domingo, 5 de febrero de 2012

5 consejos para disminuir el riesgo del cáncer

Tomado de entremujeres.com

Reducir las probabilidades de desarrollar tumores malignos en nuestro cuerpo está en nuestras manos. Para ello, es importante cambiar algunas costumbres. El sedentarismo, el tabaco, la dieta, el sol... Qué cuidados tomar y qué pasa con el microondas, la duda inevitable.

Por Dr. Mario Bruno

Mitos y verdades.

La prevención de las enfermedades tumorales en la Argentina está muy poco difundida, y prácticamente nadie toma seriamente las medidas adecuadas. Sin duda la prevención del cáncer pasa por la aplicación de los siguientes hábitos saludables, adoptados como forma de vida:

1) Ejercicio físico: existen estudios que relacionan el sedentarismo con el cáncer, y otros que muestran que el ejercicio físico origina una reducción del riesgo de algunos tipos de cánceres, como los de colon y los de mama. Para que realmente sea efectivo, los ejercicios deben realizarse como mínimo, 30 minutos diarios 5 ó más días a la semana. Por lo tanto, aquellos que se esfuerzan en el gimnasio o en los espacios públicos sólo los fines de semana no están haciendo prevención oncológica. El ejercicio más recomendado por su efectividad y cero costo es caminar a paso rápido.

2) Dieta: hay una clara evidencia científica entre las dietas ricas en grasa animales y algunas enfermedades oncológicas, y también investigaciones que demuestran que si la misma es rica en vegetales y frutas y baja en grasas animales, reduce el riesgo de padecer algunos cánceres como el de colon. La recomendación actual es ingerir 5 ó más frutas y/o vegetales por día. Además, elegir comida que ayuda a mantener un peso saludable. Recientes estudios mostraron que al menos una tercera parte de los cánceres pueden estar relacionados con la obesidad. Este nuevo conocimiento transforma a la obesidad en un factor de riesgo tan importante como el tabaquismo, ya que además de relacionarse con el origen de enfermedades neoplásicas interviene en el desarrollo de la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

3) Exposición solar excesiva: los cánceres de piel, que se hallan directamente relacionados con la exposición a las radiaciones ultravioletas del sol y de otras fuentes (por ejemplo, las camas solares). La protección debe ser todos los días, salgamos a trabajar o divertirnos, y no solamente durante las vacaciones, especialmente cuando vamos a la playa. Este nuevo concepto implica que las áreas expuestas al sol, como la cara, las manos, los brazos y la cabeza deben ser cubiertas ya sea por medios físicos (ropa, sombreros, etc.), o con cremas protectoras solares. Estas últimas deben ser usadas diariamente, sobre las zonas ya citadas. El factor de protección deberá ser establecido por el lugar geográfico donde se vive (mayor, cuanto más cerca del Ecuador se viva) y el color de la piel (menor cuanto más oscura es la piel) pero nunca debe ser menor a 15.

4) Tabaco: es la causa más evitable de cáncer: Participa en forma directa o indirecta en el origen y desarrollo de numerosas enfermedades tumorales. En el humo del cigarrillo, es posible detectar sustancias como la nicotina, el alquitrán y el monóxido de carbono, todas peligrosas para la salud. El alquitrán contiene carcinógenos y sustancias irritantes. A medida que se perfeccionó la industria del tabaco creció en forma paralela la incidencia de los tumores relacionados con esta adicción: cáncer de pulmón, boca, esófago y vejiga. Hoy, el 30% de todas las muertes por cáncer en los países occidentales están estrechamente relacionadas con el consumo de tabaco. Han sido descriptas más de 4000 sustancias cancerígenas en el humo; de ellas, 68 no dejan dudas de su acción oncogénica en el hombre.

El riesgo de desarrollar cualquiera de los cánceres inducidos por el tabaquismo depende de la susceptibilidad de los diferentes órganos y tejidos, pero a mayor exposición, ya sea por cantidad consumida y/o por tiempo de duración del hábito, mayor incidencia. Por todo lo expuesto, el tabaco es considerado el agente cancerígeno exógeno, evitable, más importante y más difundido. Quizás lo más importante pase por el hecho, perfectamente demostrado, de que el fumador pasivo, es decir, quien sin fumar activamente, recibe el humo que exhala el fumador, padece las mismas enfermedades que aquel que fuma activamente. No fume y prolongará su vida y la de sus seres queridos.

5) Microondas: El hipotético efecto cancerígeno de estos aparatos podría residir en la existencia de sustancias nocivas en la comida preparada con ellos o en la radiación que emiten a su alrededor. En cuanto al primer punto, es cierto que se ha demostrado que algunos elementos químicos presentes en los plásticos de los envases pasan a los alimentos durante el proceso de descongelación o calentamiento. Sin embargo, ninguno de esos químicos es realmente cancerígeno. Pese a eso, resulta una buena medida retirar los alimentos de sus envases de plástico y calentarlos en recipientes inertes como, por ejemplo, los de vidrio pirex. En cuanto a la radiación, cualquier electrodoméstico es capaz de producir campos electromagnéticos de muy baja potencia. Se ha estudiado hasta la saciedad el efecto de estos campos sobre las leucemias infantiles, el cáncer cerebral y el cáncer de mama. Y no sólo respecto a los electrodomésticos, sino también teniendo en cuenta la proximidad del domicilio a líneas de alta tensión o ciertos trabajos, como los operadores de radar, que deben de soportar día a día el mismo nivel de electromagnetismo que si vivieran dentro del microondas en marcha. Ni uno solo de estos estudios ha podido demostrar un aumento de incidencia de los tumores realmente claro.

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