jueves, 24 de marzo de 2011

Obama en Latinoamérica: Más simbolismo que logros

Tomado del Wall Street Journal

[Obama]

SAN SALVADOR- En su viaje por tres países latinoamericanos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama ofreció a la región lo que sus líderes ansían: atención y respeto. Más allá de eso, puede haber habido más simbolismo que logros.

En muchos de los más importantes asuntos de la agenda regional- incluyendo comercio, inmigración y energía- Obama no quiso o no pudo ofrecer las soluciones que América Latina está buscando.

Obama declaró, por ejemplo, que la demanda estadounidense por drogas está alimentando a la violencia relacionada con el narcotráfico en América Central, pero no ofreció nuevas ideas sobre la forma de reducir la adicción de muchos estadounidenses. Y aunque reconoció que muchas armas ilegales están yendo hacia el sur desde EE.UU., el presidente no propuso nuevos planes para detener ese flujo.

"Cuando se trata de asuntos realmente cruciales que están en el centro de las relaciones entre EE.UU. y América Latina, el avance en la relación requiere de decisiones políticamente costosas aquí", dijo Kevin Casas-Zamora, ex vicepresidente de Costa Rica que ahora estudia América Latina desde Washington.

Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el viaje tenía como objetivo profundizar las relaciones de Estados Unidos con la región y expandir las oportunidades económicas de las compañías estadounidenses, particularmente en Brasil, un país con casi US$200 millones de personas que se está transformando en un actor de los asuntos globales y de la economía mundial. Tiene la séptima economía del mundo- más grande que la de Italia o Canadá- y es potencialmente más importante para los intereses de Estados Unidos incluso que India.

Con el tiempo, una profundización de las relaciones con América Latina debería traducirse en ayuda para importantes asuntos regionales e internacionales, de acuerdo con funcionarios del gobierno Obama. "Los éxitos y beneficios tangibles del viaje no son el tipo de cosas que pueden ser medidas el día que volvemos a casa", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

Pero la falta de progreso con respecto a los principales intereses de América Latina frecuentemente tiene que ver con la política local de Estados Unidos. Es el caso de la inmigración. Obama habló a favor, tanto en Chile como en El Salvador, de una legislación amplia que daría a los inmigrantes ilegales, muchos de ellos latinoamericanos, un camino a la obtención de la ciudadanía. Pero no ofreció ningún plan ni ideas respecto a cómo hacer que la propuesta avance en el Congreso.

Antes de la reunión, funcionarios salvadoreños esperaban que hubiera un progreso en un problema migratorio más pequeño: buscaban alivio para alrededor de 220.000 salvadoreños que han estado viviendo legalmente en Estados Unidos desde un terremoto que se produjo hace una década y que tienen que renovar su estatus cada 18 meses. El asunto fue planteado en una reunión bilateral con el presidente salvadoreño, Carlos Mauricio Funes, pero un funcionario estadounidense dijo que Obama no hizo promesas.

En Brasil, Obama repetidamente promocionó a las empresas estadounidenses, pero la acción más urgente que América Latina está esperando son dos acuerdos comerciales pendientes, con Colombia y Panamá. El gobierno Obama dice que ambos requieren de más estudio antes de que el presidente los presente al Congreso. Las conversaciones con Colombia continuaron durante el fin de semana.

También en Brasil, Obama repetidamente elogió la importante trayectoria de ese país en cuanto a la producción de biocombustibles, que son utilizados allí en más de la mitad de los vehículos. Pero EE.UU. hace que sea casi imposible para Brasil vender su etanol elaborado en base a caña de azúcar en el país, al imponer un arancel a las importaciones de US$0,54 por galón. Obama no dijo nada con respecto a la modificación de esta medida que es apoyada por los productores estadounidenses de etanol en base a maíz.

Incluso mientras destacaba la importancia de las energías limpias, Obama también habló en forma entusiasta de la producción de petróleo. Dijo que esperaba que las empresas estadounidenses fueran capaces de ayudar a Brasil a desarrollar sus nuevos y enormes yacimientos petrolíferos recientemente descubiertos frente a sus costas.

"Y cuando estén listos para comenzar a vender, queremos ser uno de sus mejores clientes", agregó.

Obama anunció algunos acuerdos pequeños. En Brasil, cerró uno que permitirá más vuelos directos entre los dos países, y otro de cooperación en asuntos comerciales, que darán a ambas naciones un marco para resolver conflictos. En Chile, anunció que se expandirán los intercambios de estudiantes. En El Salvador, dijo que Estados Unidos se comprometía a aportar más fondos para combatir el tráfico de drogas.

Y, más allá de los asuntos discutidos, a veces dejarse ver marca la diferencia.

En Río de Janeiro visitó una favela recuperada donde niños y adultos por igual se maravillaron de que un presidente de Estados Unidos se pareciera mucho a ellos. En Chile, destacó el auge económico del país.

Francisco Altschul, el embajador salvadoreño en Estados Unidos, dijo que el aspecto más significativo puede haber sido la visita de Obama a la tumba del arzobispo Oscar Romero, el reverenciado campeón de los derechos humanos que fue asesinado en 1980.

"Monseñor Romero fue un campeón de los derechos humanos, de la justicia, de la democracia", dijo Altschul. La visita de Obama, aseguró "fue muy importante".

Las relaciones forjadas en este viaje probablemente den dividendos más adelante, dijeron funcionarios. En Brasil, la presidente Dilma Rousseff comenzó su mandato hace solamente tres meses, por lo que la visita podría hacer que la relación de ese país con Estados Unidos tenga ahora bases más sólidas. En El Salvador, Funes podría ayudar a Estados Unidos a lidiar con América Central, donde otros países son mucho menos estables.

La decisión de viajar a América Latina de Obama hace que haya países, que se sentían descuidados que ahora se sientan valorados, dijo Ted Piccone, que cubrió América Latina para el Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno del ex presidente Bill Clinton, ahora en la Brookings Institution.

"Es todavía muy importante consolidar las relaciones y señalar que a Estados Unidos realmente le importa América Latina. Eso vale el viaje", opinó.

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