Por Waldemar Serrano-Burgos
Los juegos olímpicos de verano de Londres han servido
para brindarles mucha alegría a países latinoamericanos por los logros obtenidos
–sobre 500 medallas hasta ahora-, sino que se han convertido en el escenario
ideal para que pintorescas y grandes historias sean conocidas.
Lo que comenzó en la antigua Grecia como un
evento dedicado al dios Zeus, hoy día se ha convertido no solo en un negocio
billonario, si no que nos brinda la oportunidad de ver simultáneamente un
banquete de múltiples disciplinas deportivas que solo se da cada cuatro años.
A su vez, las olimpiadas sirven de escenario a
los miles de atletas que participan para demostrar que son los mejores en el
deporte que aman y una gran oportunidad para representar a su tierra natal.
Hoy día gracias a la flexibilidad del mundo
globalizado en el que vivimos en donde las comunicaciones son parte de nuestro
diario vivir, podemos ser protagonistas en primera fila de la mayoría de estos
eventos. También y mucho mas importante aun, es que nos brinda la
oportunidad de ser testigos de como la expresión de que “somos un espíritu,
viviendo una experiencia humana” es tan real y tan cierta.
El concepto esta más que comprobado
científicamente, pero es increíble el ser participe de su máxima expresión
cuando el espíritu que reside en nuestro cuerpo sobrepasa las expectativas de
lo que se cree que es el limite de cada atleta.
Siguiendo es misma línea deberíamos de entender
de que como seres espirituales que somos no tenemos límite alguno y que como
seres ilimitados que somos en todos los aspectos de nuestra vida, podemos
llegar y conquistar literalmente todo lo que queramos es alcanzable.
Es ese espíritu que no tiene límite el que lleva
a estos atletas a moverse, a transformarse y a continuar evolucionando de
maneras hasta en cierto punto sobre naturales y que lo han demostrado en estos
juegos en Londres.
Tomemos el ejemplo del velocista dominicano
Félix Sánchez quien ganó la medalla de oro en los 400 metros, este atleta quien
hace cuatro años atrás no tuvo la oportunidad de revalidar en ese evento ya que
ese mismo día que iba a competir falleció su abuelo que lo imposibilitó de
participar y revalidar.
En esta ocasión y ocho años mas tarde cuando
pudo conquistar su sueño, al llegar al podio y antes de entregarle la medalla
de oro quien para los expertos no tenia ninguna oportunidad, comenzó a llorar
de la emoción, cautivando a las 80,000 personas que estaban en el estadio.
Otro ejemplo de que como seres humanos no
tenemos limites lo fue el guatemalteco Erick Barrondo quien puso a su país
entero por primera vez en el podio olímpico internacional al ganar la primera
presea para ese país.
Por último, tomemos el caso más significante de
todos –para nosotros- que lo fue el velocista Oscar Pistorius de Sur África,
quien por espacio de cuatro años estuvo peleando el poder participar en las
olimpiadas con el COI y quien por primera vez en la historia de las olimpiadas
participara una personas con extremidades artificiales.
En una de las entrevistas que pudimos tener el
privilegio de verlo, comentaba que él estuvo luchando por este espacio en las
olimpiadas, para demostrarle al mundo y a los niños que están en las misma
condiciones que el, que no hay limites, que si la mente lo puede visualizar, el
cuerpo lo hará y siempre se podrá.
Estas olimpiadas mas allá de haber unido a
países en las celebraciones de aquellos atletas que ganaron medallas en los
diferentes eventos, para nosotros ha sido una reafirmación que de que no hay
limites, mas allá de los que nosotros mismo nos pongamos en la mente y
validemos como ciertos.
Que tal si dejamos de estar validando nuestros
cuentos y dramas mentales que no tienen fundamento alguno. Que tal si dejamos
de estar posponiendo la acción que nos transportara de un lugar de inacción a
donde queremos estar. Que tal si ponemos una fecha la cual será el comienzo en
donde el canvas esta vacío y lo empezaremos a pintar con lo que deseamos.
Recuerden, al ser espíritus viviendo una
experiencia humana, no tenemos limites… ¿ahora cual es la excusa?
SIgueno en Twitter @wserranob
Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified
Life-Business Coach
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