
Pero la relación entre sentimientos y
corazón es sólo un ejemplo; existen numerosos ejemplos de cómo un estímulo
psíquico tiene un efecto físico.
Es fácil
percibir cómo un sentimiento de vergüenza nos enrojece la cara, cómo ante una
emoción intensa nos late fuerte el corazón, cómo ante una percepción
desagradable se nos revuelve el estómago.
La mente
humana es poderosa; es capaz de mandar mensajes físicos visibles para demandar
o rechazar algo. Los sentimientos,
estados tensionales, estados de ánimo, afectos, emociones y demás propiedades
psíquicas no solamente determinan nuestra salud mental, sino incluso algunos
aspectos de la salud física que ahora sabemos, y muchos más que aún no sabemos,
pero que se irán descubriendo. 

No es de extrañar entonces que existan
numerosas dolencias físicas que tienen una causa directa o indirecta, o, al
menos, una componente causal de tipo psíquico. Y permanentemente se descubren
más y más componentes psíquicos en las dolencias físicas. Es bastante conocida
la influencia negativa de los estados tensionales sobre el sistema digestivo;
úlceras y gastritis suelen tener carácter psicosomático; muchas migrañas
también, así como ciertos tipos y casos de cáncer, el malestar físico, las
náuseas y vómitos que sufrimos a veces que debemos hacer algo que rechazamos...
Algunas personas suelen enfermarse cuando llega un momento muy esperado por
ellas; y a cualquiera deja de dolerle todo cuando se enamora.
Muchos
médicos tienen que enfrentarse a dolencias a las que no encuentran explicación
orgánica. En la medida en que se vaya aceptando más y más el fenómeno de la
psicosomática, y se trabaje en una forma más integral, considerando cuerpo y
mente como una sola cosa, muchas dolencias podrán ser más fácilmente evitadas o
resueltas. Así que... si un día acude a su médico porque le duele el estómago,
y éste le refiere al psiquiatra o psicólogo, no se vaya a asustar.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar
acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
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