Tomado de Long Island al Día
“En casa de ciegos….internet es el Rey”
Lialdia.com / Las redes sociales sirven para todo y
para todos. El concepto glamoroso de la verdad, está desapareciendo por
completo y da paso a una verdad compartida, colectiva y más que verdad,
conciencia histórica, porque de lo que adolecía la humanidad, era de donde
tener información de buena mano, real y concreta o por lo menos y ese el éxito
de lo cibernético, de dónde contrastar, analizar diversos ángulos y no ser
esclavos del monopolio de algunos, en desarrollo de sus intereses particulares.
Ahora tenemos masivos volúmenes de información en la red, que
nos permiten medir conversaciones que antes tenían lugar en cafeterías o en la
cocina de la oficina o tenían que ser leídas en medios de información de dudosa
reputación. Por cuenta de internet, podemos ver noticias que tienen como
fuente, a ex convictos, ladrones arrepentidos, furiosos supremasistas, enemigos
de la democracia y las buenas costumbres, anti inmigrantes, profetas de la
latinización de EE.UU. Ahora todo es comparable, medible, tenemos la verdad
social, la histórica a nuestro alcance.
Cada cual debe ser trasparente con lo que dice o con lo que
escribe, porque es fácil determinar el verdadero objetivo de sus informaciones.
Los lectores podemos hacer un ejercicio sencillo. Encuentren
entre los montones de revistas y periódicos viejos que se acumulan en los
restaurantes, panaderías, cafeterías y lean con atención, busquen con cuidado
las fuentes de la informacion y se encontraran, que algunos llamados por ellos
mismos periodistas, copian sin pudor alguno, temas de origen supremasista, que
hacen aparecer como revolucionarios y de izquierda, ofendiendo a quienes honran
esas denominaciones.
Por allí encontrarán seguramente escritos
del angelical Lyndon LaRouche o de su Fundación. LaRouche ha sido precandidato a la
presidencia de los Estados Unidos en 1976, 1980, 1984, 1988, 1992, 1996, 2000 y
2004, con resultados ni siquiera medibles, por lo exiguos. Comentaristas, como
The Washington Post y The New York Times, lo han descrito en los últimos años
como un teórico de la conspiración, fascista y antisemita, y han caracterizado
su movimiento como una secta, mientras que el Heritage Foundation escribió que
él encabeza “lo que bien puede ser uno de los más extraños grupos políticos en
la historia estadounidense”.
Con cierta periodicidad, podemos encontrar pedazos de sus
análisis disfrazados por ahí en las páginas de quienes creen ser la conciencia
de los menos educados.
Por cuenta de las redes sociales, un personaje que permanece
muy activo en la política en el congreso de EE.UU, tanto como que es el jefe de
la Comisión de seguridad interna, se mimetiza para mantenerse en su curul-
trono, sin que apenas sus electores se den cuenta del verdadero calibre de sus
andanzas.
Conocido como el Rey de la Homofobia, Peter T. King, conspira contra comunidades
históricamente inmersas en la sociedad estadounidense como la munsulmana,
alienta la radicalización en su contra, es un anti inmigrante confeso, enemigo
en especial de los hispanos, opositor al cierre de la cárcel de Guantánamo,
histórico activista e impulsor del Ejército Republicano Irlándes IRA, precursor
de la República Armada de Irlanda, donante de dineros para la compra de armas
del grupo armado irregular, anti católico rabioso, apoya la tortura como método
de interrogatorio, entre otras de sus dilatadas credenciales, caracterizadas
por racistas, xenofóbicas y denigrantes de la naturaleza humana.
Por cuenta de las redes sociales, Peter King, quien es el
representante del tercer distrito congresional que incluye partes de Nassau y
Soffolk, representante de la ortodoxia republicana, miembro del Tea Party, sale
a brillar con su luz propia a raíz de la visita a su despacho, de un
representante de una nación hermana, con grandes vínculos con Long Island, al
caso de ser la mayor nacionalidad inmigrante de la isla y nos referimos a la
comunidad Salvadoreña y de su vicepresidente Salvador Sánchez Cerén.
Internet nos permite comparar, no tragar entero. Busque en las
redes sociales, estudie amigo lector. El asunto en estos momentos cruciales de
la historia norteamericana, es de darle a las comunidades la importancia y el
respeto que merecen. La pantalla, las intenciones ocultas, son fácilmente
detectables, aunque a veces no pasan de ser delirios de grandeza e ignorancia.
Aquel adagio popular que “en casa de ciegos, el tuerto es
Rey”, ya no funciona. Internet se encargó de las sombras y ahora se puede
obtener un poco de luz para todos.
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