sábado, 3 de agosto de 2013

Fabricantes franceses de colas en intensa guerra de marketing. Reclaman origen galo de la Coca Cola

Tomado de The Wall treet Journal 


  

La guerra de las colas 'parisiennes'


  Por Sam Schechner

PARÍS—Una nueva bebida conocida como Paris Cola se está abriendo espacio en las tiendas de la capital francesa en una batalla por socavar el dominio de Coca-Cola  . Pero la bebida local enfrenta un problema doméstico: otra marca llamada Parisgo Cola también compitiendo en el mercado.
Una nueva guerra de las colas se desata por estos meses en París entre dos productos con casi el mismo nombre. Ambas tienen tapa roja y un logotipo que resalta la Torre Eiffel. Las dos marcas han tratado de convencer a los comercios pequeños y a los grandes supermercados de que vendan su producto. Y las dos argumentan que representan mejor el espíritu de París.

"Tenemos un producto real terroir", dijo Rodolphe Grosset, de Paris Cola, usando la palabra en francés para describir un producto local de la tierra. Para su bebida, la empresa de Grosset, François de Fonbelle, buscó azúcar de remolacha cultivada en la región de París.
La rival Parisgo Cola dice que su meta es mostrar a los parisinos que han sido lobotomizados por Coca-Cola, y que los sabores de la gaseosa deberían ser tan variados como los vinos franceses. Su fundador, Bruno Vaussenat, un director independiente de cine y publicista, dice que su bebida apela a los gustos parisinos con "burbujas menos agresivas" y un sello negro y rojo con una tipografía sans-serif.
"Paris Cola es para los turistas, y eso está bien. Es una visión extranjera de la París de los años 50, como una película de Fred Astaire", dijo Vaussenat del producto rival. "Yo no estoy haciendo una cola para los turistas. La mía es para parisinos de verdad".
Grosset respondió: "Paris Cola no es concebida para turistas. Es concebida para parisinos. Y si seduce también a los turistas, mucho mejor".

La guerra de las colas en París es producto de un sector burbujeante de la economía francesa: una ola de productores de cola que imprimen un enfoque local a la bebida global, aprovechando el orgullo nacional en especialidades regionales como el queso Roquefort y el vino de Borgoña.
En la última década, más de 30 colas regionales han surgido a lo largo de Francia, incluyendo Breizh Cola en Bretaña, Corsica Cola de la costa Mediterránea, Ehka Kola en el País Vasco y Elsass-Cola en Alsacia, al oriente.
"El efecto 'terroir' es muy fuerte en Francia", dijo Louis-Henri Chouane, quien fundó la Asociación Francesa de Colas Regionales y cuya empresa fabrica tres colas regionales en el occidente de Francia. "Es un orgullo que está anclado en la mentalidad francesa".
Algunos productores de colas francesas dicen que sus bebidas tienen raíces en la tierra gala. Señalan a Angelo Mariani, original de Córcega, quien en el siglo XIX añadió vino de Burdeos a las hojas de coca para crear una bebida llamada Vin Mariani. En anuncios de publicidad, Mariani proclamaba que la bebida era un "tónico estimulante" aprobado por el papa Leo XIII.
Mariani se volvió popular en EE.UU. donde el farmacista John Pemberton la usó como inspiración para su propio French Wine Coca, según Mark Pendergrast, autor del libro Dios, patria y Coca-Cola. En 1886, Pemberton introdujo la versión no alcohólica de Coca-Cola. "Vin Mariani es el abuelo de Coca-Cola", dice Pendergrast.
A pesar de reacciones en contra en Francia, como un esfuerzo en 1950 de declararla ilegal, Coca-Cola es muy popular en el país. La marca domina más de 80% del mercado de las colas en minoristas masivos que mueve US$1.900 millones, según Nielsen. En contraste, las colas regionales tienen menos de 0,9% del mercado minorista masivo.
Los productores de colas regionales sostienen que sus totales son más altos cuando se contabilizan las bebidas vendidas en bares, restaurantes y hoteles. Pero incluso la líder Breizh Cola, cuyo nombre es una traducción de Bretaña en el lenguaje local bretón, argumenta que domina 15% del mercado de su región.
Coca-Cola ha respondido resaltando sus propios lazos franceses. La compañía dice que la versión francesa solo usa azúcar local, en su mayoría de remolacha. Los anuncios de la bebida global hacen alarde de sus plantas locales, dos de las cuales están a 30 kilómetros de París, mucho más cerca que las usadas por Paris Cola o Parisgo Cola.
"El problema con algunas de estas colas regionales es que no hacen mucho más allá del sello. Hay que mirar lo que hay detrás", dijo Manuel Berquet-Clignet, director de marketing para Coca-Cola Francia.
La guerra de las colas casi llega a los tribunales. En mayo, Parisgo Cola demandó a Paris Cola por tener una "marca registrada inválida" y por "competencia desleal", dijeron las dos partes. Parisgo retiró la demanda a comienzos de julio como parte de un acuerdo confidencial de "coexistencia de marca" que las dos firmaron.
Ahora, lo que se ha intensificado es la batalla comercial. Las dos marcas han desplegado promociones en las tiendas y apuntalado su marketing. Ninguna de las dos suministró cifras de ventas, pero dicen que las tendencias son positivas.
—Quentin Marion contribuyó a este artículo. 

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