
Aunque la mujer dice ser madre soltera,
entiendo que ha habido un periodo prolongado de convivencia con el papá de las
niñas, e independientemente de las causas de la separación, debió existir algún
clima favorable en el hogar para que sus hijas muestren ahora ese
comportamiento. En esas condiciones, independientemente de su estado civil debe
analizarse la situación familiar como una estructura de familia nuclear
completa y estable, que se ha roto; y no como la típica estructura familiar
incompleta de madre soltera.
Y hago esta observación porque me parece
fundamental resaltar la importancia de la estructura familiar completa y
estable para el desarrollo emocional de los hijos.
Sus
hijas están expresando a su manera que algo importante les hace falta. Cuando
no ha habido una relación cercana y prolongada con el padre, como sucede
frecuentemente en el caso de los hijos de madres solteras, eso no suele
expresarse así, pero no porque no haga falta, sino porque no se puede demandar
expresamente aquello que no se conoce; sin embargo, siempre hace falta, pues el
desarrollo emocional de los hijos en estos casos difícilmente puede alcanzar el
equilibrio que de forma natural puede alcanzarse en una estructura familiar
completa y funcional.
Todo esto es muy importante plantearlo a
la hora de planificar la futura familia. Muchas veces las parejas se unen y
tienen hijos simplemente porque sienten que se aman; a veces porque un hijo
viene en camino; otras veces “por no quedarse solas”. Algunas veces las mujeres
deciden voluntariamente tener y criar uno o más hijos por sí mismas, sin más
intervención paterna que la inicial, o incluso ya sin ella. Muchas veces la
decisión no es voluntaria, sino que los hijos simplemente vienen. Pero pocas
veces se es consciente del compromiso de por vida que se está adquiriendo al
tener hijos, y de si se reúnen los elementos adecuados para formar una familia
funcional
Cuando el padre o la madre, o ambos,
buscan más satisfacción (de cualquier tipo) fuera del hogar que dentro de él
están desconsiderando su compromiso con los hijos. Cuando la relación familiar
degenera, frecuentemente se dedica más esfuerzo a tramar estrategias bélicas
contra la pareja, sin considerar el perjuicio a los hijos, que a buscar
soluciones por el bienestar de ellos. Y cuando una familia se rompe,
frecuentemente lo hace en base a criterios personales de los padres, no de los
hijos.
Esta mujer empezó muy joven a tomar la
responsabilidad de tener hijos, pero haber formado en alguna época un hogar
completo y funcional, y tener la preocupación que ella tiene actualmente,
indica que es bastante consciente de dicha responsabilidad.
Que las
niñas tengan ese recuerdo y esas emociones con respecto al padre indica que su
pareja también tenía conciencia de su compromiso familiar, y que había materia
prima para una bonita familia. No puedo saber qué falló; no menciona las causas
de la separación del padre de las niñas. No sé si fueron razones imposibles de
superar en su momento; y no sé si lo serán actualmente. En cualquier caso, las
niñas están transmitiendo un mensaje claro A AMBOS sobre lo que ellas quisieran
y necesitan. Si no es posible ya hacer un esfuerzo por satisfacerlas, tendrán
que hacer ambos un esfuerzo, buscando ayuda profesional incluso, para que las
niñas superen el trauma de la separación, porque después de tres años,
evidentemente no lo han superado, y les está afectando bastante.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha
enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión
en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes
medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con
objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de
apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar
acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en
sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital
Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la
embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me
hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por
la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como
video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en
diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de
orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la
asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos,
porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más
convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su
vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el
ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo
adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy
absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que
cada persona es o va a ser en el futuro.
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