sábado, 18 de agosto de 2012

La Internet: una herramienta para sacar a flote verdades


Tomado de Long Island al Día


“En casa de ciegos….internet es el Rey”

Lialdia.com / Las redes sociales sirven para todo y para todos. El concepto glamoroso de la verdad, está desapareciendo por completo y da paso a una verdad compartida, colectiva y más que verdad, conciencia histórica, porque de lo que adolecía la humanidad, era de donde tener información de buena mano, real y concreta o por lo menos y ese el éxito de lo cibernético, de dónde contrastar, analizar diversos ángulos y no ser esclavos del monopolio de algunos, en desarrollo de sus intereses particulares.

Ahora tenemos masivos volúmenes de información en la red, que nos permiten medir conversaciones que antes tenían lugar en cafeterías o en la cocina de la oficina o tenían que ser leídas en medios de información de dudosa reputación. Por cuenta de internet, podemos ver noticias que tienen como fuente, a ex convictos, ladrones arrepentidos, furiosos supremasistas, enemigos de la democracia y las buenas costumbres, anti inmigrantes, profetas de la latinización de EE.UU. Ahora todo es comparable, medible, tenemos la verdad social, la histórica a nuestro alcance.
Cada cual debe ser trasparente con lo que dice o con lo que escribe, porque es fácil determinar el verdadero objetivo de sus informaciones.
Los lectores podemos hacer un ejercicio sencillo. Encuentren entre los montones de revistas y periódicos viejos que se acumulan en los restaurantes, panaderías, cafeterías y lean con atención, busquen con cuidado las fuentes de la informacion y se encontraran, que algunos llamados por ellos mismos periodistas, copian sin pudor alguno, temas de origen supremasista, que hacen aparecer como revolucionarios y de izquierda, ofendiendo a quienes honran esas denominaciones.
Por allí encontrarán seguramente escritos del angelical Lyndon LaRouche o de su Fundación. LaRouche ha sido precandidato a la presidencia de los Estados Unidos en 1976, 1980, 1984, 1988, 1992, 1996, 2000 y 2004, con resultados ni siquiera medibles, por lo exiguos. Comentaristas, como The Washington Post y The New York Times, lo han descrito en los últimos años como un teórico de la conspiración, fascista y antisemita, y han caracterizado su movimiento como una secta, mientras que el Heritage Foundation escribió que él encabeza “lo que bien puede ser uno de los más extraños grupos políticos en la historia estadounidense”.

Con cierta periodicidad, podemos encontrar pedazos de sus análisis disfrazados por ahí en las páginas de quienes creen ser la conciencia de los menos educados.
Por cuenta de las redes sociales, un personaje que permanece muy activo en la política en el congreso de EE.UU, tanto como que es el jefe de la Comisión de seguridad interna, se mimetiza para mantenerse en su curul- trono, sin que apenas sus electores se den cuenta del verdadero calibre de sus andanzas.
Conocido como el Rey de la Homofobia, Peter T. King, conspira contra comunidades históricamente inmersas en la sociedad estadounidense como la munsulmana, alienta la radicalización en su contra, es un anti inmigrante confeso, enemigo en especial de los hispanos, opositor al cierre de la cárcel de Guantánamo, histórico activista e impulsor del Ejército Republicano Irlándes IRA, precursor de la República Armada de Irlanda, donante de dineros para la compra de armas del grupo armado irregular, anti católico rabioso, apoya la tortura como método de interrogatorio, entre otras de sus dilatadas credenciales, caracterizadas por racistas, xenofóbicas y denigrantes de la naturaleza humana.

Por cuenta de las redes sociales, Peter King, quien es el representante del tercer distrito congresional que incluye partes de Nassau y Soffolk, representante de la ortodoxia republicana, miembro del Tea Party, sale a brillar con su luz propia a raíz de la visita a su despacho, de un representante de una nación hermana, con grandes vínculos con Long Island, al caso de ser la mayor nacionalidad inmigrante de la isla y nos referimos a la comunidad Salvadoreña y de su vicepresidente Salvador Sánchez Cerén.
Internet nos permite comparar, no tragar entero. Busque en las redes sociales, estudie amigo lector. El asunto en estos momentos cruciales de la historia norteamericana, es de darle a las comunidades la importancia y el respeto que merecen. La pantalla, las intenciones ocultas, son fácilmente detectables, aunque a veces no pasan de ser delirios de grandeza e ignorancia.
Aquel adagio popular que “en casa de ciegos, el tuerto es Rey”, ya no funciona. Internet se encargó de las sombras y ahora se puede obtener un poco de luz para todos.
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