Una
moda que en la actualidad está en su apogeo es la delgadez, especialmente entre
las mujeres. La gordura, en otros tiempos símbolo de salud, ofrece hoy día
motivos para ofrecer una imagen desfavorable, la cual es fomentada hasta el
extremo por los intereses económicos creados en torno a los métodos de
adelgazamiento.
La delgadez extrema surge como una
respuesta a esta situación; los adolescentes y post-adolescentes, tan radicales
en sus valoraciones, en su búsqueda de criterios convierten en una verdadera
obsesión su rechazo a la gordura, situándose en el extremo opuesto, y poniendo
de moda una delgadez exagerada que, a parte de salirse de lo estético, puede
resultar peligrosa desde el punto de vista físico y psíquico. La persona llega
a perder el sentido de la realidad sobre su propio cuerpo. No se ve como es;
siempre se ve gorda, por más delgada que esté.
Al
problema psicológico que ya de por sí supone la obsesión por un tema
determinado, se unen otros riesgos asociados, tales como serios trastornos de
la alimentación y el uso de algunas drogas, que suelen surgir como consecuencia
de dicha obsesión, tratando de mantener la delgadez. Términos como “anorexia” y
“bulimia”, antes casi desconocidos, hoy día son tan comunes como la misma
delgadez extrema.
Los padres deben hablar con sus hijos, y
especialmente con sus hijas, sobre este tema, desde la preadolescencia,
orientándolos a buscar las referencias en los términos medios. No es que así
vayan a ser inmunes a las modas, pero sabrán valorarlas con mejor criterio.
Acerca
de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en
Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia
de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad
profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones
fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la
segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación
nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la
conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional
estigma.
Fui la primera
Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas
especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente
he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas,
Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o
Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de
U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo
acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la
Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología
actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y
teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del
mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia
regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes
que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos
acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
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