domingo, 11 de agosto de 2013

¿Diosidencias o Causalidades?


   Las Diosidencias o Causalidades tienen varios significados dependiendo con quien hables. Unos dicen que no hay casualidades, que solo existen Diosidencias. Por otro lado, están los creyentes en otras culturas que utilizan el término de Causalidades partiendo de la premisa de que no hay casualidades en la vida, ya que todo aquello que nos rodea tiene un propósito ulterior.

Los términos Diosidencias o Causalidades serán un poco extraño para algunos. Sin embargo, datan desde la época de Abraham, quien fue uno de los primeros en escribir y describirlo para el mundo.

Lo hemos visto más recientemente ejemplificado en el libro El Secreto, (el cual no era un secreto), que despertó la curiosidad de miles de seres humanos de recordar y estudiar grandes libros hechos  en el pasado sobre este fenómeno espiritual.

El definirlo sería un poco complicado para algunos. Pero lo pudiéramos definir como esas situaciones que ocurren diariamente, a cada uno de nosotros, que son parte de un plan maestro divino. Además, tienen un propósito ulterior que aunque no lo veamos en ese momento, tienen un significado y una razón de ser.

En el internet lo definen como “son esas  extrañas coincidencias que en realidad no lo son.  Son cosas que nos pasan que pareciera que son obra de la casualidad pero que en realidad son obra de DIOS, son situaciones que, si las revisamos bien, no son más que acciones del Espíritu Santo que  'da la mano'  para que veamos, escuchemos, presenciemos o participemos en algo que terminará dejándonos una huella en el alma y en la memoria del corazón”.

Los grandes maestros lo han descrito como el despertar o la transformación existencial individual del espíritu que realmente somos. Para la inmensa mayoría de las personas, comienza cuando por alguna razón, motivo o circunstancia la vida nos desvía de la ruta que habíamos trazado y nos cambian los planes sin previo aviso. Ese cambio repentino toma fuerza en momentos inesperados que nos hacen repensar no solo nuestra vida entera, sino que nos comenzamos a preguntar el porqué de las cosas.

Es en esa búsqueda de esa gran pregunta, en donde las puertas del conocimiento universal se empiezan a abrir. Caminando en ese nuevo camino del desconocimiento existencial, pero recordando lo que el inconsciente conoce, es que nace el movimiento de conciencia y en donde comienza a suceder las diferentes situaciones que nos cambian la vida para siempre llamadas Diosidencias o Causalidades.

Esos accidentes, situaciones, percances, incomodidades o circunstancias son las que comienzan a “entorpecer” nuestro entorno hacia la liberación del ego y la aceptación del amor infinito que nos rodea.  Son esas cosas que nos suceden diariamente en donde las piezas de un rompecabezas de tu misión se van uniendo.
Cada una de esas cosas que nos suceden en nuestro diario vivir, van desde el accidente con el auto, la pérdida de una tarjeta de crédito o la muerte de un ser querido. El clásico ejemplo que lo vemos constantemente es cuando pensamos en una persona y recibimos la llamada días más tarde.

Otro ejemplo lo encontramos cuando estamos en medio de una tienda que no sabemos por qué pero es allí en donde encontramos la pieza que tanto deseábamos o simplemente te encuentras a esa persona que su nombre estaba en tu mente por unos días. A su vez, existe la numerología en donde los números nos dan mensajes y cuando estas en esa vibración, no hay forma de zafarse de ella.

Para aquellos que son más dogmáticos, lo pudiéramos poner en palabras simples “las oraciones han sido contestadas”. El comprender, entender e internalizar que esto es una realidad latente, es difícil para aquellos que están durmiendo en el encanto de la individualidad.

Pero, para aquellos que despiertan de ese letargo momentáneo, la magia del no estar al volante es evidente. El fluir en el plan maestro del Universo se convierte en un juego divertido, encontramos el sentido de la vida, la esperanza es devuelta al alma y los sentidos gritan de la alegría.

Paralelamente se nos van develando señales y mensajes continuos de por dónde ir, hacia donde debemos de brincar y hasta comprendemos sin resistencia, que todos estamos interconectados en el amor. Que cada uno de nosotros vamos, somos y seremos siempre parte del drama divertido del aprendizaje de recordar de quienes somos.

El comprender eso nada más,  nos coloca en el desvío correcto.  Lo único que faltaría es abrocharse el cinturón ya que la conexión divina nos llevara por valles y montañas de emociones extraordinarias y por aventuras interminables que nos darán las respuestas del por qué Diosidencias o Causalidades no son accidentes, sino parte del camino. 

Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
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