Agencias Noticiosas
El estrepitoso fracaso es una seria advertencia a aquellos que se identifican con el tea party principal opositor de la reforma migratoria
EEUU: VOCES ANTI-INMIGRACIÓN SE APAGAN EN AGOSTO
RICHMOND, Virginia, EE.UU.--
Era el inicio de una "Gira para impedir la amnistía" organizada por
los Patriotas del Tea Party y otros grupos. Pero la concurrencia era tan escasa
que los defensores de los inmigrantes pronto comenzaron a circular alegremente
fotos en que se veía al principal orador, el representante republicano Steve
King, de Iowa, completamente solo en el estrado.
La manifestación realizada a
principios del mes en un parque público de Richmond, en el estado de Virginia,
junto con la subsiguiente cancelación o la postergación de varios eventos
similares, refleja una nueva realidad emergente durante el receso veraniego de
cinco semanas de la legislatura del Congreso: La oposición a reformar las leyes
de inmigración parece estar notablemente silenciosa, casi amansada. Mientras
tanto, los defensores de la amplia reforma a la ley de inmigración afirman que
han hecho cambiar de opinión por lo menos a un puñado de representantes
republicanos.
En el 2007, durante el último
intento del Congreso para reformar el sistema de inmigración, los legisladores
recibían amenazas de muerte y llamadas furiosas que colmaban las líneas
telefónicas del Senado. Este verano son otros asuntos los que captan ese tipo
actitud, como la ley de salud propuesta por el presidente Barack Obama, parece
encabezar la lista de preocupaciones de los votantes.
Los constituyentes que se
oponen a que los inmigrantes que viven ilegalmente en el país obtengan la
ciudadanía han expuesto sus puntos de vista en las asambleas municipales que
han organizado los miembros de la Cámara de Representantes en este mes. Pero
los defensores de la ley de inmigración con un proceso para la nacionalización
han tenido mayor éxito al lograr que sus simpatizantes participen en las
manifestaciones inclusive en los distritos con gran mayoría republicana.
"En parte lo que el
partido ha decidido que es de mayor urgencia para abordar en esas asambleas
populares es el seguro de salud conocido como Obamacare, que es lo que ha
canalizado en gran medida la indignación de la gente, en gran medida las mismas
personas que protestan contra la amnistía", destacó Mark Krikorian,
director ejecutivo del Centro para Estudios de Inmigración, que se opone a un
mayor nivel de inmigración.
Además, el grupo que respalda
la reforma de inmigración está mejor organizado y financiado esta vez y muchos
dirigentes republicanos le dan su apoyo. "Debido a todo esto no se va a
ver el mismo nivel de actividad frenética", destacó Krikorian.
Lo que no está claro es si el
efecto durará una vez que los legisladores regresen a Washington en septiembre.
La reestructuración de la ley
de inmigración, que es la prioridad del segundo mandato de Obama, está a la
espera después que el Senado de mayoría demócrata aprobó una ley de amplio
espectro en junio que incluye decenas de miles de millones de dólares para la
seguridad fronteriza, programas de nuevas visas para atraer personal
profesional calificado y trabajadores no especializados a Estados Unidos,
requisitos para que los empleadores verifiquen la situación legal del personal
y un proceso de 13 años para que 11 millones de inmigrantes que ya viven en el
país, obtengan la ciudadanía.
Los líderes republicanos de la
Cámara de Representantes han rechazado la ley, prometiendo que procederán sobre
el asunto con leyes individuales para cada caso, comenzando por la seguridad
fronteriza. Y aunque entre los defensores hay 20 representantes republicanos
que han declarado su respaldo a algún tipo de proceso de ciudadanía, la mayoría
de sus correligionarios de la cámara se sigue oponiendo, creando una posible
división insuperable entre la Cámara de Representante y el Senado. Asimismo el
Congreso también enfrenta posibles plazos para las leyes del límite de la deuda
y del gasto a fin de mantener en operación al gobierno. Todo eso presenta un
ambiente difícil para lograr que una ley de inmigración sea aprobada y llegue a
Obama para que la suscriba.
No obstante, los defensores de
los inmigrantes han afirmado que les fue bien durante en su campaña durante el
descanso de agosto para presionar a los representantes republicanos a que
actúen durante el otoño. Una inusual alianza bien financiada de católicos y
evangélicos, sindicatos, grupos empresariales y otros han puesto en la mira a
docenas de miembros del Partido Republicano que parecen estar dispuestos a
escucharlos y señalan que tendrán apoyo cuando el Congreso reanude la sesión.
"Me parece que la gran
historia del receso de agosto es que no hemos visto lo que algunos habían
pronosticado: este gran movimiento anti inmigratorio donde los miembros del
Congreso serían acosados para que no actúen", comentó Galen Carey,
vicepresidente de las relaciones gubernamentales de la Asociación Nacional de
Evangélicos, en una conversación telefónica con la prensa para anunciar que se
compraron espacios publicitarios a favor de la reforma en 14 radioemisoras
estatales por un valor de 400.000 dólares.
Los activistas pro inmigrantes
enviaron a 1.500 simpatizantes al condado del jefe del bloque republicano en la
Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en Bakersfield, California la semana
pasada; entregaron una petición de 10.000 personas al representante republicano
Blake Farenthold, de Texas, e iniciaron una gira por todo el estado de
Wisconsin, entre otras actividades.
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