Tomado de esglobal
LA
LISTA: CINCO IDEAS EN AUGE
Por Mario Saavedra
Tendencias globales que han llegado para quedarse.
Las protestas a pecho
descubierto, las revueltas y el activismo político
Cuando
en 2008 un grupo de universitarias ucranianas empezó a protestar en top
less, pocas personas fuera de las fronteras de la ex república
soviética sabían de la existencia de una organización feminista llamada Femen.
Protestaban contra el turismo sexual, la religión, la sharia o el sexismo. Cinco años después este
tipo de manifestaciones se han extendido por decenas de ciudades de todo el
mundo. El movimiento Ocupar Wall Street, muy influyente hacia finales de 2011,
incluía carreras por la ciudad de mujeres desnudas de cintura para arriba. El
punto más tenso de este tipo de protestas se ha alcanzado en el mundo musulmán.
Tres activistas han sido detenidas en Túnez, otra ha sido detenida en Egipto,
todas por quejarse desnudas contra la falta de libertad.
Este
tipo de protestas se producen en un mundo que, de unos años a esta parte, ha
recuperado un nivel de activismo político solo visto en los últimos años de los
60. Ha habido tantas revueltas populares, por tantos motivos y en tantos países
que se puede hablar de un auténtico período de alzamiento popular. Por un lado,
dentro de la llamada Primavera Árabe se ha acabado con regímenes que llevaban
décadas controlando Egipto o Túnez; se ha obligado a negociar a los gobiernos
de Jordania, Bahréin, Yemen; se han lanzado guerras civiles en Líbano y Siria;
o han sido reprimidas con éxito, como en Irán.
Con
otros objetivos, esencialmente de protesta económica, se han producido
manifestaciones en España, Portugal, Grecia, Estados Unidos o Reino Unido,
entre otros.
Casos como el de España han sido especialmente significativos y han exportado todo un modo de hacer política desde la calle. Una juventud que unos años antes se consideraba apolítica se convirtió de la noche a la mañana con movimientos como el 15M. La política, tan crispada y vilipendiada, se ha convertido así en una parte importante de las vidas de millones de jóvenes de todo el mundo.
Casos como el de España han sido especialmente significativos y han exportado todo un modo de hacer política desde la calle. Una juventud que unos años antes se consideraba apolítica se convirtió de la noche a la mañana con movimientos como el 15M. La política, tan crispada y vilipendiada, se ha convertido así en una parte importante de las vidas de millones de jóvenes de todo el mundo.
Los
informantes
En
los últimos tres años han surgido informantes que ha revolucionado la
tradicional relación entre los filtradores y la prensa.
En mayo de 2010 el soldado estadounidense
Bradley Edward Manning fue arrestado en Irak como sospechoso de haber entregado
miles de documentos clasificados a la organización de activismo digital Wikileaks.
Entre ellos había unos 250.000 cables diplomáticos y 500.000 sobre la guerra de
Irak, que fueron publicados por varios medios de comunicación de todo el mundo.
En ellos se abordaba desde vídeos sobre ataques aéreos en los que murieron
periodistas o civiles hasta los detalles íntimos de la relación diplomática de
Estados Unidos con sus aliados.
La
reacción de Washington fue implacable. Han mantenido al joven, entonces de 23
años de edad, en aislamiento total o parcial, en una pequeña celda, desnudo
durante largos períodos de tiempo, sin derecho a salir de la celda durante
meses y sin juicio. Ahora el soldado se enfrenta a un consejo de guerra que ha
comenzado el 3 de junio. Él asegura que hizo todo para mostrar “el auténtico
coste de la guerra”.
Muy
relacionado con Manning ha sido el caso del cofundador de Wikileaks Julian
Assange. Actualmente lleva un año refugiado en la embajada de Ecuador en
Londres, se enfrenta a una posible extradición a Suecia por cargos de abuso
sexual. Él asegura que podría ser extraditado a Estados Unidos.
Uno
de los informadores más importantes relacionados con el mundo económico ha sido
Hervé Falciani, el ingeniero informático francoitaliano que ha entregado a las
autoridades europeas documentos sobre unos 130.000 evasores fiscales. Solo en
Europa se estima que se evapora de esta manera alrededor de 1 billón de euros
al año, el equivalente a un 10% del PIB total. Falciani obtuvo la información
mientras trabajaba en la sede suiza del banco HSBC. Actualmente, está bajo
protección de las autoridades españolas, que se han negado a extraditarlo a
Suiza.
Por
su parte, Edward Snowden ha revolucionado el conocimiento que se tenía sobre
las agencias de inteligencia americanas y británica, exponiendo un sistema de cibercontrol desconocido por el gran público: uno
de recopilación de los datos de llamadas telefónicas de todos los
estadounidenses; y otro de control de Internet por parte de la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés) estadounidense y el Cuartel
General de Comunicación (GCHQ) del gobierno de su Majestad británica. Este
último programa supone, de forma efectiva, la copia y puesta a disposición de
los gobiernos anglosajones de gran parte de los e-mails y llamadas on
line del mundo.
Snowden busca ahora asilo en países poco amigos de Washington.
La economía compartida
Usar
un coche por horas en vez de comprar uno; contratar directamente, por horas, a
alguien que te haga la compra o los recados de la casa; entrar en un foro de
arquitectos para ofrecer una solución a alguno de los problemas más comunes de
la profesión; o compartir tu vestuario con una amiga de Internet. Estos
ejemplos, posibles gracias al enorme avance de las tecnologías informáticas,
forman parte de la llamadas haring
economy, economía compartida o colaborativa. No es un invento
espurio con pocas aplicaciones prácticas, sino toda una tendencia que se plasma
en modelos exitosos de negocios.
Uno
emblemático es el de la empresa de alquiler de coches estadounidense Zip Car.
Recientemente adquirida por Avis por 500 millones de dólares, proporciona a sus
socios acceso a centenares de coches por toda la ciudad que pueden utilizar y
pagar por horas.
Otras,
como la española BlaBlaCar, se encargan de encontrar gente para compartir
coche, tanto para viajes largos como para el trayecto diario al trabajo.
Trip4Real, también española, es una plataforma en la que puedes organizar un
viaje en el que conocer a la gente local sea lo fundamental. Para completar, si
necesitas una casa de vacaciones o fin de semana, o alquilar la tuya, se puede
hacer en páginas como Airbnb.es o .com.
Otro
de los ejemplos de este tipo de nueva economía son los sitios de buscadores de
tareas, como Taskrabbit, Airtasker o Fiver. Esencialmente, el solicitante de
empleo pone su perfil y especialidad en estas páginas web. Una vez que su
perfil ha sido comprobado y aprobado por los administradores, se pone a
disposición de los que buscan gente para que le hagan las tareas, y empieza la
negociación del precio. Según la empresa, hacer la compra puede salir por unos
26 euros; llevar un producto defectuoso a la tienda para devolverlo, por 23.
El trabajo como bien de
lujo
La
crisis económica ha producido un gran cambio en el concepto occidental de
relaciones laborales, sobre todo en los países más afectados por el desempleo.
El factor trabajo se ha convertido de alguna forma en un bien de lujo. Las
reformas laborales impuestas por la Unión Europea han eliminado gran parte de
la protección que distinguía al Viejo Continente. El despido se ha abaratado,
las garantías judiciales han disminuido y los beneficios que reciben los
trabajadores se han visto recortados de forma considerable.
La
clave está es que con la caída brutal del Producto Interior Bruto por la doble
recesión tras el estallido de la crisis financiera en Estados Unidos,
centenares de miles de empresas murieron. La demanda superó entonces de tal
forma a la oferta que las condiciones se hundieron.
El
ratio de empleo frente a población mide el porcentaje de ciudadanos en edad
laboral (entre 15 y 64 años en la mayoría de países) con un puesto de trabajo.
España, por ejemplo, ha pasado de un máximo de casi el 67% en 2004 al 58% de
2011. Estados Unidos, del 72% precrisis al 66% actual. En China, sin embargo,
el ratio se mantiene por encima del 75%, todo según la OCDE.
En la
fábrica del mundo, China, los salarios han aumentado de forma
importante en los últimos años. Solo en 2012 subieron nada menos que un 14% en
el sector privado. En ciudades como Pekín el salario medio se elevó hasta los
4.672 yuanes mensuales en 2011, lo que equivale a 585 euros. En la provincia
donde menos se gana, Gansu, la media es de 2.742 yuanes de media, 342 euros, todo
según datos publicados por el diario oficial China
Daily. En España, por comparación, el salario medio es de unos
1.800 euros, y el más común, de 1.250. Es decir, se está produciendo una cierta
convergencia en el factor trabajo entre los países desarrollados menos
avanzados y la de los países en vías de desarrollo que más crecen: en los
primeros empeoran las condiciones laborales, mientras poco a poco mejoran en
los segundos; en los desarrollados menos avanzados caen los salarios frente al
coste de vida, mientras este factor sube en los que están en vías de
desarrollo. Todo derivado de que la oferta está desequilibrada frente a la
demanda. Todo, en fin, porque el trabajo se ha convertido en un lujo.
La cibervigilancia y los data
brokers
El
espionaje y la creación de perfiles de centenares de millones de personas en
todo el mundo se han convertido en una de las características del mundo del
siglo XXI. Si durante la guerra fría las democracias occidentales se centraban
en la obtención de datos del enemigo, tras los ataques del 11 de septiembre, al
menos Londres y Washington han lanzado auténticos programas de cibervigilanciaen
masa de ciudadanos libres de sospecha. La idea es que hay que obtener todos los
datos para poder encontrar las “manzanas podridas” (Al Qaeda). Pero también se
están utilizando para obtener ventajas económicas contra otros países aliados
(espionaje británico de la cumbre del G-20 o para robar contratos a las
empresas europeas).
Al
otro lado del mundo, China utiliza de manera rutinaria los ataques cibernéticos
para sustraer información política sensible y desarrollos tecnológicos de las
empresas occidentales más avanzadas.
Pero
el salto tecnológico cualitativo no lo han dado las agencias públicas de
espionaje por sí mismas. Han sido las grandes compañías de Internet (Google,
Apple, Microsoft, Skype, Facebook, entre otras), colaboradoras necesarias en
esta cosecha de datos del gran público. Han creado un sistema de clasificación
de ciudadanos según su poder adquisitivo y preferencias ideológicas o intereses
particulares, con el objetivo de vender esos perfiles a las empresas
anunciantes. Es la personalización de los anuncios, el sueño de
cualquier publicista. Para ello hacen con el correo electrónico lo que no se
permitiría con el correo tradicional: escanear su contenido.
Hay
además otro sector de empresas, las llamadas data brokers, que estudian la vida de centenares de
millones de ciudadanos para crear un perfil que luego venden directamente a
otras compañías. El máximo exponente es la firma estadounidense Acxiom, que
posee el genoma de 500 millones de usuarios
mundiales, según el diario estadounidense The New York Times. Saben si fumas, si
te gusta el juego, si eres familiar, cristiano, cuánto ganas, tu raza, el tipo
de barrio en el que vives o si te has decidido a procrear.
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