washington, Miami y Houston, según American Roamer, una compañía que recopila datos de cobertura de telefonía celular y redes. Randall Stephenson, presidente ejecutivo de AT&T, pidió a sus abogados que hicieran un análisis en todos los mercados donde es mayor la superposición entre AT&T y T-Mobile USA y concluyó que el riesgo antimonopolio era tolerable, porque la telefónica está dispuesta a desprenderse de activos "sustanciales", dijo una persona cercana.

La compañía cree que podría tener que renunciar a suscriptores donde haya solo cuatro competidores, en vez de mercados con cinco o más, añadió la fuente. Stephenson participó personalmente en los estudios de previsiones de desinversión, dijo la persona, y estaba muy resuelto a que los reguladores no tuvieran tiempo de formar sus opiniones fundadas en artículos periodísticos antes de que AT&T estuviera dispuesta a anunciar el pacto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario