Lo que gana
Correa con el asilo a Assange
Por Arturo Wallace
Era la decisión que la mayoría
esperaba, pero en Ecuador no todos están de acuerdo con ella.
El gobierno ecuatoriano dijo que otorgó el asilo al
fundador de WikiLeaks, Julian Assange, porque comparte su temor a ser víctima
de una persecución política y a las posibles consecuencias de una eventual
extradición a Estados Unidos.
"Existen serios indicios de retaliación por parte del
país o los países que produjeron la información divulgada por el señor Assange,
represalias que pueden poner en riesgo su seguridad, integridad e incluso su
vida", dijo el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, al momento de
anunciar la decisión.
"La evidencia jurídica muestra claramente que de
darse una extradición a los Estados Unidos de América el señor Assange no
tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o
militares, y no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante y
se le condene a cadena perpetua o a la pena capital", señaló.
Un gran número de simpatizantes del fundador de WikiLeaks
está convencido de lo mismo.
Y Assange sabía que podía contar al presidente ecuatoriano
Rafael Correa entre esos simpatizantes mucho antes de entrar a la embajada de
Ecuador en Londres.
"Proteger sus
derechos"
Video: qué
opinan los ecuatorianos
Según el profesor Santiago Basabe, sin embargo, las
razones de Correa para otorgarle el asilo a Assange no se limitan al declarado
interés de proteger sus derechos.
"Hay que entender que el evento de esta mañana es
simplemente la culminación de un proceso de negociación que data de mucho
tiempo atrás", le dijo a BBC Mundo.
"Está este discurso de que el señor Assange ha
protegido la libertad de opinión, ha fortalecido la libertad de prensa, la
libertad de expresión de la gente", recordó el profesor de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales.
"Y el Ecuador, respetuoso como es -todo según el
discurso oficial- de la libertad de expresión y la libertad de prensa, pues no
hace más que reflejar ese discurso en la concesión de un asilo. Todo en
momentos en que, y esto es lo paradójico, el Ecuador ha sido duramente
cuestionado en varios foros internacionales, ya no se diga en los locales, en
cuanto a la forma en como comprende el gobierno nacional lo que es la democracia",
explicó.
Así, para el cientista político, la intención original del
gobierno era "lavarse la cara, como se dice popularmente, en el campo
internacional".
Pero, en Ecuador, no todos están convencidos de que la
imagen internacional de Ecuador resultará beneficiada del asunto.
Los medios privados y una buena parte de analistas y
"líderes de opinión" -tradicionalmente opuestos al presidente Correa-
han advertido que el país tiene muy poco que ganar de la respuesta otorgada a
la petición de Assange.
Por ejemplo, Ecuador ha estado intentando concretar un
acuerdo comercial con la Unión Europea. Y muchos creen que una pelea con el
Reino Unido y Suecia no ayudará.
¿Pocos beneficios?
Muy poca gente cree que el fundador
de WikiLeaks logrará llegar a América Latina.
Queda claro, en cualquier caso, que la oposición intentará
utilizar el caso Assange en contra de Correa, que apuesta a la reelección en
febrero de 2013.
El ex presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, por
ejemplo, ha llegado incluso a sugerir que la intención real de Correa es
utilizar las habilidades de hacker de Assange para robarse las
elecciones.
Pero, de acuerdo a Basabe, Correa no tiene la necesidad de
poner en marcha estrategias por el estilo para permanecer en el poder.
"Las posibilidades de que el presidente Correa pierda
las elecciones de febrero son bastante bajas", dijo, agregando que en
cualquier caso son muchos los ecuatorianos que respaldan la petición de asilo
de Assange.
Y la posibilidad de una entrada de las autoridades
británicas a la embajada de Ecuador en Londres para capturar a Assange, tal y
como lo advirtió el canciller Patiño el pasado miércoles, seguramente ayudará a
cohesionar a los simpatizantes del presidente Correa y lo fortalecerá en su
discurso nacionalista y anti imperialista.
"Esta es una decisión de un estado soberano, que no
le pide permiso a los británicos para reaccionar", afirmó por ejemplo
Rosana Alvarado, diputada de la Asamble Nacional, perteneciente al partido
oficialista Alianza País.
"Espero que haya unidad en el pueblo ecuatoriano para
rechazar cualquier forma de colonialismo", señaló Paco Velasco, también de
Alianza París.
Así las cosas, el verdadero nivel de las repercusiones de
la decisión ecuatoriana dependerá en gran medida de la reacción de los
gobiernos de Reino Unido y Suecia, y -por supuesto- de Estados Unidos.
Y es que, después de todo, muy pocos creen que el fundador
de WikiLeaks en realidad logrará llegar al país.
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