Tasa de desempleo en España supera el 25%
El paro en España supera el 25% por primera vez en la historia
La
Encuesta de Población Activa arroja un aumento de 85.000 personas, hasta los
5.778.100
España
destruye 96.900 puestos de trabajo durante el verano
Por Manuel v. gomez
Uno de cada cuatro trabajadores está en
paro. El dato es redondo, contundente, frío. Muy frío. Y, en cambio, también es
muy elocuente. Habla por sí mismo de cual es el principal problema que padece
España. Eso se corroboró este viernes, cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio
a conocer que el desempleo siguió subiendo en verano. Llegó al 25,02%. Un nuevo
hito histórico de la crisis, como los 5,778 millones de parados. Este dato,
otro lado de un prisma muy complejo, no es tan frío, está lleno de caras.
El combinado de recesión más
abaratamiento del despido y recortes ha logrado algo que parecía imposible:
agravar la enfermedad que sufre el mercado laboral español. Desde que
comenzaron a notarse los primeros síntomas de la recaída en la segunda mitad
del año pasado se han destruido 835.900 empleos y el número de parados ha
crecido en 799.700 personas.
Y ahora comienza el invierno, la peor
época para buscar trabajo. Se ha acabado la temporada alta turística: el buen
tiempo ya no protege las obras ni las campañas agrícolas; y el resto de
sectores ya no tienen que sustituir a los empleados que se van en las
vacaciones estivales. Dice la lógica y la costumbre —agravadas por la recesión—
que ahora se recrudece la destrucción de empleo y el aumento del paro. Dicho de
otra forma, más pronto que tarde España marcará otro trágico hito laboral:
superará los seis millones de parados.
La magnitud
de estas cifras es de tal calibre que por sí mismos bastan para hacerse una
idea del tamaño del desastre. Pero si a esta cifra se añade una lista de países
con los que España comparte este grave problema la idea se puede transformar en
pesadilla. Grecia, Serbia, Bosnia, Armenia, Suráfrica... Estados casi fallidos
o países que todavía se recuperan de traumas históricos muy recientes.
“Nunca la subida del paro es una buena
noticia”, admitió la ministra de Empleo, Fátima Báñez. Hecha esta declaración
de principios, Báñez trató a continuación de resaltar algunos datos que ella
considera esperanzadores. Resaltó que “en los dos últimos trimestres se ha
moderado la destrucción de empleo” o que ha aumentado el número de autónomos.
12.000 personas menos dispuestas a
trabajar
La ministra no mencionó la caída de la
población activa. El número de personas y disposición de trabajar se redujo en
12.000 personas entre julio y septiembre y evitó una subida mayor del número de
parados y de la tasa de desempleo. Esta reducción se debe exclusivamente a la
salida de España de los trabajadores extranjeros.
Tanto la titular de Empleo como la
vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la comparecencia
posterior al Consejo de Ministros, pusieron énfasis en destacar que la
destrucción de empleo se debe en buena medida a los despidos en la
Administración. Solo en el último año el sector público cuenta con 230.000
empleados menos; en el trimestre 49.400, 200 menos que en el sector privado.
Si algo diferencia a esta nueva
recesión de la anterior, es que en esta ocasión el ajuste está haciendo mella
en el empleo público. En la contracción de 2008 y 2009, el desplome del mercado
laboral procedía exclusivamente del sector privado. A pesar del déficit y las
múltiples voces que advertían de esto, las Administraciones siguieron creando
empleo y evitaron un desplome mayor.
En cambio, ahora sí que hay un rasgo
constante común con la anterior recesión y que ha permanecido inmutable durante
los cinco años de crisis: el hundimiento de la construcción. A pesar de ser
verano, entre julio y septiembre desaparecieron 56.100 empleos en este sector.
Fue el que más perdió.
Explicar el
drama laboral español sin recurrir a lo sucedido con el ladrillo es imposible.
La crisis ha arrastrado 3,2 millones de puestos de trabajo (tantos como
habitantes tiene Madrid). De ellos, unos 2,2 millones se relacionan de forma
directa con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria: proceden de la construcción
y de industrias y servicios afines como la fabricación de muebles, la venta de
viviendas, o arquitectos, ingenieros y jardineros.
Después de la construcción, el sector
más castigado en verano fueron los servicios. Que sean estas dos ramas las más
golpeadas en los meses de verano es una prueba irrefutable de la gravedad de la
situación actual. En concreto, los últimos tres meses vieron como los servicios
empleaban a 32.700 personas menos.
La gran importancia de este sector en
España —el que da trabajo a más gente con mucha diferencia sobre el segundo, la
industria— marca el ritmo del deterioro laboral. Los servicios han sufrido la
nueva recesión con fuerza y eso explica, por sí mismo, más de la mitad del
empleo que se ha perdido en el último año.
En la encuesta de población activa (EPA),
la mejor herramienta para conocer al mercado laboral, también pueden observarse
los lados más dramáticos del desempleo. Uno de ellos son los parados de larga
duración, aquellos que llevan más de un año en paro y quienes, según la teoría
económica, tienen más problemas para salir de esa situación. En el tercer
trimestre, este colectivo contó más de tres millones por primera vez. Otro es el número de hogares en el que todos sus miembros
están en paro. Aunque la cifra apenas varió de junio a septiembre,
sigue siendo igual de elocuente: 1.737.900.
Más autonónomos ante la desesperación
Cuando la crisis ya camina hacia su
sexto año, en la EPA proliferan preocupantes síntomas de agotamiento. Para
observar esto hay dos elementos. Por un lado, el número de personas que deja de
buscar empleo y tira la toalla, cerca ya del medio millón. Por otro, el
incremento de los autónomos. Solo en un trimestre han recurrido al autoempleo 65.100
trabajadores. Esto que para la ministra de Empleo es un síntoma
esperanzador, para muchos expertos no es más que una prueba de desesperación
por parte de los parados, que ante la evidencia de que no encuentran un empleo
acaban intentándolo por su cuenta.
Conocidos los datos, oposición y
sindicatos se lanzaron contra el Gobierno. El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, señaló que eran “malos sin
paliativos”. Ignacio Fernández Toxo, que dirige una organización que
ha convocado una huelga general para el próximo 14 de noviembre, puso el acento
sobre la caída de la población activa afirmó que la EPA “en goteo persistente”.
UGT, otra de las centrales convocantes del paro del próximo mes, volvió a
reclamar al Gobierno un cambio en su política para insuflar aire en el mercado
laboral. Es tradicional en la organización que lidera Cándido Méndez que con
cada mal dato sobre empleo reclame al Ejecutivo un cambio de rumbo.
También la patronal CEOE recurrió a su
manual en esta ocasiones y aprovechó la publicación de la EPA con datos
“desfavorables” para reclamar más “medidas de flexibilidad en el mercado
laboral”.
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